Según el estudio, para el mercado en general y las empresas en particular, ser madre sola constituye un indicador inequívoco de menor productividad, mayor absentismo y mayor conflictividad laboral. Sin embargo, a pesar de todas estas apreciaciones, respecto a las mujeres que integran familias biparentales, las monoparentales trabajan más en el mercado, con igual o menor absentismo ocupacional y silenciando sus circunstancias personales para evitar la revictimización social o, incluso, el despido.
El estudio destaca los siguientes puntos:
1. Destacado aumento de estos grupos familiares en nuestro país, desde los años 80 (según los últimos datos disponibles del Censo, entre 1991 y 2001 se incrementó en casi un 47%), y tendencia a seguir creciendo, equiparándose a los países europeos. y tendencia a seguir creciendo, equiparándose a los países europeos.
2. El porcentaje de las familias monoparentales encabezadas por hombres, pasa del 17,2 al 19,1%, en el mismo periodo.
Además de ofrecerles un espacio de identidad, socialización y creación de redes, destacan sobre todo los servicios que ofrecen y que son imprescindibles para la vida de estas mujeres.3. Cambio de los perfiles monoparentales, fruto cada vez más de las rupturas de pareja y de madres solteras; así mientras en 1991 el 62% de los hogares monoparentales tenían por cabeza de familia a personas viudas, el porcentaje se redujo al 50% una década más tarde.
4. Feminización de la pobreza de las familias monoparentales, muchas de ellas en situaciones de marginalidad y exclusión social.
5. Grandes dificultades para estabilizar su situación laboral, de vivienda y de recursos vitales.
Estudio cualitativo
Destacan las dificultades de inserción laboral y la consecución de una estabilidad, como elemento clave que no les permite evitar la precariedad económica. Resaltan los prejuicios negativos respecto a las madres solas como otro impedimento para ser contratadas. Respecto a la vivienda, señalan unos precios inasumibles para sus economías. También la falta de ayudas y prestaciones a favor de las familias monoparentales.
La ayuda económica básica cuando quedan fuera del mercado laboral y ya agotado el subsidio de paro es la Renta Mínima de Inserción. La legislación en relación a la separación o divorcio parece tener efectos en el aumento de riesgo a la pobreza y a la exclusión social. Que se alarguen los procesos de separación o divorcio provoca que las mujeres separadas deban sostener en solitario toda la economía del hogar.
Respecto a la participación en asociaciones, parece ser un elemento fundamental para muchas de las entrevistadas. Además de ofrecerles un espacio de identidad, socialización y creación de redes, destacan sobre todo los servicios que ofrecen y que son imprescindibles para la vida de estas mujeres.
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