Hablemos de negociación

La negociación esta omnipresente en nuestra vida, desde a la hora de comprar un buen servicio, hasta las pequeñas concesiones diarias en nuestra vida personal. Pero ¿cómo medir el éxito de una negociación?, ¿Has ido más allá de sus límites?, ¿le has cobrado hasta el último céntimo?, ¿quedasteis igual de amargados? O llegasteis a un acuerdo?

Un buen acuerdo
Bueno si llegasteis a un acuerdo, habrá que saber si es bueno o malo. Y ¿cómo saber si es un buen acuerdo?

Pues un buen acuerdo será siempre aquel que es mejor que tus alternativas, las que ya tenías sin consultar a la otra parte. Además, los intereses de ambas partes habrán quedado satisfechos. Los tuyos bien, los de ellos bien también (o cómo mínimo aceptables) y los de los demás de forma tolerable. Un buen acuerdo entonces, es aquél en el que no ha quedado desperdicio, es decir que se han buscado todas las opciones posibles y se ha optado por la mejor.
Un buen acuerdo entonces, es aquél en el que no ha quedado desperdicio, es decir que se han buscado todas las opciones posibles y se ha optado por la mejor.
Un buen acuerdo, es legítimo para ambas partes, sigue una serie de criterios que hacen que no se hayan aprovechado de ti. Se ha llegado a un compromiso inteligente, por el cual eres capaz de cumplir todas las responsabilidades que acabas de asumir. Y te ha quedado claro qué se va hacer, cuándo, dónde y con quién.

El proceso ha sido eficaz, las partes habéis sabido reconocer, manejar y aceptar las diferencias debido a una buena comunicación, y además, se han mejorado las relaciones.

Un buen acuerdo finalmente, es aquél que hace que podáis volver a negociar en un futuro porque la relación se ha mejorado.

Prepárate con antelación: cómo está la relación y cómo quiero que esté, cómo va a ser la comunicación, no hables por hablar, ten un motivo para hablar y no digas nada que no agregue algo a la negociación. Identifica los asuntos a tratar, salario, días libres…

El proceso
Estate alerta y mientras negocias sé consciente de la forma que va tomando la negociación, ¿están todas las partes interesadas? Cuáles son los intereses del otro. Busca los intereses reales detrás de las posiciones. ¿Cómo se transmite la información? ¿Cuáles son las interacciones personales? ¿Qué papel representa cada persona?

A partir de ahora empieza a fijarte más en cómo las preparas, cómo te vas y que has aprendido de cada una para la siguiente: qué funcionó, qué harías diferente, ten en cuenta también cómo influyen tus estados anímicos, y los de la otra parte.

Ahora sólo me queda recomendarte que apliques estos principios ya, sal a la calle e intenta renegociar algo, ya sea con el tendero de la esquina o con algún asunto que tengas pendiente, ¿por qué no? ¡A ver si consigues que sea un buen acuerdo!

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