La responsable del proyecto es María del Pilar Buera, quien encontró la forma de preservar moléculas de alimentos que son beneficiosos para la salud. Comenzaron por la sandía ya que su color serviría para evitar los colorantes sintéticos. Muchos productores de alimentos interesados en llevar la novedad al mercado.
Buera está trabajando a la par de Alicia Gallo –autora de la tesis sobre la que se basaron estos hallazgos e investigadora de la Universidad de Luján-, y juntas ya están abocadas a su nuevo proyecto: crear golosinas naturales a base de otros vegetales.
El pigmento de la sandía tiene características antioxidantes, ya que contiene un carotenoide llamado licopeno que ayuda a prevenir algunas formas de cáncer y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La sandía
"Estábamos tratando de crear colorantes naturales estabilizados, ya que los que se usan en el mercado son sintéticos", explicó Buera. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que el pigmento de la sandía tiene características antioxidantes, ya que contiene un carotenoide llamado licopeno que ayuda a prevenir algunas formas de cáncer y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por eso, decidieron buscar la forma de conservar esas propiedades en algún producto nutritivo que no se descomponga en poco tiempo. Y así, agregando aditivos naturales derivados del almidón a la fruta deshidratada, lograron crear un bocado crocante que –aseguran- es ideal para ser consumido como una golosina.
La sandía deshidratada dura entre seis meses y un año. "Es una manera de poder obtener los beneficios de una fruta que es de estación, todo el año", señaló Buera.
El producto que crearon no tiene el aroma y el sabor del fruto, aunque sí tiene gusto frutal. La científica destacó la importancia de consumir alimentos naturales que conserven todas las propiedades del producto original.
El equipo trabaja en el Laboratorio de Propiedades Fisicoquímicas y Conservación de Biomoléculas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Tendencia natural
"Cada vez más la ciencia y la tecnología trabajan para preservar los alimentos naturales y reemplazar los sintéticos y los químicos", afirmó Buera. La creación de este tipo de golosinas, que tienen componentes naturales y hacen bien a la salud, son vitales en la lucha contra la nueva pandemia del siglo XXI: la obesidad.
En algunos países desarrollados, como los europeos, ya es común fomentar el consumo de frutas y verduras entre los niños, en reemplazo de los caramelos, los chocolates, las galletas dulces y otros refrigerios.
Buera y Gallo están trabajando. Habrá que esperar un tiempo para disfrutar sin culpas de golosinas de zanahoria o remolacha, las verduras que ahora acaparan la atención de las expertas.
- Cuando el género no penalice el trabajo de las científicas…
- Diana Cazaux: ´El CONICET cuenta con un 50% de científicas´
- Por primera vez dos mujeres, premios de Física
- Científicos europeos: el 30% son mujeres
- CSIC: y la situación de las Mujeres de Ciencia
- Patricia Beatriz Tissera ganó el premio L´Oreal-Unesco
- Las científicas españolas, discriminadas
- Premian a 16 científicos, ninguna mujer
- Por las mujeres científicas
¿Ya has visitado Profesión, ciencia y arte en nuestra ZONA MUJERES?