Almudena Grandes, las mujeres y el feminismo

La escritora y columnista española falleció el 27 de noviembre, a los 61 años. Además de obra, prolífica y premiada, su posición feminista queda como legado para el mundo.

Ha fallecido la inmensa Almudena Grandes, y deja un vacío que no se llenará nunca.

Escritora multipremiada, columnista habitual de El País, y Top 100 Honoraria en el ranking Top 100 Mujeres Líderes en España, el aplauso de los lectores y de la crítica nunca dejó de acompañarla.

Sus novelas «Te llamaré Viernes«, «Malena es un nombre de tango«, «Atlas de geografía humana«, «Los aires difíciles«, «Castillos de cartón«, «El corazón helado» y «Los besos en el pan«, junto con los cuentos «Modelos de mujer» y «Estaciones de paso«, la convirtieron en referente indiscutido de la literatura.

Varias de sus obras han sido llevadas al cine, y han merecido el Premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y Sevilla, el Rapallo Carige y el Prix Méditerranée.

Escritora multipremiada, columnista habitual de El País, y Top 100 Honoraria en el ranking Top 100 Mujeres Líderes en España, el aplauso de los lectores y de la crítica nunca dejó de acompañarla.

Luego publicó «Inés y la alegría» (Premio de la Crítica de Madrid, Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y Premio Sor Juana Inés de la Cruz), 1º título de la serie «Episodios de una Guerra Interminable«, a la que siguieron «El lector de Julio Verne», «Las tres bodas de Manolita» y «Los pacientes del doctor García«.

Desde Mujeres y Cia queremos rendirle homenaje a través de párrafos centrados en las mujeres y el feminismo:

  • «Las mujeres somos la mayoría de la población, algo de lo que muchas parece que no se dan cuenta y se comportan como si no lo supieran. Somos la mayoría de la población y estamos reclamado una parte del pastel que controla la minoría. No tiene sentido».
  • «El feminismo está en una encrucijada y hay muchas mujeres que no se dan cuenta. Ha sido la única revolución del siglo XX que ha triunfado. La única que ha logrado de verdad cambiar los condiciones de vida de la gente. Pero en su triunfo está implícito el fracaso porque la meta del feminismo clásico –crear un estatuto jurídico igualitario y leyes igualitarias– se ha conquistado y no ha traído igualdad. Hay que darle una vuelta a todo esto y repensarlo. Yo que no soy nada partidaria del “pos”, sí me parece oportuno el posfeminismo».
  • «Me parece mal que ahora resulte que las feministas son una turba, violentas, agresivas, feminazis… eso es una estrategia de la nueva misoginia. Lo que no puede ser es que en un país que después de 40 años de democracia todavía no se da la igualdad de salario ni igualdad de trabajo, pidan moderación, ¡que se moderen ellos!».

Me parece mal que ahora resulte que las feministas son una turba, violentas, agresivas, feminazis… eso es una estrategia de la nueva misoginia.

  • «Creo que hay mucho menos hombres feministas. Cuando teníamos el techo de cristal más lejos, había más hombres feministas, a medida que nos vamos acercando ya empieza lo de: ‘os estáis pasando’… Pero eso es inevitable, y al tiempo no se puede esconder».
  • «En el mundo del libro, como en todos los sectores de las sociedad, hay techos de cristal, pero es distinto. Para empezar muchas mujeres trabajan en las editoriales. Pero todos los jefes en España son hombres, la cúpula máxima de las editoriales son hombres, hay muchas mujeres en puestos bajos e intermedios e intermedios altos. Hay muchas directoras de editorial, y desde el punto de vista de las escritoras, que es lo que controlo, lo que sí es evidente es que hay un techo de cristal, que es más invisible que otros».
  • «Cuando yo gané el Premio Nacional este año, no me podía creer que fuera la séptima en noventa años. Es que hice el ridículo, porque me preguntaron qué me que parecía ser la séptima y yo decía es imposible es un error».

En España decimos que las mujeres perdieron la guerra dos veces y los hombres sólo una, porque ellos perdieron la guerra, mientras que ellas además de la guerra, el franquismo las retrotrajo a una situación anterior.

  • «Las mujeres trabajamos como mulas. Siempre, desde siempre. Dentro de casa por supuesto, y fuera también. Hace menos de un siglo, las mujeres del medio rural trabajaban en los campos, en los huertos, con el ganado, recolectaban esparto en el monte, hacían la comida, arreglaban la casa, cuidaban de los niños, y no poseían ni un solo céntimo que fuera suyo. En las ciudades, las mujeres limpiaban, lavaban, planchaban para su familia y hacían lo mismo para otras por un salario irregular, ínfimo, impregnado del humillante tufo de la caridad. El dinero que ganaban no se consideraba un sueldo, sino una simple ayuda para sus padres o sus maridos».
  • «En los últimos años, un montón de mujeres que decían que no eran feministas, incluso reaccionarias, mujeres que se consideraban conservadoras han empezado a preguntarse qué ha pasado con ellas. Sí ellas nunca han pagado un precio por ser mujeres y la respuesta es que sí».
  • «En España decimos que las mujeres perdieron la guerra dos veces y los hombres sólo una, porque ellos perdieron la guerra, mientras que ellas además de la guerra, el franquismo las retrotrajo a una situación anterior. Cuando Franco llegó al poder, España no volvió a 1931 –que es cuando se formó la República–, se implantó un código penal de 1870 que estuvo vigente durante la mayor parte de la dictadura”.

Fuentes: El País, Huffpost, Efeminista.com, El Universal

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