La Comisión Europea exige más mujeres directivas

Bruselas ha dado un paso más, el objetivo ahora es un 30% de mujeres entre consejeras y presidentas de aquí a 2015, y un 40% hasta 2020. La Comisión Europea dio a las empresas el plazo máximo de un año, hasta marzo de 2012, para que tomen medidas que se traduzcan en un incremento de las directivas femeninas, antes de decantarse por un mínimo legal. Las personas expertas aseguran que “para lograr los objetivos de Europa 2020, es decir, un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, es preciso utilizar el potencial y los talentos de las mujeres de manera más extensa y eficaz”.

A pesar de que las mujeres suponen más del 50% de las personas que se licencian en las universidades europeas, muy pocas son las que llegan a puestos de altos mandos. Y las desigualdades entre la presencia femenina y masculina no quedan solo en las empresas. En política, por ejemplo, por término medio, solo una de cada cuatro representantes parlamentarios o al frente de una cartera en los gobiernos nacionales es una mujer.

La Comisión europea pretende que, en 2020, el 40% de los altos cargos empresariales esté en manos femeninas. En la economía, la presencia femenina es inferior a la masculina a todos los niveles de gestión y toma de decisiones. En el Consejo de Administración de las principales empresas con cotización en bolsa de la UE, las mujeres ocupan uno de cada diez asientos, y solo lo presiden en un 3%.

Sin embargo, las investigaciones muestran que hay una correlación directa entre la presencia de mujeres en posiciones directivas y el rendimiento de las empresas.

En 2005, la UE se fijo el objetivo de contar con un 25% de mujeres en los puestos directivos del sector público de la investigación, sin embargo la realidad es otra, solo el 19% del profesorado universitario titular son mujeres.

Otro factor de desigualdad es la brecha salarial, que sigue siendo, en toda la UE, del 17,8%.

Amplitud
En 1975 se invocó con éxito el principio de igualdad de retribución para defender a Gabrielle Defrenne, azafata de las líneas aéreas nacionales belgas, y los derechos derivados de este caso constituyen un patrimonio inalienable para las mujeres de la Unión Europea. El caso llevó a la adopción de las primeras directivas europeas sobre igualdad entre los sexos.

En marzo de 2010, para conmemorar el 15º aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer celebrada en Pekín y el 30º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Comisión adoptó la Carta de la Mujer, en la que renueva su compromiso por la igualdad entre los sexos y la consolidación de la perspectiva de género en todas sus políticas.

Sobre la base del Plan de Trabajo para la Igualdad entre las Mujeres y los Hombres 2006-2010, así como del Pacto Europeo por la Igualdad de Género, estableció una Estrategia para la igualdad entre mujeres y hombres 2010-2015, en la que se detallan acciones con arreglo a cinco áreas prioritarias definidas en la Carta de la Mujer, además de un capítulo de cuestiones transversales.

Las acciones propuestas en esta Estrategia siguen el doble enfoque consistente en integrar la perspectiva de género en todas las políticas y definir al mismo tiempo medidas específicas.

Y, en esa línea, continúan los acuerdos y medidas que se aproximaron al nivel de la dirección empresarial y que amenazan con la normativa de cuotas.

Porque esa situación de desigualdad es consecuencia de otras desigualdades estructurales e históricas que se manifiestan en numerosos campos.

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