Del universo privado al pulso pre-electoral

Doris Capurro fundó en 1982 la agencia de Publicidad Capurro & Asociados, una mítica agencia nacional que por veinte años se ocupó de las comunicaciones de marca de firmas como British Airways, Casa Tía, WalMart, entre otras. Luego de venderla al grupo francés Publicis, se dispuso a fundar su consultora, Capurro, con nuevo rumbo. Socióloga de profesión, su metier era netamente publicitario. “Me fui a Washington a The Graduate School of Political Management de la George Washington University, me invitaron a varios congresos de consultoría política e incorporé un área que tiene que ver con la comunicación, la opinión pública y el análisis de mercado, pero más vinculado a lo público y político” apunta.

Hace dos años, no satisfecha con las herramientas de opinión pública existentes, incluyó la tecnología en la agenda de Capurro. “El mundo se hizo tan vertiginoso que requiere de una metodología de investigación de opinión pública más rápida, por eso creamos Ibarómetro con dos empresas tecnológicas. Es el resultado de un aporte de empresas dedicadas a las telecomunicaciones y el software y mi aporte. Desde Capurro asesoro en comunicación política y desde Ibarómetro hago el estudio y análisis de la opinión pública” afirma.

¿Qué alcances tiene la asesoría de Capurro?
Asesoramos a organismos públicos, gobiernos provinciales, para municipios, para entidades o empresas que necesitan saber cómo viene el panorama electoral, pero también hicimos un estudio para Michelle Bachelet por ejemplo. Después que ella pronunció un discurso que terminó a la una del mediodía, a las tres de la tarde habíamos relevado 4000 casos en todo Chile desde Buenos Aires, para evaluar el impacto de un discurso nacional antes que tenga la influencia de los medios.

A mi me sorprende mucho el caso de Francisco De Narváez, se vuelve a construir un personaje político desde el marketing publicitario, no desde la estrategia política.Trabajamos también evaluando toda la campaña demócrata y post triunfo de Obama, en cuanto al impacto que tiene en Argentina y en América Latina. El estudio demuestra que Obama es el líder político más popular para los argentinos, con un 80 por ciento de imagen positiva.

¿Qué te sorprende más del clima pre-electoral?
Se ha dramatizado desde mi punto de vista esta campaña, que no deja de ser importante como lo es cualquier campaña de mitad de término, porque se evalúa un desempeño, un rumbo, pero no es cosa de vida o muerte.

¿Y respecto de las campañas?
A mi me sorprende mucho el caso de Francisco De Narváez, se vuelve a construir un personaje político desde el marketing publicitario, no desde la estrategia política. Yo distingo, a partir de haber vivido en ambas áreas de la comunicación, entre la campaña publicitaria de un producto y la que debe ser de un político, me parece que esa campaña es la construcción de un producto vacío de contenido porque en la mayoría de los casos -según nuestras investigaciones- la gente no tiene mucha idea qué propone.

¿Por qué el citybranding es una estrategia válida?
Es increíble dedicar tanto dinero y know how a la venta de un producto y no dedicarle lo mismo al patrimonio común que son las marcas públicas, como las ciudades. Se empezó a hablar de esto del branding aplicado en las ciudades, es decir, transformar a las ciudades que hoy en el mundo global compiten entre sí, igual que las marcas. Londres, París, New York, Barcelona estén posicionadas de cierta manera frente al mundo, las ciudades argentinas también podrían lograrlo, también para que el poblador se identifique mejor. Hay mucho potencial aquí y está empezando a sentirse, no sólo las ciudades, pensemos en las calles, como Broadway, ya es una marca, lo mismo podríamos hacer con la calle Corrientes.

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