SITUACIÓN PRESENTE Y FUTURA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA E INTERNACIONAL
Se percibe en las respuestas de los consultados en este Consenso una cierta disparidad o asincronía de la situación del ciclo económico en las principales áreas productivas del mundo, en un tono generalizado de moderado pesimismo. Respecto a los EE UU, la opinión de los encuestados sigue considerando que la situación ha seguido empeorando, pero que no lo hará más en el próximo futuro. Respecto a la economía japonesa, la opinión espera que continúe deteriorándose, como ha hecho hasta ahora, en los próximos trimestres. En el caso de la UE, el Consenso espera una situación estable en estos momentos, que considera como buena. Por último, y acerca del resto de economías, la opinión percibe una situación que no ha dejado de mejorar, pero de la que el Consenso espera que tenga un peor comportamiento en el próximo futuro.
LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Desde hace casi siete años, la representación gráfica de las restricciones básicas de la economía española (demanda, capital y empleo) ha sido la que mejor ha representado la realidad, como una visión rápida, correcta y completa, aunque simplificada de los motores de la evolución de la economía.
En este último Consenso, correspondiente al primer trimestre de 2008, se ha podido comprobar cómo se ha producido un intenso deterioro de la percepción de la situación económica, y no como una mera continuación del profundo cambio de opinión sobre la economía española que ha venido registrándose en anteriores Consensos. En los trimestres anteriores, la percepción negativa afectaba solo a las expectativas sobre la evolución futura, mientras que ahora se traslada a la evaluación de la situación actual. Las expectativas no cambian mucho: la mediana del crecimiento esperado para 2008 solo retrocede una décima hasta situarse en el 2,8%.
En este último trimestre se ha observado una significativa reducción del porcentaje de encuestados que creen que la restricción de demanda es el principal factor que influye en la evolución de la economía española. Esta situación contiene una difícil racionalización, habida cuenta de la orientación del resto de respuestas sobre la actividad económica que se ofrece en el resto de este Consenso Económico. El cambio más significativo en las respuestas del Consenso se produce en el ámbito de la inflación, cuya expectativa para el cierre de 2007 aumenta 1.5 puntos porcentuales, hasta el 4,2%. De la misma manera, la proyección de la inflación a mediados de 2008 se eleva hasta el 3,7%, 1.0 puntos porcentuales más alta que en el Consenso del pasado trimestre. Sólo una tercera parte de los empresarios encuestados acerca de la política de precios que van a llevar en su empresa responden que practicarán subidas en el próximo año, siendo el “aumento de costes” la razón principal de ellas. La explicación de que los encuestados apuesten mayoritariamente por una futura estabilidad o reducción de sus políticas de precios viene sostenida, principalmente, por el aumento de la competencia a la que se enfrentan en sus negocios. Ello podría servir para pronosticar que el aumento de la inflación percibido en los últimos meses pudiera tener un carácter transitorio.
Otro cambio relevante en las opiniones expresadas por los encuestados se registra en lo referente a las expectativas de tipos de interés del BCE. Mientras que en el trimestre anterior se pronosticaba un tipo del 4,25% en junio de 2008 para las subastas semanales de la autoridad monetaria, ahora se prevé que se sitúe en el 3,50%. En esta opinión no parece contar el aumento de la inflación tanto como el empeoramiento de las perspectivas sobre el crecimiento y, probablemente, la apreciación del euro.
Resulta curioso observar cómo, a pesar de la crisis financiera internacional y la fuerte caída de las valoraciones inmobiliarias en España, el Consenso mantiene casi intacta la opinión acerca de la situación económico-financiera de las familias que establece, en un porcentaje superior al 64% del total de respuestas como “regular “, y en un 35% como “buena”.
Asimismo, resulta llamativa la consideración que hace el Consenso acerca de la situación económico-financiera actual y próxima de las empresas y sus expectativas a corto plazo, para las que el 61% de las respuestas cree que irá a “peor”, frente a un 38% que las considera como “estables”. Sin embargo, la opinión considera que las condiciones monetarias y financieras globales en las que se desenvuelven las empresas son “neutras” o “favorables” para una opinión mayoritaria (cercana al 70% del total de respuestas) sin apreciar cambio alguno de las mismas para el próximo futuro.
LA INFLUENCIA ECONÓMICA DE LA APRECIACIÓN DEL EURO
El Monográfico que ofrece este Consenso trata acerca de cómo la competitividad mundial de la zona euro está siendo intensamente afectada por la progresiva depreciación del dólar. Los expertos que han elaborado el cuestionario de este Consenso han acompañado las preguntas de una extensa reflexión sobre la situación actual, de forma que sirva de guía para las respuestas de los encuestados.
Ante la situación descrita, nada menos que el 82% de los encuestados afirman estar “preocupados” o “muy preocupados” por el impacto que pueda producirse sobre la economía española, estimando que el efecto específico sobre la actividad empresarial que conocen, será “muy negativo”. Para el 40% de la opinión, será sólo “neutro”, aunque pensando que una apreciación del tipo de cambio tiene efectos negativos (pérdida de competitividad y menor crecimiento) y positivos (menor inflación), el conjunto de las respuestas afirma que el efecto conjunto de la apreciación del euro resultará “moderadamente negativa” o “bastante negativa” para un 76% del total de respuestas.
El Consenso cree que el BCE habría subido los tipos de interés si el euro no se hubiera apreciado tanto y que, y para nada menos que el 85% de la opinión, el proceso de deslocalización industrial contribuye a reducir las presiones inflacionistas en la zona. Para el 83% de los encuestados, la apreciación del euro frente al dólar tiene que ver con la situación cíclica de la economía norteamericana, mientras que sólo debería achacarse a la situación del ciclo europeo para el 15% de la opinión manifestada. El consenso supone que el euro llegará a situarse a lo largo de 2008 en 1,59 dólares, debido a un menor crecimiento de la economía de los EE UU y, en menor medida, al mayor diferencial a corto plazo de los tipos de interés entre ambas zonas. Para el 57% de la opinión, la depreciación del dólar no podrá salvar a EE UU de una posible recesión. La opinión considera necesaria una política activa de tipos de cambio en la eurozona que, para el 80% de los encuestados, debería ser fijada por el BCE y ejecutada por él mismo para el 93% de la opinión. Sin embargo, un amplio 43% de este
Consenso cree que cualquier estímulo para coordinar intervenciones en el mercado de divisas, podría contribuir a la depreciación del euro.
Manuel Portela Peñas
Víctor Gonzalo Ángulo
*Economistas
>> Ver Informe completo en PDF