Siempre me ha preocupado el impacto de la sensibilidad en el liderazgo. Ya en el año 2007 escribí un artículo al respecto y durante los últimos años, en especial tras la pandemia, he continuado reflexionado sobre el impacto de uno sobre el otro. Ahora, siento la necesidad de revisitar este tema, explicar algunas ideas e intentar ayudar en el desarrollo de un modelo de liderazgo que tenga más sentido en el momento en el que vivimos.
El último y más reciente informe de Gartner sobre las prioridades de Recursos Humanos para el año 2024 refleja una creciente preocupación por parte de los Chief Human Resources Officer (n=520) sobre las capacidades de las personas que ejercen cargos directivos y gerenciales, y que por tanto tienen asociados ciertos grado de liderazgo.
Lo relevante del informe es que lejos de proponer más formación, lo que sugiere es que es necesaria una reestructuración de los puestos de liderazgo y una mayor optimización de las capacidades. Esto está en contra de la tendencia general de dotar de más recursos de formación y capacitación, que según el informe, llevan a la saturación. El paso para un mejor liderazgo, por tanto, es optimizar, no añadir más y más capacidades.
En este escenario de optimización y eficiencia, el liderazgo basado en la sensibilidad es más relevante que nunca, ya que vivimos en una sociedad caracterizada por su complejidad, en la que la gestión de la incertidumbre, el manejo de la comunicación, la cooperación, la flexibilidad y la versatilidad son capacidades no solo fundamentales, sino vitales. Y en este contexto, la sensibilidad se convierte en una habilidad crucial para entender y adaptarse a cada situación de manera efectiva.
«En este escenario de optimización y eficiencia, el liderazgo basado en la sensibilidad es más relevante que nunca»
Así como la personalización es fundamental en la dirección y gestión de personas, el liderazgo también requiere un enfoque adaptable y flexible. Cada situación y cada equipo son únicos, por lo que una persona líder debe ser capaz de utilizar diferentes modelos de liderazgo y ajustarse según las necesidades específicas de cada situación o colectivo. Esto implica tener la capacidad de leer el ambiente, comprender las dinámicas del equipo y tomar decisiones informadas y contextualizadas. Ya no vale con tener un modelo de liderazgo, sino tener varios, y debemos ser sensibles al entorno para saber elegir el mejor modelo.
En este artículo, mi objetivo es explorar por qué el liderazgo basado en la sensibilidad es esencial en el mundo empresarial actual y cómo las personas que ejercen el rol de liderazgo pueden cultivar esta habilidad para adaptarse y prosperar en un entorno de constante cambio.
El liderazgo
El liderazgo es un concepto amplio, en la medida que abarca múltiples enfoques y cada uno de ellos con sus propias características. Cuando se habla de liderazgo me gusta sacar a colación el magnífico (y recomendado) libro titulado Handbook of Leadership Theory and Practice, de Peter G. Northhouse, que recoge de manera ordenada y sistemática los diversos estilos de liderazgo que se han dado durante la historia. Desde los primeros años de 1920, cuando Líder hacía referencia a una persona a la que había que obedecer y respetar; hasta nuestros días, en el que el Líder es una persona auténtica, adaptativa y al servicio de los demás.
Pero si todo esto no fuera suficiente, existen diversos enfoques (todos descritos en el libro) como el Liderazgo de Servicio, el Liderazgo Situacional, Liderazgo Transformacional, Liderazgo Adaptativo, Liderazgo Ético, y tantos otros, que en su conjunto hace que el liderazgo sea tan complejo de tratar.
La sensibilidad
Por el otro lado, la sensibilidad es igual de compleja, y aquí nos referiremos a la capacidad de comprender, percibir, y responder de manera adecuada a las emociones propias y de los demás, así como la forma que respondemos al entorno. Como podemos ver, en el contexto del liderazgo, y las relaciones entre personas, la sensibilidad implica ser consciente de las emociones, necesidades y preocupaciones propias y de los demás, y actuar en consecuencia. La conexión entre Liderazgo y Sensibilidad es fundamental en un momento en el que nos requieren cercanía a las persona y una vocación de servicio.
Como es lógico, la sensibilidad en el liderazgo se correlaciona con la capacidad de tomar decisiones considerando no sólo los aspectos racionales, objetivos y en su mayor parte conductuales, sino que también debe valorar aspectos emocionales del colectivo. Entre las ventajas de los Líderes con Sensibilidad está su capacidad de crear un ambiente de trabajo inclusivo y de apoyo, donde se valora la diversidad de opiniones y se promueve el bienestar emocional de todos los miembros del equipo, algo que tiene toda lógica si queremos adaptar nuestro modelo de liderazgo.
«La conexión entre Liderazgo y Sensibilidad es fundamental en un momento en el que nos requieren cercanía a las persona y una vocación de servicio»
Liderazgo y sensibilidad
Por lo tanto, el contexto actual demanda un liderazgo renovado, uno que abrace la sensibilidad como un pilar fundamental en la gestión efectiva de equipos y organizaciones. Este nuevo paradigma de liderazgo no se limita a la ejecución de tareas y la obtención de resultados tangibles, sino que se sumerge en los aspectos intangibles de la experiencia humana en el entorno laboral.
Esto, dicho así, puede parecer confuso, e incluso abstracto, pero la realidad es que la sensibilidad nos permite comprender las necesidades, emociones, situaciones particulares, que nos permitan elegir el mejor modelo de liderazgo.
Así, el liderazgo actual se desenvuelve en un entorno de confianza, donde la autenticidad y la transparencia son sus principales atributos. No teme mostrar sus vulnerabilidades y debilidades, reconociendo que la autenticidad es el fundamento de la conexión genuina con su equipo y con el ecosistema que rodea a la organización.
Además de liderar hacia resultados y mantener la organización en un constante estado de evolución, el líder debe conectarse profundamente con el propósito. No se trata sólo de comprender el propósito a nivel intelectual, sino de sentirlo en lo más profundo de su ser y comunicarlo de manera coherente a todas las partes interesadas: empleados, accionistas, clientes, proveedores y la sociedad en su conjunto. Esta conexión entre lo que se siente, lo que se piensa y lo que se hace es esencial para mantener la confianza y la cohesión dentro de la organización.
El líder sensible no solo es hábil en la ejecución de estas habilidades, sino que también está comprometido con el desarrollo y el crecimiento de otros líderes. Estos líderes buscan facilitar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades de liderazgo en aquellos que están en posiciones de dirección, reconociendo que la conexión entre liderazgo y sensibilidad es un aspecto fundamental que no se enseña en los libros, pero que es esencial para el éxito en el mundo empresarial actual.
Después de más de dos décadas inmerso en el mundo empresarial, tanto dentro como fuera de las organizaciones, he sido testigo del poder transformador que radica en la conexión entre el liderazgo y la sensibilidad. Durante este tiempo, he tenido el privilegio de cruzarme con líderes excepcionales que han dominado estas habilidades con una destreza admirable.
«Son líderes que comprenden la importancia de promover un ambiente de trabajo basado en la empatía y la colaboración»
Estas personas no ascendieron a posiciones de alta dirección por casualidad; su liderazgo natural y su capacidad para integrar la sensibilidad en su enfoque gerencial las catapultaron hacia el éxito. Son líderes que comprenden la importancia de cultivar relaciones auténticas, fomentar la confianza y promover un ambiente de trabajo basado en la empatía y la colaboración.
Lo más revelador es que son líderes que disfrutan compartiendo sus experiencias con otras personas que están en posiciones de liderazgo. Su objetivo no es simplemente impartir conocimientos, sino más bien facilitar un proceso de aprendizaje que sea rápido, efectivo y gratificante para aquellos que aspiran a alcanzar nuevas alturas en sus carreras profesionales. Son mentores comprometidos que comprenden que el liderazgo y la sensibilidad son elementos inseparables en el camino hacia el éxito empresarial y están dispuestos a guiar a otros en este viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal.