El mal del árbol grande

Lo que ha quedado claro con esta crisis es que cuanto más lejos de EE.UU. y de sus políticas económicas, mejor.
Parece que algunos países de Sudamérica, entre ellos Brasil y Argentina, si hacen bien algunos deberes, podrían salir bastante mejor parados que otros de esta crisis gigantesca.

¿Por qué? Porque son los que en sus exportaciones menor relación tienen con EE.UU., y también porque por sus condiciones económicas no han comprado todo lo “tóxico” que EE.UU. ha vendido y distribuido en todo el mundo “globalizado”.

O sea: los países de Latinoamérica que menos relación tienen con EE.UU. probablemente queden mejor parados que aquellos que están más cerca como México, Colombia y algunos pocos más.

Por otra parte gracias a que no le hicieron caso al FMI, resulta que muchos países “emergentes”, tienen hoy reservas de divisas fuertes -dólares, euros, yenes- muy importantes en relación a la dimensión de sus economías…

Reservas que podrán utilizar ahora, como lo harán los países ricos, para incrementar el gasto público y tratar de sobrellevar la crisis de comercio internacional, que ya se está planteando.

A veces suele ser más indicador de la realidad, el observar a la naturaleza, que siempre nos da pistas, que escuchar a los “especialistas” que a veces nos despistan.

Sólo con ver que alrededor de un árbol grande y frondoso es muy difícil que crezca ningún otro -porque él necesita toda el agua y los sustratos- debería ser suficiente para que nos diésemos cuenta. Pero pareciera que a veces no lo es… hasta que se nos cae encima.

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