Científicos del Instituto Max Planck de Investigación Médica de Alemania demostraron que la atención materna puede potenciar los efectos de un neurotransmisor implicado en procesos fisiológicos y del comportamiento.
Madres atentas y no tanto
Para el estudio, los científicos utilizaron ratones recién nacidos a los que se les habían desactivados los receptores neuronales del NPY de manera selectiva. Estos ratones fueron criados por madres que presentaban distintos comportamientos hacia las crías.Uno de los grupos de madres pertenecía a una variedad que cuida de manera ejemplar a sus descendientes. Estas hembras pasan mucho tiempo con sus crías, las alimentan con frecuencia y, además, les proporcionan un contacto físico intensivo. En el sistema límbico de los ratones que crecieron con estas madres, se formaron nuevos receptores neuronales para el NPY. Otro grupo de hembras fue programado para darle menos atención a las crías. En este caso, el número de receptores neuronales para el NPY en los jóvenes ratones no se incrementó.
Este hallazgo ayuda a comprender mejor cómo las experiencias vividas al nacer pueden afectar a cualquier organismo posteriormente, en su edad adulta.Este hallazgo ayuda a comprender mejor cómo las experiencias vividas al nacer pueden afectar a cualquier organismo posteriormente, en su edad adulta. Según Sprengel: "Los resultados de este estudio demuestran cómo el cuidado maternal y la atención tienen un impacto sostenido en la química del sistema límbico". En consecuencia, el comportamiento maternal puede influir en las emociones y en la constitución física de los descendientes para siempre.
Otros estudios
En 2009, científicos de la Universidad Ryerson de Canadá demostraron que, en el caso de los humanos, el vínculo madre-bebé afecta al desarrollo del cerebro de los niños. La investigación reveló, en concreto, que la ausencia o la debilidad del vínculo madre-hijo en los primeros meses de vida de los pequeños está relacionada con la ansiedad, la depresión, la agresividad y la hostilidad de los descendientes, en otras épocas de sus vidas. Por otro lado, este estudio constató que la calidad del vínculo madre-hijo afecta al llamado Eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA), un sistema que regula las reacciones ante situaciones de estrés, incluida la segregación de cortisona (hormona del estrés).
Otra investigación, realizada en 2010 por científicos de la Yale University School of Medicine de EEUU, demostró que el destete y la separación precoces de la madre (por tanto, la ausencia de desarrollo del lazo madre-hijo) propician la hiperactividad y la ansiedad a largo plazo, en el caso de crías de ratones.
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