Todavía hoy la discapacidad no es noticia para los medios de comunicación audiovisuales, que dedican escaso tiempo a temas relacionados con una realidad que alcanza a casi cuatro millones de personas en nuestro país y alrededor de cincuenta millones de ciudadanos en Europa. Sin embargo, según un informe de la Fundación empresa y sociedad que analiza la acción social de las empresas en la prensa escrita durante 2006, las personas con discapacidad es el colectivo que gana más importancia en la prensa escrita, junto con las personas inmigrantes.
La mayoría de las informaciones sobre el tema que aparecen en soporte escrito se concentran en los fines de semana, al contrario de lo que ocurre con las noticias de carácter más general, y en fechas cercanas al 3 de diciembre, con ocasión del Día Internacional de la Discapacidad. Cabe destacar que la imagen que se transmite de la discapacidad en Internet varía positivamente respecto a los medios tradicionales. Esto se debe principalmente a una mayor presencia de informaciones generadas por asociaciones y medios especializados de personas con discapacidad. Esta diferencia es aún mejor en los países de habla inglesa que hispano-parlantes.
Esta reducida presencia en los medios de comunicación audiovisuales, se acentúa si cabe aún más, en el caso del colectivo femenino. La aparición de la mujer con discapacidad en los medios es muy esporádica y, las pocas veces que sale en antena, se transmite una imagen distorsionada de la misma a través del lenguaje que se utiliza para calificarla o por el propio tratamiento de la noticia, que a menudo suele conllevar una fuerte carga sensacionalista. El vocabulario que se emplea para referirse a las mujeres con discapacidad continua siendo peyorativo y en ocasiones con claras connotaciones negativas (invalida, anormal, retrasada, etc.), lo que no contribuye precisamente a transmitir una imagen ajustada a la realidad de normalización del colectivo de mujeres con discapacidad.
En general, suelen aparecer como seres débiles, dependientes e inferiores llegando a emplear la imagen de la mujer con discapacidad en determinadas acciones de comunicación que pretenden suscitar lástima, sensiblería o tristeza.
Su existencia gana en invisibilidad, pues al considerar que no encajan ni siquiera en los roles tradicionalmente asignados a su género, dejan de participar en actividades como las de sus iguales en edad y género. No se les considera en el papel de novias o madres y en la mayoría de las ocasiones, cuando se habla de los problemas de las mujeres con discapacidad no aparecen declaraciones de las propias afectadas, sino que son terceros, familiares, profesionales, asociaciones representativas de este colectivo, etc.) las que hablan por ellas, abundando en el sobre proteccionismo que en muchas ocasiones sufre el colectivo.
Por otro lado, la influencia de la discapacidad en la imagen corporal de la mujer, no ajustada a los cánones de belleza femeninos que los medios de comunicación deliberadamente crean y difunden, hace que se les considere seres asexuados, sin belleza, sin posibilidades de estar a la moda o de participar de forma activa en la cultura del ocio.
Esta imperceptible representación de mujeres con discapacidad en spots, largometrajes o programas de televisión, provoca un impacto en la propia auto percepción del colectivo, que en muchas ocasiones ve mermada su autoestima, lo cual repercute negativamente en el mantenimiento de relaciones sociales, sobre todo, de índole afectiva.
Por otro lado, la extendida errónea creencia de nuestra sociedad actual de que lo que no aparece en los medios de comunicación no existe, puede contribuir a percibir a las mujeres con discapacidad como un colectivo ajeno y distante, e inducir a un mayor rechazo, derivado de la tendencia humana de rehusar lo que desconoce.
Históricamente siempre ha sido deficiente el tratamiento de las mujeres con discapacidad en los diferentes medios de comunicación. Habitan en nuestra memoria personajes de la literatura infantil como Clara, una niña discapacitada que en la novela de Heidi, sufre una vida de encierro o en obras de prestigiosos autores de la literatura española como Leopoldo Alas Clarín con "Doña Berta" o "Tristana" de Benito Pérez Galdós, donde las mujeres discapacitadas aparecen descritas como seres infelices, grises y amargados. Si volvemos nuestra mirada al cine, tampoco aparece bien parada la figura de la mujer con discapacidad, que ha sufrido un tratamiento heterogéneo: desde la identificación del mal con el personaje femenino hasta la alabanza exagerada de virtudes (Belinda; Bailar en la oscuridad; El Piano; Hijos de un dios menor; Million dollar baby; Sóla en la oscuridad, etc).
Ya en la actualidad podemos ver personajes femeninos con discapacidad que se acercan a la normalización en series de televisión como "MIR" de Telecinco o "En Buena compañía" de Telemadrid, siendo el medio publicitario donde se está alcanzando unas cotas más altas de presencia de féminas con discapacidad, en buena medida porque los anunciantes no están dispuestos a prescindir del potencial económico de las más de dos millones de mujeres con discapacidad de nuestro país.
Afortunadamente, muchos manuales de estilo de algunas agencias de noticias como Servimedia y cadenas de televisión y radio, están afrontando con verdadera convicción y eficacia acciones concretas para que en el tratamiento diario que realizan de la información, tengan presente su responsabilidad a la hora de transmitir una imagen adecuada de las mujeres con discapacidad.
En este mismo sentido, es destacable la reciente creación del Comité de apoyo a las Personas con Discapacidad en los Medios Audiovisuales, compuesto por las entidades más representativas del ámbito audiovisual español que, con la coordinación de la Fundación ONCE, tiene como finalidad intercambiar información en orden a mejorar la imagen de las personas con discapacidad que se transmite a través de los medios audiovisuales.
Desde el propio colectivo también se han puesto en marcha interesantes iniciativas. En concreto, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) tomó en su día conciencia del problema de la figura de la mujer con discapacidad en los medios, y en su Plan Integral de Acción para Mujeres con Discapacidad para el periodo 2005-2008 se estableció una serie de objetivos para modificar esta situaci&oac
ute;n a fin de evitar la divulgación sobre los mitos y concepciones erróneas hacia las niñas y mujeres con discapacidad. Entre las acciones propuestas está la realización de una campaña a través de los medios de comunicación de confrontación y desmantelamiento de la imagen errónea extendida de las mujeres con discapacidad. Otra medida, fue la promoción de encuentros con los profesionales de la comunicación, publicitarios y anunciantes, a fin de que faciliten mensajes claros sobre discapacidad y género, apostando por potenciar modelos positivos de mujeres con discapacidad en los medios de difusión pública.
Todo lo anterior permite visibilizar un panorama más halagüeño en relación con el tratamiento de la imagen de la mujer en los distintos medios informativos y de comunicación.
*El artículo fue realizado para E2C Media y publicado en Mujeres Directivas.