Mujeres tras la cortina

Tras la cortina se realizan las entrevistas musicales para cubrir los puestos instrumentales de una orquesta. Solo ocultando su identidad las mujeres han conseguido aumentar su presencia en el tradicionalista entorno de las orquestas. Esta cortina evita una contaminación en la impresión que generan los aspirantes sólo por ser mujeres y así hace el proceso de selección más justo para todos. Con esta medida el porcentaje de las mujeres en las orquestas se ha multiplicado por cinco en los últimos treinta años. Así que yo me pregunto qué tipo de cortina podríamos utilizar para que la maternidad no penalizara a las mujeres.

Muchas mujeres han tenido suerte, han llegado a la música clásica cuando las cortinas ya eran una práctica común en las audiciones y hoy forman parte prestigiosas orquestas. La clandestinidad de la medida ha hecho que estas artistas no hayan tenido que luchar con la predisposición de muchos directores de orquesta que a la hora de tomar una decisión sobre los candidatos siempre elegían al aspirante masculino. Estas decisiones se basaban en contundentes argumentos racionales aunque, a la vista de los resultados, podemos afirmar que era el inconsciente, ese lado oscuro de nuestra mente, él que con probabilidad estuviera sosteniendo esas elecciones.

Dos estudios recientes han mostrado que las mujeres que son madres son evaluadas como menos competentes, o son calificadas como menos autoritarias, más emocionales o menos comprometidas que las mujeres que no tienen hijos.El inconsciente siempre está influyendo en nosotros: en nuestras creencias, ideas y decisiones, de una manera potente y en general, desconocida. Hoy, las empresas empiezan a estar constituidas por hombres y mujeres cada vez en proporción más pareja, sin embargo, la mayoría siguen dirigidas por ellos.

Creemos que nos hemos despojado de prejuicios arcaicos sobre las diferencias en habilidades o capacidad de trabajo de las mujeres, pero el inconsciente empresarial no se ha adaptado tan rápidamente como nuestro pensamiento racional a este cambio cultural que ha tenido lugar en los últimos cincuenta años en las empresas. Dos estudios recientes han mostrado que las mujeres que son madres son evaluadas como menos competentes, o son calificadas como menos autoritarias, más emocionales o menos comprometidas que las mujeres que no tienen hijos.

No hay duda de que existen prejuicios inconscientes en los decisores que sostienen la discriminación insidiosa y difícil de superar que se da en llamar “techo de cristal”. Como si no explicar que en los puestos de poder de las organizaciones se mantenga durante décadas un porcentaje mínimo y apenas creciente de mujeres, e incluso que las estimaciones para el futuro no consideren un crecimiento de estos mezquinos números. Parece que existe un muro que sólo se hace tangible cuando se refleja en las estadísticas…y que en un importante porcentaje de casos deja fuera a las madres.

No parece que haya leyes actuales o recomendaciones capaces de superar este obstáculo invisible que sigue actuando amparándose en las penumbras de nuestra mente… Sin embargo, ya hay estadísticas que anuncian que aquellas empresas con más mujeres estarán más preparadas para el futuro, porque nosotras tenemos la llave del mercado emergente más grande. ¿Será esa nuestra particular cortina para superar el muro que nos aparta de nuestros objetivos profesionales? ¿Conseguirá superar al poderoso inconsciente empresarial?…pronto lo sabremos.

*Por Inmaculada Gilaberte, psiquiatra y autora del libro Equilibristas. Entre la maternidad y la profesión.

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