Uno de los términos económicos que más en boga ha estado en los últimos meses es el de la prima de riesgo, o lo que es lo mismo, la diferencia entre el interés que se pide a la deuda emitida por un país cuyos activos tienen mayor riesgo respecto de otro libre de riesgo y con el mismo vencimiento. Según la VIII edición de la Encuesta Qué quieres ser de mayor entre 1.200 niños con edades que van de los 4 a los 16 años, con y sin discapacidad, de toda España, más de la mitad de los niños y niñas españoles reconoce no saber qué es.
Sin embargo, un 13,9% sabe que es “algo que tiene que ver con la economía”, un 8,1% a pesar de su desconocimiento sobre la materia tiene claro que es algo que trae malas consecuencias para el país y un 3,3% ve una relación directa entre la prima de riesgo y el rescate de la nación.
En el caso español – así como en el resto de países de la Unión Europea- la prima de riesgo mide el diferencial entre el bono español a diez años y su homólogo alemán. Conceptos técnicos con los que la población cada vez se está familiarizando más, incluidos los más jóvenes de la casa.
Para los más pequeños, la crisis durará todavía muchos años, al menos así lo considera el 55,2% de los encuestados, mientras que el 29,5% cree que hasta el año que viene la situación no mejorará.La encuesta este año arroja también importantes conclusiones sobre la situación económica de nuestro país: el 55% de los chicos cree que aún quedan muchos años de crisis profunda y proponen como solución para salir de ella políticas activas de empleo (20,6%) como “crear más trabajo para todos” o “subir los salarios” además de medidas más austeras (13,9%) como “no malgastar en cosas innecesarias”, cambios en la clase política (12,2%) tales como “que bajen el sueldo a los políticos” o medidas más arriesgadas como “volver a la peseta”.
La VIII encuesta de Adecco ¿Qué quieres ser de mayor? también ha querido conocer de mano de los más jóvenes qué se necesita para ser feliz en el trabajo y la relación que existe entre el trabajo y la familia, además de quién sería el jefe que más feliz haría a los chicos en el futuro.
Éstas y las ya tradicionales preguntas sobre su futuro laboral configuran una completa radiografía de las inquietudes profesionales y personales de los niños españoles.
¿Cómo nos afecta la prima de riesgo?
Más de la mitad de los niños encuestados (59,7%) reconoce no saber qué es o con qué ámbito está relacionada. El 13,9% de ellos sabe que se trata de un fenómeno que tiene que ver con la economía. Y así lo reflejan sus respuestas: “algo relacionado con la economía, que mejora y empeora todo el tiempo”, “cuando sube o baja, se pierde mucho dinero”, “tiene que ver con el valor del dinero y la política” o “un límite al que podemos llegar con esta crisis”.
Aunque no saben decir con qué está relacionada la prima de riesgo, el 8,1% de los niños sabe que se trata de algo que tiene repercusiones negativas: “es algo más peligroso que el propio riesgo”, “el riesgo de algo de la familia o del trabajo” o “fue la primera causa de la crisis”.
Y el 3,3% liga el término prima de riesgo con el de rescate del país o ayuda al país y así lo exponen: “cuando se acaba el dinero en España y nos tienen que ayudar otros países”, “los puntos económicos que tiene que tener un país para que no le rescaten”, “los puntos que tiene que tener un país para ser rescatado por el Fondo Monetario Internacional” o “cuando el país se queda sin dinero y tienen que rescatarnos como a Grecia”.
Entre los más pequeños hay grandes economistas que explican con términos financieros muy precisos qué es la prima de riesgo. Es el caso de una niña madrileña de 16 años que define la prima como “el interés que pone el Banco Central Europeo por prestar dinero y que es diferente dependiendo del país que solicita el préstamo” o la explicación que da una andaluza de 9 años: “es el sobrecoste que exigen los inversores por comprar bonos”.
La medida “estrella”, sugerida por los más pequeños, es una apuesta firme por el empleo. Como segunda opción los niños proponen promover un cambio en la clase política y empresarial, mientras las niñas proponen la austeridad y el control del gasto como solución económica.Más allá de estas respuestas tan técnicas, algunos niños consideran la prima de riesgo como “la paga extra que te dan por hacer trabajos peligrosos”, “dejar de trabajar”, “600 euros” o para un niño valenciano de 5 años “es la prima de mi primo Sixto”.
Originales medidas para salir de la crisis
La crisis económica que continúa azotando al país se ha situado como un quebradero de cabeza más de los niños españoles. Para ellos, la crisis durará todavía muchos años, al menos así lo considera el 55,2% de los encuestados, mientras que el 29,5% cree que hasta el año que viene la situación no mejorará. El 12,7% cree que este mismo año solucionaremos nuestros problemas económicos y sólo un 0,2% de los encuestados –los más pesimistas- creen que la crisis no se acabará nunca. El 2,4% no sabría fijar un momento concreto para salir adelante.
Ante esta situación, la medida “estrella”, sugerida por el 20,6% de los más pequeños, es una apuesta firme por el empleo, medida que cede terreno respecto a la pasada edición de la encuesta, cuando este porcentaje se situaba en un 22,8%. A continuación, ambos sexos se decantan por opciones distintas. Los niños creen que promover un cambio en la clase política y empresarial de nuestro país sería la mejor solución para salir de la crisis (14,7%), en tercer lugar, con el 14%, consideran que imponer austeridad en la economía ayudaría a solucionar el problema.
Por su parte, las niñas optan en segundo lugar por proponer la austeridad y el control del gasto como solución económica (13,7%), mientras que el 10,9% de ellas no sabe qué podría hacerse. Los cambios en la clase política y empresarial se sitúan a continuación con el 9,5%.
Más allá del carácter inocente de sus respuestas, muchas de las soluciones que ofrecen los niños nos han de servir a los mayores para recapacitar. Para algunos de los encuestados, buscar la igualdad social se perfila como una solución simple pero efectiva a la hora de paliar los efectos de la crisis, ya que una forma de evitarla es que “los ricos repartan su dinero entre todos y que así tengamos lo mismo”, “ayudarse entre todos los países” o que “haya trabajo para todo el que quiera trabajar”.
Algunos pequeños asumen el papel de economistas por un momento y proponen medidas como “bajar los impuestos”, “cobrar menos aranceles a los productos extranjeros” o “dar dinero a los bancos y empresas para que refloten sus negocios”.
Sin embargo, cada vez más, ponen de manifiesto soluciones reivindicativas a los problemas económicos, que en muchos casos derivan en problemas sociales, y aconsejan “bajar el sueldo a los políticos y a los futbolistas”, “castigar a los bancos por prestar un dinero que no tenían” o “denunciar a los políticos malos”.
Y si estas soluciones nos parecen difíciles de llevar a la práctica hay algunos que proponen medidas aún más imaginativas, como que “se fabrique más dinero”, “dar a cada familia 300 euros”, “ir más veces al cajero” o “no dejar que la gente diga crisis”.
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