La sociedad del miedo

En la sociedad actual, debido a la crisis económica y a la incertidumbre global sobre su resolución, consideramos  que lejos de ser una consecuencia inesperada de la organización social, constituye el “dispositivo crucial de la misma”. El miedo constituye el mecanismo que el sistema económico y político requiere para mantenerse y expandirse.

A partir de los dibujos animados actuales, el miedo ya se insufla en niños y niñas, cumpliendo la misión de asustarlos, para ingresar en la vida colectiva.

Los terrores infantiles están relacionados con  la indefensión del ser humano en sus primeros años de vida. Tengamos en cuenta que  un niño tarda un año en ponerse en pie, mientras que en el reino animal, lo hacen al poco tiempo de nacer.

El temor más primitivo
y fundante de los demás temores, es el miedo al abandono. El miedo resulta socializador. El coste de vivir en sociedad consiste en renunciar a satisfacciones inmediatas por temor a las consecuencias (Freud en “El malestar de la cultura”).

Tanto la adversidad como la necesidad han agudizado el ingenio y convertido a un lugar desierto y sitiado, en el centro neurálgico de la nueva tecnología.Hoy, esta sumisión se lleva a cabo de maneras muy sutiles con efectos preocupantes. El miedo a ser diferente, a la exclusión, a la desocupación, a “no tener”, al desamparo de la vejez, a la pérdida del poder adquisitivo,  en suma, se teme perder  los beneficios que hasta ahora teníamos como producto de la sociedad del Bienestar. Ante ese estado de la cuestión los indignados, de todo el planeta, alzaron su voz.

Desde un punto de vista biológico
, el miedo constituye una reacción necesaria ante una amenaza. Nuestro organismo se prepara para la defensa y el contraataque para asegurar la supervivencia. Se incrementa el metabolismo celular para un mayor gasto de energía,  sube la presión arterial y el corazón aumenta su frecuencia.

Desde un punto vista más cotidiano, el miedo simplemente constituye un aviso, como cuando el tanque de gasolina se está por terminar y sabemos que tenemos que repostar a la brevedad.

Las religiones, han echado mano del miedo. Los griegos colocaban imágenes terroríficas en sus templos para provocarlo. Claro ejemplo de ello lo constituyen las ruinas mayas de Chichén Itzá. Las “fobias” constituyen (Fobos en griego antiguo significa pánico)  representa un miedo intenso ante una situación concreta que representa algún objeto interno aterrador. Vivimos en la sociedad del miedo, que se incrementa día a día a través del contenido y manera en la que se transmiten las noticias, teniendo un efecto paralizante en los ciudadanos, que lejos de fortalecer su voz y desplegar su creatividad se inhiben.

El ejemplo de Israel
Esta modalidad dista mucho de lo que nos comentan Dan Senor y Saúl Singer en su libro Start Up Nations. Una de las cuestiones que plantean es que en Israel, la recesión económica  ha puesto la innovación en el punto de mira.

Señalan que tanto la adversidad como la necesidad han agudizado el ingenio y convertido a un lugar desierto y sitiado, en el centro neurálgico de la nueva tecnología, multiplicando su economía por  50 en seis décadas.
¿Cómo consiguió una comunidad de pobres refugiados, convertir una de las economías más dinámicas del mundo a una tierra que Mark Twain describió como un “lugar desolado, una extensión silenciosa y lúgubre?  

Crearon  una alternativa de  sociedad  en donde predomina la confianza y el coraje en contraposición al  miedo. Un lugar en donde el talento, la tenacidad y la necesidad de cuestionar la autoridad constituyen la base de la innovación, ya que “no se puede seguir ordeñando una vaca que pronto dejará de dar leche”.

Los israelíes aprenden desde pequeños que lo normal es tener seguridad en uno mismo, que se desafíe el poder establecido, que se hagan preguntas, que la reticencia te impide  avanzar. En definitiva y ante la cuestión del miedo, quedémonos con una frase que deberíamos hacer propia:  “La esperanza de ganar ha de ser siempre mayor que el miedo a perder”.

*Alicia E. Kaufmann es Catedrática de Sociología (Universidad de Alcalá)

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