Mujeres: primera fuerza laboral

Con una recesión que podría ser la más profunda de la postguerra, las mujeres serán en EEUU la primera fuerza laboral. Lo escribió Catherine Rampell en la primera plana de The New York Times.

El desempleo alcanzó ya los a 3.6 millones de personas y el Departamento del Trabajo informó que sólo en enero se perdieron 598 mil empleos, lo que significa un aumento de 7.6 por ciento, el nivel más alto en 16 años.

Que las mujeres cambien su perspectiva no tiene mucho que ver con la igualdad de género, el hecho es que la proporción de las mujeres que están trabajando ha cambiado muy poco desde que empezó la recesión, porque 82 por ciento de los despidos ha recaído en los hombres, dado que la crisis ha golpeado con toda su dureza a la industria de fabricación y de la construcción.

En cambio, ellas tienden a emplearse en áreas como la educación, en el cuidado de la salud y en trabajos que les permiten pasar más tiempo en el cuidado de sus hijas e hijos y en el trabajo doméstico.

Heather Boushey, economista del Center for American Progress, señala que al ver el marcado contraste de los trabajos perdidos entre los hombres y la alta proporción de las mujeres en la fuerza laboral al inicio de esta recesión, la responsabilidad o la oportunidad se inclina hacia ellas como único sostén de la familia.

Economistas han pronosticado que un día las mujeres podrían dominar la fuerza laboralEconomistas han pronosticado que un día las mujeres podrían dominar la fuerza laboral con mayor ventura fuera de casa y, de mantenerse la ola de despidos masculinos, la tendencia será latente, de tal forma que si se prolonga la recesión este periodo de estancamiento podría cambiar no sólo hábitos, sino que el hombre será desplazado en su rol de proveedor.

En tiempos de recesión, el porcentaje de familias sostenidas por mujeres tiende a aumentar de manera importante. Como en noviembre pasado, cuando sostenían 49.1 por ciento de los trabajos en la nación, de acuerdo con un listado de pagos del Bureau of Labor Statistics.

Otro indicador que incluye a trabajadores del campo y autoempleo indica que 47.1 por ciento de la fuerza laboral es femenino. Las mujeres, posiblemente estén más seguras en sus empleos, pero la tendencia es que se conviertan en el sostén de la familia, un fenómeno que se propaga con fuerza.

Esta tendencia obedece al tipo de empleo al que las mujeres tienen acceso: ellas trabajan menos horas que los hombres, además suelen estar en trabajos de medio tiempo, sin seguro médico y sin seguro de empleo, lo cual favorece a los empleadores. O, en trabajos de tiempo completo, las mujeres ganan sólo 80 centavos por cada dólar que ganan los varones, de acuerdo con datos de gobierno.

Las mujeres pasan a ser el sostén de familia, pero mantienen la carga habitual de las tareas domésticas.Las mujeres pasan a ser el sostén de familia, pero mantienen la carga habitual de las tareas domésticas. El porcentaje de mujeres empleadas revela que ellas son mucho más dedicadas y dispuestas a dar tiempo al cuidado infantil y realizar las tareas de la casa que el hombre empleado, de acuerdo con un dato reciente del gobierno, del American Time Use Survey, realizado por los economistas Alan B. Krueger y Andreas Mueller.

Resistencias y utilización del tiempo
Cuando las mujeres están desempleadas y buscando por un trabajo, el tiempo que dedican al día al cuidado de las y los hijos se duplica; la situación es totalmente diferente con un hombre desempleado. Ellos pasan más tiempo durmiendo, viendo la televisión y buscando por un trabajo, junto con otras actividades domésticas.

La resistencia al cambio en la forma en que se distribuyen las obligaciones del hogar y el empleo es un fenómeno natural, dice Heid Hartmann, presidenta en jefe y economista del Institute for Women Policy Research.

Por lo que hace a los últimos 20 años, los hombres casados han cambiado un poco, pero no tanto como las mujeres casadas, ellas han abandonado algunas tareas domésticas, dice Hartmann. Esas tareas, sugiere, han sido resueltas por fuera, como la de cocinar, por ejemplo, que hacen otras mujeres.

*Extracto de la noticia enviada por Leticia Puente Beresford/corresponsal

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