Muchas veces pienso en hasta qué punto estar ocupada y preocupada por un tema como la diversidad y el liderazgo femenino hace que esto forme parte también de la realidad de los demás. Y en todo caso, cómo hacer para que trasvase ese ámbito en el que muchas veces nos da la sensación de hablar y escucharnos siempre las mismas personas alrededor de los mismos temas. Creo no obstante que hablar de ello fija ideas, las normaliza, pone mojones en el camino, ayuda a cambiar las cosas.
Comparto mesa en el programa Para Todos La 2 en Barcelona, en Televisión Española de Catalunya, y me acompañan Ana Bujaldón de Fedepe y Lola Merino de AMFAR, la Asociación de Mujeres Rurales. Las tres compartimos ideas y discursos, llevamos adelante una pelea en la que creemos y nos dejamos gran parte de nuestras horas pensando y haciendo en pos de cambiar el mapa de la realidad. Pero ¿hasta dónde la sociedad entiende que la presencia de mujeres forma parte de lo justo, de lo que toca en cuanto a los lugares que están llamadas a ocupar?
Me alegra fundamentalmente cuando comparto el mensaje con hombres, porque ese es un espacio a ganar y el tiempo se aceleraría si nos acompañaran.Me alegra fundamentalmente cuando comparto el mensaje con hombres, porque ese es un espacio a ganar y el tiempo se aceleraría si nos acompañaran. Con las mujeres suele ser más fácil, aunque no siempre las prioridades y las maneras son coincidentes.
Vuelvo de la Universidad Loyola de Andalucía de hablar de estos temas compartiendo con hombres y mujeres la necesidad de cambiar el mapa y de la necesidad de que las mujeres adquiramos habilidades que pondrán en valor la cantidad de conocimiento que tenemos en nuestras alforjas.Una manera también de acelerar tiempo y facilitar el incorporar al mercado el talento necesario.
Preparó en el tren la ponencia para el foro de Aliter, mujer y liderazgo en el que premiarán a una estupenda mujer, ejemplo de superación, y vuelvo a pensar hasta qué punto todas estas acciones hacen que normalicemos el tema. Hasta qué punto piensan los demás que esta pelea no es algo sólo nuestro sino que importa a la sociedad y ayuda a cambiar parámetros y estereotipos que no pueden seguir estando presentes en ninguna sociedad.
Termino de escribir y vuelvo a la lectura de Lejos de Veracruz de Vila Matas. Me sonrío varias veces pero sobre todo cuando el protagonista recuerda que que su padre le decía que «El peso del mundo aplasta el entusiasmo». Una buena metáfora. Aliviemos la carga, pongamos alas a lo que pensamos. El mundo sabemos, tiene muchas facetas, elijamos la mejor.
