Saber qué se quiere transmitir y ser coherentes al hacerlo fue el eje del encuentro El poder de ser más claro que organizó la EPWN con Sylvia Carrasco y Mercedes Alegre. La distancia entre la imagen deseada y la que ven los demás puede ser un problema a la hora de contactar y de conseguir nuestros objetivos o los de nuestra empresa. En la imagen confluye habitualmente todo aquello que genera confianza hacia las personas o las empresas.
Pero si la imagen es lo que nos identifica debemos construirla y por lo tanto es fundamental saber quiénes somos, qué es lo que mejor habla de lo que hacemos y en definitiva transmitir lo que mejor nos representa. Cuanto más claramente sepamos quiénes somos, más facil será que los demás lo vean y más influirá en nuestros negocios.
La imagen es lo que los
demás ven de lo que somos. ¿Por qué no alinear lo que somos con lo que se ve para llegar a nuestros objetivos?
¿Quién soy? Si identificamos aquello que nos diferencia de los demás y tenemos la coherencia necesaria para transmitirlo, más probable es que la imagen percibida por los demás se parezca no sólo a lo que somos sino a lo que "deseamos" ser o que se perciba de lo que somos.
Para ello hay tres pasos indispensables: conocer nuestra identidad (lo que somos), tener claros nuestros objetivos (lo mejor es que pueda definirse con un verbo y un complemento directo), y por último definir cuál es el mensaje a construir para que colabore en aquello a lo que aspiramos. Con esto no sólo estaremos definiendo quién somos y hacia adónde vamos, sino también evitando que sean los demás quienes decidan quién soy o en el caso de nuestra empresa, quién es.
El peso de las palabras, del cuerpo y del mensaje
Tendemos a pensar que la palabra y el mensaje son importantes, sin embargo dice Alegre, nos sorprenderíamos si supiéramos el peso real de cada uno de los elementos que influyen a la hora de comunicar. Contrariamente a lo que pensamos, la palabra sólo tiene un 10% del peso en nuestra comunicación y el cuerpo más de un 50% de igual manera en que la voz tiene gran parte del impactocuando emitimos un mensaje.
El cuerpo es nuestro aliado o enemigo a la hora de transmitir. Utilicémoslo entonces a nuestro favor: que sea una herramienta para contagiar emoción, pasión o entusiasmo.
Por eso es importante saber que haremos mucho más simple el gesto de comunicar si contamos con las emociones y que el cuerpo puede ser un aliado o un enemigo según contemos o no con él.
Otro aspecto que destacó Carrasco es que comunicamos con nuestros hábitos y por ello Somos lo que hacemos repetidas veces según palabras de Aristóteles. Gran parte de lo que hacemos es emocional y proviene de la parte más básica de nuestro cerebro "límbico". Manejando aspectos corporales, modificando hábitos adquiridos que no hablan de lo que somos, estaremos dando coherencia a lo que nuestro mensaje dice: no es lo mismo hablar con tensión y utilizando "muletas" como pueden ser un boli dando vueltas en nuestras manos, que comunicar con el cuerpo relajado y una actitud proactiva en la que no sólo estemos emitiendo un mensaje sino que también prestemos atención a nuestro público receptor que se sentirá mucho más motivado.
¿Quién quiero ser? ¿Cómo quiero ser percibid@? ¿Cómo quiero impactar en mi audiencia? fueron algunas de las preguntas que anticiparon a breves ejercicios que sirvieron para poner en escena situaciones reales y los escollos que presenta la comunicación.
Ser en definitiva protagonistas de nuestras vidas. Todo comienza con Desear tener esa imagen deseada, y en definitiva, tomar las riendas de nuestra propia identidad.
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