Pilar Manchón: «Siempre he querido vivir más allá de las fronteras, pero sin perder mis raíces»

Pilar Manchón es una de las expertas en inteligencia artificial a nivel mundial. Cuando estaba en la universidad, fundó Indisys, una startup dedicada al desarrollo de asistentes virtuales. En el año 2013, la multinacional Intel compró su empresa y la contrataron para que se uniera al equipo ejecutivo en su sede principal en Santa Clara, California.

Sus experiencias anteriores en otros países le ayudaron a adaptarse en una nueva cultura, pero aún así no resultó fácil. «Yo me acababa de divorciar y me mudé a California con mi hijo pequeño, que por aquel entonces tenía 7 años. Fue toda una aventura con muchas anécdotas y altibajos», cuenta en esta entrevista.

Actualmente, Pilar es la directora senior de Ingeniería y Estrategia de Investigación en Inteligencia Artificial de Google Research. Antes de liderar el desarrollo de sistemas conversacionales en Google desempeñó puestos ejecutivos en Intel, Amazon y Roku.

Pilar Manchón: «Lo más difícil fue partir desde cero en un sitio nuevo»

Pilar Manchón

Cultura y Adaptación

¿Cómo surgió la opción de partir? ¿Qué fue lo que te impulsó a hacerlo? ¿Es tu primera vez?

No, no ha sido mi primera vez. A partir de los 18 años he estudiado y trabajado en diversas partes de Europa y Estados Unidos. En esta ocasión, Intel estaba interesada en adquirir Indisys, la startup de inteligencia artificial que lanzamos desde la Universidad de Sevilla, y querían que me uniera al equipo ejecutivo en su sede principal en Santa Clara, California. A las 48 horas de la firma definitiva en Sevilla, ya estaba en California para iniciar el nuevo proyecto.

¿Cómo fue tu llegada y tu primera impresión? ¿Qué te atrajo y qué te chocó?

Yo ya conocía la zona de la bahía de San Francisco porque unos años antes había hecho parte de mis estudios de posgrado en la universidad de Stanford, con una beca Fulbright. Sin embargo, la perspectiva cambia mucho cuando no vas sola. Yo me acababa de divorciar y me mudé a California con mi hijo pequeño, que por aquel entonces tenía 7 años. Fue toda una aventura con muchas anécdotas y altibajos. Lo más difícil fue partir desde cero en un sitio nuevo, con una agenda profesional muy agresiva, un niño pequeño y sin el apoyo que mi red familiar y de amigos nos prestaba en España.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos en tu adaptación profesional y personal?

Lo primero que me viene a la mente es la complejidad de afrontar un nuevo desafío profesional que requiere el máximo esfuerzo, y una nueva situación personal que también demanda la mejor versión de ti. Fue un momento de mi vida en el que lo profesional y lo personal estaban fuertemente enlazados y muchas decisiones importantes requerían mi atención. Por una parte, unirnos a una gran multinacional tuvo un impacto drástico en nuestra forma de trabajar. La América corporativa es un ecosistema muy especial que hay que aprender a navegar.

Además, las grandes empresas suelen tener mucha más burocracia que las startups, por lo que mantener nuestra agilidad, cumplir nuestros hitos técnicos y al mismo tiempo transicionar el equipo con éxito desde el otro lado del océano, no fue fácil. Por otro lado, cosas tan básicas como encontrar una casa que puedas pagar en esta zona, entender los pros y contras de las estrategias para registrar a tu hijo en un colegio u otro, gestionar visados y vacunas, y encontrar apoyo logístico para cuidar del niño en horas de trabajo, le dieron mucho color a los primeros meses de mi aventura en California.

«Fue un momento de mi vida en el que lo profesional y lo personal estaban fuertemente enlazados»

¿Qué diferencias notables has encontrado entre tu país de origen y el país donde resides ahora?

Las diferencias entre España y Estados Unidos son muchas. Quizás lo primero que notas son las diferencias en los horarios y costumbres: se almuerza y se cena mucho más temprano, y muchos restaurantes cierran antes de las 10:00 PM. Lo que más te impacta a medio y largo plazo, sin embargo, son las relaciones humanas. Aquí es muy fácil conectar con mucha gente y existe una vasta diversidad cultural que lo hace más atractivo.

Es interesante ver que la mayoría de los inmigrantes se relacionan más con otros inmigrantes de culturas afines y encuentran que las relaciones personales suelen ser más profundas en esos círculos. Los europeos e hispanos tendemos a conectar entre nosotros con más facilidad e incluso hablamos de muchas de las diferencias culturales con los Estados Unidos. Otras diferencias fundamentales son la forma de ver al resto del mundo, la forma de trabajar y la filosofía de vida. Tras trabajar ya casi 11 años en el Valle del Silicio, te acostumbras a una velocidad, expectativas de excelencia e impacto global que en otras partes del mundo son más difíciles de conseguir o están menos generalizadas.

¿Qué conexión tienes con España actualmente?

Toda mi familia sigue viviendo en España. Siempre me ha parecido muy importante mantener vivas y saludables mis raíces españolas, sobre todo en un contexto en el que mi hijo ya ha pasado más años en California que en España. Desde que nos fuimos, hemos vuelto a España al menos dos veces al año y algunas veces incluso más. Aunque mis roles profesionales han sido globales, siempre he sentido la responsabilidad de fomentar las relaciones entre los dos países y compartir con España las experiencias, vivencias u oportunidades que vienen de la meca de la tecnología.

Actualmente, colaboro mucho con mis compañeros de Google España, con universidades, startups, fondos de inversión, asociaciones varias, e incluso como asesora de IA en varios comités del gobierno nacional, autonómico e incluso municipal en algunos casos. Estas colaboraciones me llevan a visitar España con cierta asiduidad, que puede variar entre 4 y 8 viajes al año.

«Siempre he sentido la responsabilidad de fomentar relaciones entre los dos países y compartir con España las experiencias que vienen de la tecnología»

¿Te relacionas con españolas expatriadas en el lugar donde vives?

Muchos españoles en esta zona tendemos a conectar y he hecho buenos amigos aquí. Recientemente me he unido a un grupo de ejecutivas españolas excepcionales y hemos fundado el Club de Ejecutivas Españolas en el Silicon Valley, que es un paso más para fortalecer el vínculo que nos une con España y su diáspora. Además, formo parte del consejo de administración de la Cámara de Comercio España-California.

Aprendizaje y Desarrollo

¿Qué valores, aprendizajes o habilidades te ha agregado vivir fuera?

Salir de tu país a estudiar y/o trabajar fuera es una experiencia que recomendaría a todo el mundo, especialmente en los primeros años de formación y carrera profesional, pero nunca es tarde. Te da la oportunidad de compartir tu cultura y al mismo tiempo experimentar otras culturas y formas de ver la vida. Abrirte a otros países te fuerza a salir de tu zona de confort, en muchos casos a aprender otros idiomas y a desaprender algunas cosas que dejan de tener sentido.

Es una oportunidad para abrir la mente, aprender a apreciar mejor lo bueno de tu tierra y entender que hay cosas mejorables, adoptar nuevas perspectivas o hábitos, entender mejor lo foráneo, una nueva realidad más allá del terruño. Yo siempre he querido viajar y vivir más allá de nuestras fronteras, pero sin perder mis raíces. Creo que añorar tu tierra y al mismo tiempo intentar introducir nuevas perspectivas que la ayuden a evolucionar en el proceso global, es una aventura emocionante que disipa en muchos casos las concepciones localistas.

Mi perspectiva sobre muchas cosas ha ido evolucionando con el tiempo y la experiencia, pero también en base a muchas interacciones con gentes de todo tipo, condición y opinión que probablemente no hubiera tenido en la misma medida si no hubiera salido fuera.

«Salir de tu país a estudiar y/o trabajar fuera es una experiencia que recomendaría a todo el mundo»

¿Cómo la experiencia te ha cambiado personalmente?

Creo que marchar a buscarme la vida en el Reino Unido con tan solo 18 años y con solo nociones básicas de inglés me hizo madurar deprisa. Hubo momentos muy difíciles que la vida te presenta, hasta el punto de no saber si tenía un sitio donde dormir o algo para comer. Sin embargo, no recuerdo cuestionarme si debería haber marchado o no.

Simplemente recuerdo centrarme en qué tenía que hacer para estabilizar mi situación y buscar soluciones que, en algunos casos, fueron muy creativas. Cuando aprendes a gestionar el estrés en situaciones extremas y a resolver problemas serios sobre la marcha y con recursos muy limitados, creces personal y profesionalmente. Si eres capaz de trasladar esas experiencias de vida a tu labor investigadora o profesional, adquieres además la autoconfianza de poder lidiar con lo que se presente. Esa confianza te hace también más audaz y, en mi opinión, incrementa sensiblemente la probabilidad de conseguir tus objetivos, multiplicando tu valor en el mundo profesional.

Impacto Social y Familiar

¿Cómo ha afectado tu decisión de emigrar a tus relaciones personales?

Para mi las relaciones familiares y personales son fundamentales. Aunque marcharte suponga que no puedes conectar con tus círculos de la misma manera que antes, si haces el esfuerzo necesario puedes mantener excelentes relaciones personales y cultivar nuevas amistades. Tengo amigos en muchos países y me encanta compartir mis raíces españolas con ellos. Eso les brinda también a mi familia y amigos la oportunidad de conocer gente interesante de todo el mundo. Quizás lo que más he notado es que, casi sin darte cuenta, tú también cambias en función de donde vivas y, al menos en mi caso, es necesario hacer un esfuerzo por cultivar y proteger las cosas que tienes en común con tu familia y amigos en España.

«Casi sin darte cuenta, tú también cambias en función de donde vivas»

¿Cuáles son los aspectos sociales que más añoras de España?

Echo de menos una cierta energía personal que sientes en España. Salir de tapas, tomarte un café o una cerveza de improvisto con alguien con quien te cruzas por casualidad, dar un paseo charlando por la ciudad o el parque, que tu familia o amigos pasen por casa sin avisar porque están por la zona, son cosas que pueden sonar triviales pero que echas de menos.

Aquí sueles tener que hacer planes para salir con cualquier amigo con mucha antelación; las ciudades no se prestan a pasear por lo que vas a tiro hecho a algún sitio, o a hacer ejercicio, pero no necesariamente a pasear; todos andamos con agendas muy apretadas y como vas en coche a todos sitios, es difícil que coincidamos con alguien por casualidad dando un paseo, o que tengamos los dos tiempo de parar a tomar algo.

«Extraño salir de tapas, tomarte un café o una cerveza de improvisto con alguien con quien te cruzas por casualidad»

Los niños tienen agendas sociales ministeriales y los padres están de choferes para actividades extraescolares y «playdates». Aquí se vive a otra velocidad, para lo bueno y para lo malo. La eficiencia es estupenda en algunas cosas, pero se echa de menos la espontaneidad en algunos aspectos. La hora de irse a la cama es también muy distinta: en USA suelo irme a la cama sobre las 9:30-10:00 PM y me levanto sobre las 6:00 AM o a veces antes. En España nunca consigo irme a la cama antes de la media noche y me levanto sobre las 7:00-7:30 AM. Todo ocurre de manera natural, sin ningún esfuerzo, porque la vida en ambos sitios te empuja a esos horarios.

¿Qué recuerdos/objetos te llevarías contigo si regresaras?

Los recuerdos y las vivencias de estos años son una parte fundamental de mi vida y los llevaré conmigo siempre. En lo que se refiere a cosas físicas, no hay nada que sea irremplazable. Cuando me vine a Estados Unidos, solo traje ropa y enseres personales. Todo lo demás quedó en España. Si volviera a España, me llevaría mis libros, ropa y mis enseres personales, pero no creo que hubiera mucho más. Tengo muchísimas plantas y dos perros. Desafortunadamente las plantas no podrían venir conmigo pero Lola y Luna sin duda me acompañarían.

Consejos

¿Algo que hubieras querido saber antes de embarcarte en esta experiencia?

Me hubiera encantado tener una red de apoyo cuando aterrice aquí, sola, con un niño pequeño y sin contactos. Tuve mucha suerte porque hice muy buenos amigos y pude ir saliendo adelante, pero no fue fácil. Si puedes establecer alguna conexión con tu punto de destino antes de marcharte, creo que las cosas pueden ser más fáciles.

¿Qué le dirías a alguien que está a punto de irse de su país por cuestiones laborales?

Le diría que es una oportunidad emocionante y que hay que aprovecharla al máximo. Creo que si uno hace bien los deberes y tiene la actitud adecuada, este tipo de aventuras son muy especiales y te ayudan a crecer como persona y como profesional. Yo me considero embajadora de mi tierra allá donde voy y cómo tal no solo llevo un trozo de ella conmigo para compartir, sino que siempre me traigo un trocito de las tierras que me acogen. Ahora ya Estados Unidos es mi segunda patria y llevo a ambas conmigo siempre.

Perspectivas Futuras

¿Cómo marcha tu plan a futuro? ¿Tienes pensado regresar?

De momento no tengo planes específicos o intenciones de volver o quedarme hasta un plazo determinado. De hecho, creo que tener dos sitios tan arraigados te hace las cosas más sencillas emocionalmente, ya que estoy en mi casa, ya sea allí o aquí. Veo mucho más probable un futuro en el que paso tiempo en ambos países, aunque quizás la balanza se incline más en una dirección u otra en función de mis compromisos profesionales. Estamos en un momento muy emocionante en lo que a la inteligencia artificial se refiere y mi prioridad ahora es ver donde puedo tener mayor impacto.

Pide un deseo…

Pediría que los avances en inteligencia artificial en los que estamos trabajando nos lleven a una sociedad más humana, justa, libre y feliz, donde todos tengamos acceso a recursos fundamentales y libertad para crecer, aprender, explorar y vivir en función de tus capacidades y preferencias. Me gusta el concepto de “Abundancia” de Peter Diamandis, y aunque no creo que lleguemos ahí por defecto, creo que tenemos la oportunidad de evolucionar hacia un mundo mejor. Es importante que trabajemos en esa dirección.

Hoja de ruta para no perderse en Estados Unidos
  • Una visita a Hawaii
  • Una escapada imperdible Yosemite
  • No te vayas sin explorar los parques naturales
  • Llévate de recuerdo nuevas amistades que duren de por vida

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