El esperado cambio de estación ha llegado casi sin darnos cuenta. La primavera ha irrumpido en nuestras vidas con un calor más propio de los meses estivales que de abril y mayo. Y las previsiones para los días de vacaciones de Semana Santa son buenas. Es hora de comenzar a preparar nuestra piel para el ansiado y merecido contacto con el aire libre. El primer trabajo para esta subida de los termómetros es la correcta hidratación de la piel.
Es posible que durante el invierno hayamos sido algo perezosas con la rutina de aplicarnos la crema sobre la piel tras el baño. Además, la calefacción es un mal aliado para lucir una piel luminosa y elástica.
Usar jabones neutros para la higiene y realizar, en los días previos, algún peeling suave Además de la importancia de beber dos litros de agua al día, de consumir frutas y verduras y de aplicarnos protectores solares, el doctor Moisés Martín Anaya recomienda usar jabones neutros para la higiene y realizar, en los días previos, algún peeling suave. Que se trate siempre de un tratamiento natural, advierte, un peeling frutal, por ejemplo, que aporta vitamina C a nuestra piel y no resulta agresivo. Eso sí, hay que adelantarse y no debe realizarse en la víspera.
Según el especialista y en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, se debe tener mucha precaución con cualquier tratamiento exfoliante en los días previos a tomar el sol. Es mejor dejar las intervenciones estéticas, para el regreso, antes del verano.
Por otro lado, existe la errónea creencia de que el aumento de los termómetros es la causa de la excesiva sudoración que padecen algunas personas. En efecto, el calor hace sudar, pero se trata de una función natural del organismo mediante el cual éste regula su temperatura. La sudoración abundante tiene su origen en enfermedades, algunas graves como el cáncer, y en situaciones normales como la menopausia, en la mujer.
¿Por qué se relaciona la sudoración con la llegada de la primavera y el verano?
Cuando algunas personas sudan mucho, la piel se irrita y puede dar lugar a la llamada urticaria colinérgica. Esta reacción, que a menudo se confunde con la alergia al propio sudor, consiste en unas ronchas en la piel, acompañadas de picor y enrojecimiento de la zona. Hoy en día la técnica te ayuda a evitar no sólo posibles lesiones, sino también situaciones socialmente embarazosas provocadas por la llamada hiperhidrosis.
Martín Anaya realiza un procedimiento en consulta, sin pasar por el quirófano, que es capaz de inhibir entre seis y dieciocho meses el neurotransmisor responsable de la sudoración. El paciente puede incorporarse a la vida habitual de forma inmediata, pero el resultado podrá apreciarse a partir del tercer o cuarto día, y en la semana siguiente se observará una reducción progresiva del sudor en la zona tratada.
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