La catedrática de sociología y coach, Alicia Kaufmann fue la protagonista de la segunda jornada de Mediodía de género para nutrir la mente convocada por AECOP con mujeres y hombres con interés por el debate.
Kaufmann se propuso poner en escena aquello que desde su perspectiva funciona como un freno para que las mujeres alcancen su máximo potencial directivo. En el estudio que presentó, destacó la importancia de las diferentes etapas de la vida y de las prioridades, a a la vez que distinguió las necesidades personales y profesionales no sólo según la edad sino según el sexo.
"Es necesario que cambien los contratos de las parejas y sean co-responsables, y que las empresas entiendan que deben tender a un nuevo modelo que les permita conciliar sus vidas: la personal y la profesional” También habló Kaufmann de cómo los mandatos familiares transmitidos de padres o madres a sus hijos e hijas, determinan tendencias no sólo en cuanto a responsabilidades sino en virtud de atributos como la competitividad y la autoridad, sofocada muchas veces en las mujeres y que luego provocan conflictos en el ámbito laboral.
Viene a decir la especialista que hay que reinventar los modelos porque tanto mujeres como hombres viven experiencias y necesidades diferentes. “No hay mucha distinción:ambos sienten la necesidad de tener una vida más equilibrada, que los haga sentirse más felices. Para esto es necesario no sólo que cambien los contratos de las parejas y sean co-responsables, sino que las empresas comprendan que deben tender a un nuevo modelo que les permita conciliar sus vidas: la personal y la profesional”.
Sin embargo, concluyó Kaufmann, las mujeres deben llegar a los núcleos de poder, y probablemente sea la demanda social y los cambios educativos los que se anticipen a las empresas que irán respondiendo en tanto la demanda social lo exija.
Parte de la riqueza del encuentro convocado por Aecop, radicó en el posterior debate surgido de una ponencia que motivó el intercambio de ideas y las reflexiones.
Algunos puntos para una síntesis
- Lo ideal será llegar a un modelo de sociedad diversa en la que se hable de personas que aporten su riqueza y complementariedad.
- Las mujeres deben dar paso a la acción: olvidar la queja, solicitar lo que quieren, reivindicar su espacio.
- Tomar las riendas de sus vidas y llegar hasta donde se proponen con las herramientas que son necesarias sin sacrificar sus prioridades.
- Los hombres deben ser co-responsables y colaborar en un nuevo modelo de sociedad más diversa y equilibrada.
- Las mujeres deben tener sensibilidad para entender que los hombres también requieren de otros espacios. El antes ´proveedor material´ gana en el terreno de lo emocional e ingresa en territorios antes femeninos.
- Las empresas irán descubriendo lentamente hasta qué punto influye en sus cuentas de resultados aquello que aporta la diversidad. Además, deben cambiar la cultura organizacional que premia la presencia sobre los resultados sin reparar en el daño que esto inflige al talento de hombres y mujeres.
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