María Palomares: «Mi liderazgo es un liderazgo consciente de su poder y sus limitaciones»

Maria Palomares

La Fundación Calala Fondo de Mujeres cumple 15 años en 2024. Se trata del único fondo de mujeres presente en España, que se dedica a dotar de recursos a la defensa de los derechos de las mujeres.

En diálogo con Mujeres&Cía, María Palomares, directora ejecutiva de la Fundación, contó que Calala se fundó en 2009 por parte de feministas con una fuerte relación con Centroamérica.

«La idea inicial era destinar los recursos de la cooperación española a las organizaciones de mujeres allá, ya que se veían que los recursos se quedan principalmente en manos de las grandes ONGs», indicó. Sin embargo, como en aquellos años la cooperación española cerró por completo debido a la crisis de 2008, comenzaron a crear «una red de personas y entidades privadas donantes» que fueron las que les ayudaron a crecer.

«En 2012 teníamos un presupuesto de 70.000 euros, un equipo de dos personas y contábamos con el apoyo de otro fondo de mujeres, Mama Cash, y de Open Society Foundations», describió.

En la actualidad, Calala tiene un equipo de 14 personas y un presupuesto de 2 millones de euros. «Este crecimiento ha sido gracias al apoyo de fundaciones internacionales, que financian principalmente el trabajo que hacemos en España con organizaciones de mujeres
migrantes, y a los fondos de cooperación al desarrollo que finalmente conseguimos destinar
a Centroamérica», expresó Palomares.

Cuentan también con una comunidad de personas solidarias que donan regularmente
desde sus inicios, aportando unos 30.000 euros al año. «Actualmente estamos
trabajando por ampliar esta base y por abrir colaboraciones con las empresas españolas
que están comprometidas con el avance de los derechos de las mujeres», agregó.

Sobre su trabajo

Calala es actualmente el único fondo de mujeres en España, ¿por qué es relevante su existencia y de qué manera aporta a la causa feminista?

Los fondos de mujeres existen para dotar de recursos a la defensa de los derechos de las
mujeres. En Calala tenemos la convicción de que el activismo, la movilización social y la
incidencia política necesitan de recursos para que todas las mujeres puedan participar, sin
importar su situación vital, y para que dicha participación sea en condiciones saludables.

Todas conocemos el esfuerzo que supone para las mujeres, además de trabajar y de
hacerse cargo de las tareas del hogar, encontrar tiempo y espacio para la participación
política. Esta, además, siguiendo modelos masculinos, es insostenible para las mujeres, por
lo que disponer de recursos para cuidarse, conciliar y organizarse es indispensable.
Calala Fondo de Mujeres lleva más de 10 años dotando de recursos al movimiento de
mujeres en España y Centroamérica. En este tiempo hemos entregado más de 6 millones
de euros a organizaciones de las dos regiones.

¿Cuáles son los movimientos que apoya? ¿Qué programas o acciones llevan adelante?

Calala apoya principalmente a organizaciones lideradas por mujeres en situación de
vulnerabilidad y que tienen más dificultades de acceder a recursos. En Centroamérica
financiamos organizaciones de mujeres indígenas, afrodescendientes, del medio rural y
lideradas por mujeres LBT. Ellas defienden derechos como el acceso a la salud sexual y
reproductiva, especialmente el acceso al aborto que está prohibido en tres de los países de
la región. También defienden el medioambiente o luchan por una vida libre de violencias
contra las mujeres, y en Centroamérica cuando hablamos de violencias, hablamos de
feminicidio.

En España financiamos principalmente a organizaciones de mujeres migrantes, en su
defensa de la regularización y el acceso a derechos sociales. Apoyamos a organizaciones
de empleadas de hogar y cuidados, que reivindican la mejora de sus condiciones laborales.
También apoyamos a organizaciones que luchan contra el racismo que existe en la
sociedad española.

Recientemente hemos abierto una nueva línea de actuación para apoyar a cooperativas y empresas de la economía social lideradas por mujeres. Se trata del Fondo Dalia, una iniciativa conjunta con otras entidades del sector, que pretender capitalizar y apoyar el sostenimiento de estas empresas. Como el resto de las ayudas en Calala, el dinero que entregamos se facilita para apoyar a la organización en su globalidad no para un proyecto concreto, y las condiciones para ejecutar y justificar los fondos recibidos son flexibles y adaptadas a las necesidades.

Podríamos decir que hay cierto rechazo social a pensar en la mujer vinculada al dinero, ¿cómo combaten esta mirada?

La relación de las mujeres con el dinero es un tema clave dentro de Calala. No se trata solo
de que la sociedad no vea a las mujeres con un rol activo en la consecución y la gestión de
fondos, es que las propias mujeres, por la educación recibida, también tenemos tabúes y
prejuicios con el dinero.

En Calala queremos educar a las mujeres con las que colaboramos, a las que participan en
las organizaciones que financiamos, pero también a las que nos donan su dinero, para que
entiendan que tomar decisiones de manera autónoma sobre su dinero y su economía es
parte principal de nuestro empoderamiento. Y que poner nuestros recursos a disposición del avance de los derechos de las mujeres es una aportación al bien colectivo de todas
nosotras y de las generaciones futuras.

En Calala hacemos un taller donde nos preguntamos cómo era la relación con el dinero en
nuestras familias, ¿cuánto dinero había?, ¿llegábamos a fin de mes, existían ahorros?
¿quién tomaba las decisiones? Estos primeros aprendizajes van a influir en nuestra mirada
sobre el dinero y en el potencial que le vemos o no. Entender mejor que muchas veces
actuamos sobre valores y prácticas preconcebidas nos ayuda a liberarnos de obstáculos y a
quitarle emocionalidad al dinero. Queremos que las mujeres entiendan de economía, hablen de economía y conozcan las reglas del juego.

¿De qué manera puede la gente colaborar con Calala?

El mejor apoyo para nosotras es la donación, ya que los fondos que recibimos de personas
a nivel individual son los que nos dan más libertad de movimiento. Son fondos que se dan
porque se confía en el trabajo que hacemos y que podemos utilizar sin restricciones, que sí
nos pueden poner las instituciones. Calala es fundación, por lo que las donaciones
desgravan cuando se hace la declaración de hacienda. Así que animo a todas las personas
que quieren un mundo mejor para las mujeres, que se hagan donantes de Calala.

Otra manera de colaborar es dar a conocer Calala en tu empresa. Sabemos que cada día
más empresas están comprometidas con la igualdad y con el avance de las mujeres dentro
de sus equipos. Calala es un aliado estratégico para sensibilizar a los equipos sobre esta
necesidad, y para contribuir a la consecución de los objetivos de desarrollos sostenible.
Podemos ofrecer formaciones, voluntariado y acceso a las mujeres que luchan cada día por
mejorar nuestras sociedades.

Sobre su vida

¿Con qué adjetivo describirías el camino que te llevó hasta Calala? ¿Cuáles fueron los desafíos más importantes a lo largo de esa trayectoria? ¿Cómo los superaste?

Pues yo diría que mi camino hasta llegar a Calala fue coherente, ya que aunaba mi
activismo feminista y mi interés por las redes internacionales de mujeres y mi experiencia en el sector de la cooperación al desarrollo. Sin embargo, entrar en Calala fue todo un desafío, porque yo también tenía ese tabú sobre la relación con el dinero. Tuve que hacer todo un esfuerzo por ajustar mis valores personales a los de la organización, y para ello necesité mucha formación y reflexión. Rescaté mis conocimientos básicos sobre economía y aprendí sobre cómo funcionan las finanzas internacionales, los mercados y las colaboraciones público-privadas. Ahora sé que rol juega Calala en todo este sistema y me siento empoderada para representarlo.

¿Cómo describirías tu liderazgo? ¿Qué hechos de tu carrera lo fueron definiendo?

Mi liderazgo es un liderazgo consciente de su poder y sus limitaciones. Siempre he
trabajado en organizaciones con amplios espacios de participación y con sistemas
compartidos de toma de decisiones. Eso fue algo que quise traer a Calala y mejorarlo.
Ya había tenido experiencia como coordinadora o delegada en anteriores organizaciones,
pero a Calala entré como directora ejecutiva. El nombre del cargo en un principio me
impuso, pero luego me ayudó a empoderarme. Pronto se incorporó una segunda directora a
la organización, y juntas hemos hecho un viaje que nos ha hecho crecer de manera
exponencial. Sin mi compañera no habría llegado a donde estoy. Han sido 10 años
trabajando juntas, desde el respeto y la complicidad, entendiendo qué aporta cada una a la
organización, potenciando nuestros puntos fuertes y cubriendo los puntos débiles de la
otras. Nos hemos complementado a la perfección.

Ahora que hemos crecido, gran parte de mi tiempo lo dedico a reforzar los mecanismos
internos de la organización, los que tienen que ver con el cuidado de las personas, la
transparencia en la toma de decisiones y el reparto de las responsabilidades. Para eso me
ha ayudado mucho conocer buenas prácticas de otras organizaciones, y generar espacios
de escucha dentro de la organización para saber lo que necesita.

Actualmente me estoy formando en facilitación de grupos, para ahondar más en mi
conocimiento interno y mi manera de funcionar en equipo.

¿Qué es lo que más te gusta de tu actual trabajo?

Me gusta generar conexiones entre organizaciones de diferentes sectores y ver cómo
surge la chispa y las ganas de trabajar juntas. Ahí disfruto de desarrollar todo mi
potencial creativo en el desarrollo de ideas y proyectos y en la búsqueda de financiación
para que estos se hagan realidad.

¿Cuál es tu principal lucha actualmente?

Después de más de 10 años en la misma organización y en el mismo puesto, mi principal
lucha tiene que ver con el futuro de mi carrera profesional, ahora que estoy a punto de
cumplir los 50 años. ¿Debo seguir en el puesto de dirección? ¿tengo que abrir espacio para
nuevos liderazgos? ¿qué me espera en el futuro?

También le dedico tiempo a trabajar la motivación y el reconocimiento de los equipos con
los que trabajo, para que estén a gusto en la organización y retener su talento.

¿Cuáles fueron las mujeres que influyeron en tu vida?

Pues claramente mi madre, Lorenza Cabral, que es una feminista que trabajó durante
muchos años por conseguir igualdad real en el trabajo para las mujeres, y mi abuela, María
Palomares Oliveros, que fue maestra y en los últimos años de su vida se dedicó a la política
local.

También tengo mujeres a las que admiro en las organizaciones feministas en las que he
participado toda mi vida, que me han enseñado el sentido de la justicia y la fuerza que
podemos tener cuando nos juntamos.

¿Qué proyecciones tienes a futuro?

Ando pensando qué hacer. Me gustaría seguir en puestos de dirección, siempre en
organizaciones que una clara vocación de servicio público ya sea en la administración o
en el sector privado.

¿Qué consejo les daría a las mujeres jóvenes que están empezando a recorrer su trayectoria laboral?

Que se escuchan y se conozcan a sí mismas para saber qué es lo que quieren hacer y
cuáles son sus potencialidades. Y de la misma manera, que sepan que de todas las
experiencias se aprende, y que es importante pararse a pensar por qué estoy aquí y qué me llevo. Y por supuesto, el para qué.

Ping Pong (Elige 5. También puedes cambiarlos y brindar otras respuestas, por ejemplo, una canción, un sueño, etc)

Una película: Thelma y Louis
Una comida: Arroz caldoso
Un hobby: El piano
Una app imprescindible: Google maps
Un lugar al que volverías: Mi pueblo

Más sobre María Palomares

Es licenciada en Periodismo, con formación en Género y Desarrollo y Cultura de Paz. Ha trabajado en diferentes organizaciones no gubernamentales de cooperación al desarrollo. Como activista feminista, participa en grupos locales como Dones x Dones y Feministes Indignades, y forma parte de la Red Internacional de Mujeres de Negro desde 1996.

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