Nicole Junkermann es la fundadora de NJF Holdings, una compañía internacional de inversión con intereses en venture capital, private equity y real state. A través del brazo de venture capital de NJF, la compañía cuenta con un portfolio de más de 30 startups en tres continentes, en industrias como la salud, fintech o deep tech.
Espero que mi hija y las futuras generaciones de mujeres emprendedoras no encuentren ningún tipo de barrera y por eso debemos seguir trabajando en esta área.
Como inversora en proyectos internacionales que aportan innovación, analítica o Inteligencia Artificial al sector del health care, ¿qué nos puede enseñar el contexto provocado por el COVID-19?
Abordar esta crisis desde el punto de vista de los datos no es nada nuevo. Los datos, y el Big Data en particular, afectan a todos los aspectos de nuestra vida; el análisis de datos ha demostrado ser una herramienta muy útil para resolver problemas en todas las industrias. La salud no es una excepción y está claro que aplicar el estudio de datos a la salud no es solo vital para superar la amenaza actual del COVID-19, sino que es necesaria para salvaguardarnos de cualquier futura pandemia.
Desafortunadamente, sin una vacuna efectiva en el corto plazo, lo que estamos viendo es la tensión entre el estudio constante de los datos y modelos predictivos para determinar las distintas estrategias para luchar contra la pandemia, y en muchos casos la falta de un formato claro y consistente para compartir esos datos entre organizaciones internacionales e investigadores.
¿Qué se ha aprendido ya?
Que no es suficiente con simplemente tener grandes cantidades de datos, lo que hace falta son datos de calidad con los que poder tomar decisiones y que esos datos se compartan con la comunidad internacional. Ahora más que nunca podemos ver lo importante que es invertir en innovación, particularmente invertir en innovaciones que usen datos e inteligencia artificial aplicadas al sector de la salud.
Desde mi perspectiva como inversora, he visto de primera mano a través de algunas de las compañías de mi portfolio, como de importante es apoyar e invertir en compañías que trabajan con datos e inteligencia artificial para transformar los sistemas de salud y seguridad social. De hecho, este es el principal motivo por el que empecé a invertir en la industria de la salud en 2014.
¿Cómo crees que va a ser el escenario mundial post-crisis?
Como todo lo que rodea a esta crisis, es muy difícil predecir en este momento cómo será el mundo después de esta pandemia; cómo será dependerá mucho de la geopolítica y la cooperación internacional. Para mí, ahora más que nunca, es el momento para que los gobiernos, organizaciones y comunidades trabajen juntos de forma rápida, efectiva y determinada.
¿Qué se puede esperar de la cooperación internacional?
Es muy decepcionante ver los numerosos ejemplos de falta de cooperación internacional. En la Unión Europea, hemos visto como Mauri Ferrari que fue nombrado presidente del Consejo Europeo de Investigación el pasado 1 de enero de este año, dimitió declarando que estaba “profundamente decepcionado con la respuesta europea a la pandemia”, después de quejarse por las trabas institucionales y políticas que encontró mientras intentaba establecer un programa científico común para combatir el virus. Mientras tanto, el 14 de abril, Donald Trump hizo el terrible anuncio que detenía la aportación de 500 millones de dólares de los Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud, al mismo tiempo que acusaba a la OMS de “acelerar la pandemia”.
Además de la falta de colaboración, también hemos visto distintos ejemplos de proteccionismo. La lucha de los países para conseguir material sanitario es un triste ejemplo. La Comisión de la UE impuso una directiva europea prohibiendo la exportación de ciertos materiales médicos en un esfuerzo para mantener suficientes suministros dentro de la Unión, un movimiento que pronto siguió Reino Unido. También hemos visto como en su afán por conseguir suministros médicos en todo el mundo, EEUU ha tenido disputas comerciales y diplomáticas que han sido muy públicas con Canadá y Alemania.
¿Estamos ante un “sálvese quien pueda”?
En líneas generales, ya habíamos visto tensiones comerciales entre EEUU y China antes del inicio de la pandemia. Seguramente el deseo de Trump de promocionar los productos nacionales para salvaguardar la economía americana no va a ayudar. Desde mi punto de vista, estas tensiones van a aumentar después de la pandemia. Por ejemplo, para paliar los efectos del potencial récord de desempleo al que se enfrenta la administración Trump, seguramente tomen medidas para que más eslabones de la cadena de producción vuelvan a los EEUU y crear nuevos puestos de trabajo para resetear la economía lo antes posible.
¿Es el fin de la globalización?
Aunque ha sido la norma en los últimos 50 años, esta pandemia puede ser un punto de inflexión que cambie esa tendencia. Creo que EEUU y China continuarán siendo las dos principales potencias económicas, y que veremos una lucha por la influencia internacional y tensiones comerciales entre los dos países. Un punto a tener en cuenta es, que mientras el número de infectados y muertos crece en todo el mundo, si China consigue superar la pandemia y volver pronto a la normalidad, el país puede encontrarse en una situación privilegiada en términos económicos y comerciales.
¿Qué ocurrirá con las personas?
Si nos centramos en las consecuencias que la pandemia tendrá en la vida de las personas, muy pocos van a salir beneficiados y seguro que la transición será dura para millones de personas. Con una gran parte de la población que ha sufrido medidas de confinamiento, o que aún las están sufriendo, seguramente la vuelta a la normalidad cambie nuestro día a día.
Aparte del impacto económico, estoy segura de que los hábitos de consumo van a cambiar drásticamente y el mundo de los negocios va a tener que reaccionar rápidamente. Creo que vamos a ver importantes cambios en la forma en la que viajamos, especialmente internacionalmente, cómo consumimos distintos servicios de entretenimiento, o puede que trabajar desde casa se convierta en la nueva norma.
Inversión, emprendimiento y mujer
¿Qué aporta a una inversora ser mujer?
Aporta un punto de vista distinto, la diversidad aporta riqueza. Dicho esto, en lo último que me fijo cuando evalúo una inversión es si el emprendedor es hombre o mujer, o de dónde viene, o su religión. Cuando invierto, invierto en personas y lo que miro son sus capacidades como emprendedores y sus ideas. Es importante tomar las decisiones en base a los méritos individuales. Siempre me he sentido muy afortunada por mi papel como mujer inversora en el mundo de hoy, especialmente si comparamos la situación que tenemos con respecto a la de nuestras madres y abuelas. Aunque se ha avanzado mucho, todavía queda mucho por hacer.
Cuando invierto, invierto en personas y lo que miro son sus capacidades como emprendedores y sus ideas.
¿La paridad no llega al mundo del emprendimiento?
No. Un estudio reciente de JP Morgan mostraba que, en Reino Unido, solo el 9% de la inversión en nuevas empresas era para startups dirigidas por mujeres, y si miramos solo al Venture Capital esta cifra desciende hasta el 1%. En España tenemos una situación muy similar y estamos lejos de la paridad, según el último Mapa del Emprendimiento publicado por South Summit a final del 2019, solo el 19% de las Startups están fundadas por mujeres.
¿Y las mujeres que vienen detrás?
Espero que mi hija y las futuras generaciones de mujeres emprendedoras no encuentren ningún tipo de barrera y por eso debemos seguir trabajando en esta área.
Aunque mirando el lado positivo, creo que estamos avanzando mucho. Un ejemplo claro es el “Femtech”, tecnología pensada para mejorar la vida de las mujeres, una industria que se estima llegará a un volumen de negocio de 50 mil millones de dólares en 2025. Esta es una industria donde las mujeres emprendedoras están jugando un papel súper relevante y están a la cabeza en esta revolución.
¿En tu portfolio cuentas con compañías fundadas por mujeres?
Sí, estoy muy orgullosa que tres de ellas están fundadas por mujeres. Una de ellas es Elvie, co-fundada por Tania Boler en 2014, que ha desarrollado distintos productos para mejorar aspectos de la vida de las mujeres como por ejemplo Elvie Pump, el primer sacaleche silencioso portátil, o Elvie Trainer, un dispositivo para entrenar el suelo pélvico. La segunda es Swarm, una compañía cuya misión es proveer de conectividad global a bajo coste, fundada en 2016 por Sara Spangelo. Y la última es Phaidra, que lucha contra el cambio climático estudiando y optimizando las necesidades energéticas de grandes industrias. Esta compañía basadas en EEUU se creó cuando su CEO identificó la oportunidad de usar inteligencia artificial para optimizar los Centros de Datos de Google, reduciendo las necesidades de consumo en un 40%.
Tienes proyectos participados en muchos países, pero no en España, ¿estás interesada en aterrizar en nuestro país?
España es un país especial para mí. Crecí aquí y es un país al que estoy muy ligada. El mayor atractivo de este país es su gente y el talento. Ya hemos mirado varias posibilidades en sectores que van desde el entretenimiento, a la biotecnología, hasta la innovación tecnológica más sorprendente pero no hemos podido concretar nada de momento. Espero que pronto podamos cerrar alguna inversión, porque en España hay un talento incuestionable y por supuesto queremos poner nuestro granito de arena para desarrollarlo.