A fines de septiembre, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), organizó en Madrid un acto muy emotivo. En él se rindió homenaje a la industria cosmética española por el destacado papel que desempeñó durante la pandemia.
El dinamismo del sector de la cosmética ubica a España como el 2º país productor de fragancias a nivel mundial.
Viendo a mis antiguos colegas de sector y a la presidenta de la asociación, mi querida Val Diez, repasar esos difíciles momentos, cómo se pusieron rápidamente en acción fabricando más de 4,5 millones de litros de gel en las cinco primeras semanas y cómo donaron más de 18 millones de este producto a hospitales, centros sociosanitarios, fuerzas de seguridad y ONGs de todo el país, me sentí superorgullosa y emocionada de haber desempeñado mi carrera durante más de 25 años en este fascinante sector, que gracias a su dinamismo, ubica a España como el 2º país productor de fragancias a nivel mundial.
Durante el emotivo acto no solo se puso de relieve la gran solidaridad mostrada por toda la industria de la belleza, sino que también se habló de futuro.
Me complace ver cómo el sector continúa igual o más dinámico que nunca, apostando fuertemente por la innovación. Ejemplo claro son las novedades que se presentaron en el Hall de Innovación, organizado por Feeling Innovation by Stanpa. Participaron destacadas firmas como L’Oreal, Puig, Natura Bissé, Germaine de Capuccini o Szentia.
De todas ellas se deduce la gran apuesta de la cosmética española por la digitalización y la sostenibilidad.
Innovación, omnicanalidad y sostenibilidad
Es el momento, tal y como recogió Verónica Fisas en su discurso, de estar más activos que nunca porque «esa generación futura que espera de nosotros grandes cambios y grandes oportunidades, puede confiar en que estamos trabajando duro por ello, innovando, generando ciencia y tecnología, generando nuevas oportunidades de empleo y desarrollando mejores productos para las personas y el planeta”.
Tal y como se concluyó en el evento, estoy de acuerdo en que el futuro debe asentarse en estos tres grandes pilares: innovación, digitalización y sostenibilidad. Yo añadiría un matiz, y ampliaría el concepto de digitalización por el de omnicanalidad. Se debe abordar todo el ecosistema del consumidor y no trabajar en los antiguos silos de físico/digital, e incluiría un cuarto pilar fundamental: enfocar las estrategias de negocio a mejorar la experiencia de compra.
Las nuevas generaciones esperan de las empresas sinceridad y compromiso real, no buscan discursos estereotipados o meras palabras corporativas.
En mi opinión, ha llegado el momento de trabajar de una manera auténtica y con determinación en temas como la sostenibilidad y omnicanalidad. Las nuevas generaciones esperan de las empresas sinceridad y compromiso real, no buscan discursos estereotipados o meras palabras corporativas.
No me cabe la menor duda: el sector de la cosmética y perfumería española está en el buen camino y que sabrá entender y satisfacer las necesidades de los consumidores del siglo XXI.
#InnovamosParaLaSolidaridadInnovamosParaElFuturo