Ging Ledesma: «Es necesario capacitar a más mujeres para que trabajen todo su potencial inversor»

Ging Ledesma

Ging Ledesma nació en Filipinas, en una familia numerosa de 7 hermanos, y debió afrontar la muerte de su padre a la joven edad de 10 años. «Lamentablemente conozco la cara de la pobreza y de la inseguridad. Quizá, mi origen humilde ha sido el que me ha llevado a querer cambiar el mundo y mejorar la vida de sus habitantes», dice, en diálogo con Mujeres&Cía.

Con esa determinación fue que, durante su etapa universitaria, se prometió a sí misma que «jamás trabajaría para empresas que explotasen a las personas y que solo persiguieran beneficios a costa de mantener la pobreza de los demás».

Quizás allí comenzó el camino que acabó por posicionarla en donde se encuentra hoy, ocupando el cargo de Directora de Estrategia e Impacto Sostenible en Oikocredit, una organización que proporciona crédito para el desarrollo, dando financiación a proyectos que ayuden a la reducción de la pobreza en los países del Sur.

Ging Ledesma ingresó a Oikocredit en 1999, cuando se unió como Gerente Regional Adjunto para el Sudeste Asiático. A través de una carrera sólida y diversa que abarca 23 años, así como casi 17 años de experiencia previa en organizaciones orientadas al impacto social, aporta un sólido conjunto de principios personales progresivos y un vasto conocimiento y experiencia organizacional al Comité Ejecutivo.

En esta entrevista, comparte detalles sobre su vida personal, su trabajo, su forma de liderar y sobre la importancia de capacitar a más mujeres en inversión.

SOBRE SU TRABAJO

Según datos proporcionados por Diversity VC, en España, de cada 10 inversores, solamente 2 son mujeres. ¿Cuáles crees que son las razones que explican esta desigualdad?

En este sentido creo que hay que diferenciar las inversiones tradicionales con las inversiones de impacto. En el mundo de las finanzas que conocemos de toda la vida, es verdad que sigue existiendo una barrera de género en lo que respecta a la inclusión de la mujer en el mundo inversor. La falta de conocimiento e información sobre el sector y la carencia de dinero, son algunas de las causas de su escasa presencia. Si a ello se le une la cautela de las féminas a la hora de asumir riesgos, se crea el caldo de cultivo ideal para esta situación de desigualdad.

La falta de conocimiento e información sobre el sector y la carencia de dinero, son algunas de las causas de su escasa presencia

Sin embargo, si hablamos de la inversión de impacto, la situación cambia, y muchos
de los pioneros de las finanzas éticas son mujeres. Las mujeres son las que tradicionalmente cuidan de la familia, cuidan de sus hijos, están pendientes de lo
que pasa en el mundo y sienten una especial empatía con los que sufren y necesitan
hacer algo para mejorar la vida de esas personas.

De hecho tenemos alguna trabajadora de Oikocredit que dejó la banca convencional para dedicarse a las finanzas éticas respondiendo a su principal motivación de impactar en la vida de las comunidades más necesitadas.

¿Qué hace falta para que las mujeres se animen a invertir?

Lo importante en este tema es capacitar a las mujeres para que descubran y trabajen todo su potencial inversor mediante la promoción del acceso a recursos educativos y de formación, además de abordar las desigualdades de género reduciendo la brecha salarial para eliminar uno de los principales obstáculos que interfiere en el espíritu inversor de la población femenina.

Lo importante es capacitar a las mujeres para que descubran todo su potencial inversor mediante la promoción del acceso a recursos educativos y de formación

¿Cómo crees que incide la igualdad de género en la financiación del desarrollo de los Países del Sur Global?

Según datos del Banco Mundial, el 42% de las mujeres en el mundo no tienen acceso a una cuenta corriente, lo que las excluye casi automáticamente de cualquier posibilidad de acceder al crédito y por tanto de hacer realidad, con su trabajo, ideas de negocio que las permita obtener recursos para emprender y empoderarse.

Esta brecha de género se amplía en zonas rurales, donde la banca convencional no llega porque no es rentable, porque las personas son pobres o analfabetas o simplemente porque no tienen garantías para obtener un préstamo. Cuando la ruralidad y el género se juntan, se crea el caldo de cultivo perfecto para la exclusión social y la pobreza. Es por esto, que tiene un mayor sentido la labor de cientos de microfinancieras que trabajan en los países del Sur Global contra la exclusión financiera y que impulsan el emprendimiento de las mujeres.

Oikocredit promueve el empoderamiento de las mujeres en 33 países de Africa, Asia y Latinoamérica, proporcionándoles capacitación y servicios financieros como préstamos y servicios de ahorro, y de hecho el 87% de sus clientes son mujeres.

Has coordinado una red de mujeres en microfinanzas en Perú. ¿Podrías resumir los principales puntos de la enseñanza en este espacio?

Si tuviera que describir con un adjetivo mi experiencia profesional en Perú con mujeres la calificaría de “inspiradora”. La situación de las mujeres en los países del Sur Global es de pobreza y desigualdad, pero su capacidad de superación y sus ganas de construir una vida mejor para dejar a sus hijos un legado y un buen futuro, es impresionante.

Nos pusimos el importante reto en conseguir el empoderamiento de las mujeres tanto económico como personal, y a través de Oikocredit permitimos el acceso a préstamos justos y al desarrollo de capacidades para llevar a cabo su proyecto de vida: capacitaciones en habilidades de negociación y comercialización, talleres sobre derechos de la mujer, legislación y capacidad de liderazgo.

SOBRE SU VIDA

¿Con qué adjetivo describirías el camino que te llevó hasta el puesto que ocupas hoy en Oikocredit? ¿Cuáles fueron los desafíos más importantes a lo largo de esa trayectoria? ¿Cómo los superaste?

Nací en Filipinas dentro de una familia numerosa con 7 hermanos. Mi padre murió cuando yo tenía 10 y lamentablemente conozco la cara de la pobreza y de la inseguridad. Quizá, mi origen humilde ha sido el que me ha llevado a querer cambiar el mundo y mejorar la vida de sus habitantes.

Mi carrera siempre se ha desarrollado en el ámbito social trabajando con comunidades pobres, tratando de ayudar y empoderar a las personas además de crear conciencia sobre sus propias capacidades para mejorar sus vidas.

Esta experiencia constituyó un gran revulsivo personal hasta tal punto que en mi etapa universitaria me prometí a mí misma que jamás trabajaría para empresas que explotasen a las personas y que solo persiguieran beneficios a costa de mantener la pobreza de los demás. Y nunca he trabajado en ninguna de ellas.

Quizá, mi origen humilde ha sido el que me ha llevado a querer cambiar el mundo y mejorar la vida de sus habitantes.

Mi formación universitaria en finanzas me dio la oportunidad de seguir ayudando a
los más necesitados mediante la concesión de préstamos, acompañamiento y
capacitación.

Posteriormente, comencé a trabajar en una organización concediendo subvenciones, pero me dí cuenta de que esto no era muy sostenible y es ahí donde me encontré con Oikocredit, la organización donde logré unir mi especialización académica con mi espíritu social y solidario. Una organización que constituye una fuerza real inversora donde nos enfocamos principalmente en las personas.

¿Ha sido desafiante desenvolverte en un sector tradicionalmente masculino?

La verdad es que no. Como he comentado antes, el mundo de la inversión de impacto es mayoritariamente femenino y en Oikocredit siempre ha predominado la inclusión por encima de todo. Prueba de ello es que el 60% de la Junta Directiva de Oikocredit está formado por mujeres. Al final trabajamos juntos durante muchas horas y siempre debe de reinar el respeto mutuo y la capacidad de escuchar a todas las partes.

¿Cuál ha sido tu evolución personal en estos últimos años? ¿Qué proyecciones tienes a futuro?

Sobre todo ha sido un proceso de aprendizaje continuo. Porque no debemos olvidar que nosotros ayudamos, apoyamos y capacitamos para construir un futuro mejor, pero a su vez nosotros también aprendemos mucho de estas personas que viven con escasos recursos. Sus ganas de prosperar y de superarse son de admirar dentro de un contexto tan desolador. ¿Mi futuro? Continuar trabajando en el mismo sentido y llegar a más gente necesitada con nuevas herramientas para lograr los objetivos propuestos.

¿Cómo describirías tu liderazgo? ¿Qué hechos de tu carrera lo fueron definiendo?

Me gusta ser clara y transparente y sobre todo inspirar a la gente para mantenerla motivada con el objetivo de cumplir con los objetivos que se propongan. Y para ello es necesario contar con diferentes herramientas y saber cuál hay que utilizar en cada momento para tocar la tecla adecuada.

¿Cuál es tu principal lucha actualmente?

No lo calificaría como lucha. Prefiero hablar en positivo y denominarlo objetivo o propósito. Como siempre ha venido siendo durante mi carrera profesional y lo va a seguir siendo, mi principal misión es seguir ayudando a las personas a construir un futuro para ellas y para sus familias. Poner mi pequeño granito de arena para reducir la pobreza en el mundo.

¿Qué consejo le daría a las mujeres jóvenes que están pensando en invertir?

Creo que dentro de la variedad que hay dentro del sector de la inversión, la inversión de impacto es más fácil para las mujeres debido a su especial empatía con los que sufren y su preocupación por lo que pasa en la sociedad. El mejor consejo que podría dar es que hay que ser realista y ambicioso, porque el dinero no cae de los árboles y hay que cuidar tanto de la familia como de uno mismo.

Hay que tenerlo claro desde un principio y saber lo que quieres hacer, cuál es la motivación para hacerlo, conocer tus límites, valorar el nivel de riesgo que estás dispuesta a asumir y reflexionar detenidamente sobre el tipo de beneficios que buscas y si los márgenes de rentabilidad se alinean con tus valores y motivaciones. Ante todo hay que ser coherente.
Muchos de nosotros podríamos hacer muchas cosas con menos de lo que creemos, todo depende de cómo veamos el mundo que nos rodea y nuestro concepto del éxito.

Nombra tres tendencias y tres desafíos que identificas en el sector en el que te
mueves.

El principal reto al que nos enfrentamos es encontrar nuevas formas de ser efectivos sin perder de vista que en el centro de nuestro trabajo está el cliente, esas comunidades necesitadas cuya vida debemos mejorar. Este es el verdadero desafío cada día, tratando de equilibrar la inversión, el impacto y el riesgo.

Ping pong de Ging Ledesma

Una canción: “Man in the mirror”, de Michael Jackson, porque refleja muy bien la necesidad
de mirarnos al espejo e intentar hacer del mundo un lugar mejor para vivir.
Una comida: Adobo, comida típica de Filipinas.
Un hobby: Cocinar y comérmelo después
Una aspiración: Hacer del planeta un mundo mejor.

 

 

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