Sherin Khankan, la imán que lidera sin velo una mezquita feminista

Sherin Khankan, danesa, nacida en 1974, es una imán que deja ver a menudo su melena en público, porque prefiere «lucir un velo interior”, y que ofrece una forma alternativa de entender a la sociedad musulmana tanto dentro como fuera de ella.

Pero ella no es una pionera. Ya ha habido otras en el pasado y las hay ahora mismo en otras partes del mundo. “En Alemania, en Suiza, en Estados Unidos, en Canadá, se está intentando en París… Muchas mujeres están participando en este efecto dominó y están inspirando a otras mujeres. Lo importante es que dejemos de ignorar que algo así está pasando para que este movimiento crezca”, confirma Sherin Khankan.

Si quieres lograr el cambio, tienes que hacerlo poco a poco y sopesando muy bien cada paso.

Sherin Khankan no solo instruye a otras mujeres que desean convertirse en imanes (en su mezquita ya hay tres que lo han hecho y otras seis están en proceso), también ayuda a que esposas atrapadas en un matrimonio abusivo puedan divorciarse.

Y ese enorme conflicto, que enfrenta en su tiempo libre, es solo una parte de la vida de esta madre de cuatro hijos cuyo trabajo diario discurre en la ONG Exit Cirklen, dedicada a apoyar a víctimas de violencia psicológica.

Administrando sus batallas

Ahora se centra en combatir la polémica forma de oficiar matrimonios interreligiosos entre mujeres musulmanas y hombres de otros credos. Como ocurre en tantas otras religiones, el conflicto llega a la hora de interpretar las sagradas escrituras.

“Es cierto que el Corán no autoriza de forma específica a que las mujeres musulmanas puedan casarse con hombres que no lo sean, pero tampoco lo prohíbe de forma expresa. Es un libro que prescribe la igualdad entre personas y, por tanto, entre hombres y mujeres”, argumenta.

En su intento de trasladar su religión a las realidades del siglo XXI se gana los ataques tanto de buena parte de la comunidad islámica como del sector ultraconservador de su país.

Una de las cosas que ha aprendido la danesa es el proceso es a saber administrar sus batallas. Cuando se planteó casar a dos hombres, algunos de sus colaboradores más estrechos presentaron su renuncia al considerar que estaban intentando abarcar demasiadas luchas. Tras mucho conflicto, Sherin Khankan ha decidido pisar el freno.

“Nos estamos centrando por el momento en los derechos de las mujeres. Si tomamos demasiadas responsabilidades sobre nuestros hombros, creo que perderíamos legitimidad. Me alegro de que otros miembros de nuestra comunidad se estén centrando en la comunidad LGTBI”, dice ahora. “Es algo que he aprendido en este tiempo. Si quieres lograr el cambio, tienes que hacerlo poco a poco y sopesando muy bien cada paso”.

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