Me encantaría, pero desafortunadamente no puedo, afirmar que un título tan ingenioso sea obra mía. Por el contrario, debo confesar que se lo he tomado prestado de The Economist, prestigiosa publicación británica especializada en el marco de las relaciones internacionales y la economía. Su autor original lo utilizó para encabezar un artículo en el que reflexionaba acerca de la necesidad de rentabilizar el talento de la mujer. Publicado en el año 2006, momentos previos al inicio de la crisis, en él se alertaba sobre la sombra del peligroso lastre económico que supone la infra-utilización de la fuerza laboral femenina.
Los datos macroeconómicos que acompañan a este fenómeno son demoledores. El artículo muestra que la incorporación de la mujer al mercado laboral ha sido sin lugar a dudas la mayor fuente de crecimiento de las últimas décadas. Más en concreto, ha supuesto una aportación al PIB que supera con creces la que han realizado los poderosos gigantes tecnológicos y países como China y la India. Por si fuera poco, si a la aportación que hacen las mujeres dentro del mercado laboral le añadiésemos la que se realiza de forma no remunerada en el marco del hogar (tareas domésticas, cuidado de ancianos y niños, etc.), las cifras llegarían a superar el 50%.
Las mujeres son hoy el motor de crecimiento más potente y prometedor que tenemos a nuestro alcance Si cambiamos nuestra perspectiva del problema, y analizamos las previsiones sobre lo que nos depara el futuro, las estadísticas son aún más impactantes. La incorporación efectiva del talento femenino al mercado laboral traería consigo un crecimiento para los Estados Unidos del (nada despreciable) 5%, cifra que ascendería hasta el 9% para el caso de Japón, el 12% en los Emiratos Árabes Unidos, llegando a alcanzar el 34% en países como Egipto.
En otras palabras: las mujeres son hoy el motor de crecimiento más potente y prometedor que tenemos a nuestro alcance. Lamentablemente, se trata también de uno de los recursos más infrautilizados. Más de 865 millones de profesionales de este sexo, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), están hoy siendo desaprovechadas. Entre ellas, 812 millones se encuentran en países emergentes o en vías de desarrollo. ¿Se imaginan el impacto que tendría su incorporación al tejido empresarial? ¿Y al desarrollo socioeconómico de su país?
Por todo ello, aunque ha llovido mucho desde la publicación del artículo por parte de un medio tan influyente como es, para la mayoría de nosotros, The Economist (crisis económica mundial incluida), las cosas no han cambiado y su contenido sigue estando de plena actualidad. ¿De verdad vamos a dejar pasar esta oportunidad de retomar con éxito la senda del crecimiento? Apuesto que si cada uno de nosotros aportamos un grano de arena será el principio del final de esta larga crisis que nos ha tocado vivir.
*Silvia Leal es doctora, experta en Innovación y Tecnología, terapeuta psico-corporal y fue elegida una de Las Top 100 Mujeres Líderes en España en 2013.
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