Considerada una de las más prestigiosas damas del crimen, Cornwell condensa en Scarpetta su filosofía sobre los crímenes, explicó ayer: "Los delitos son resueltos por las personas, no por las máquinas". "En las primeras novelas, la protagonista utilizaba la más reciente tecnología, pero en esta entrega he hecho que Scarpetta sólo se ayude de su mente para resolver el misterio".
Para subrayar esa soledad de la detective, Cornwell ha puesto a su personaje en una situación única: "en un camión de mercancías destrozado y destartalado en medio de la ciudad de Savannah, en el estado de Georgia, fuera de su jurisdicción".
La autora afirma que, ante un crimen, "la investigación del cadáver es la parte más interesante de todo el proceso" y no puede evitar lamentar que "cuando se produce un crimen, la víctima suele ser trivializada y nos centramos y obsesionamos sólo en el asesino".
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