La Maternidad, esa gran desconocida

¿Hay una maternidad oculta y silenciosa?…Esa que a veces hasta para las propias madres resulta invisible. La parte psicológica, emocional. Un aspecto que nos han acostumbrado a desligar del proceso de maternidad. No se aprende en las clases de preparación al parto, no está contenido en las múltiples guías que matronas, enfermeras y quioscos ponen a nuestra disposición. Por lo menos, no desde el enfoque que creo necesario.

¿Y por que esa desvinculación? Desde que el ser humano existe y las mujeres poseen la capacidad de parir, el protagonismo de la maternidad ha ido adquiriendo diferentes matices: desde las diosas de la fertilidad veneradas en su día-aunque no olvidemos, pagaron su peaje quedando excluidas del poder y la toma de decisiones- hasta las madres de hoy: madres penalizadas socialmente: despidos improcedentes, demoras innecesarias en el progreso profesional, agotamiento…mil y un inconvenientes que hasta hoy ni las leyes, ni la supuesta conciencia social, ni la responsabilidad de las empresas han conseguido frenar.

Hay cierta invisibilidad en la maternidad, la condición de futura madre se convierte en un handicap más que excluye a las mujeres de una sociedad excluyente de por si: la edad, los kilos, las arrugas, el embarazo…Y bien, ¿Cómo se siente una mujer que va a ser madre en un contexto tan adverso? ¿Cómo se viven los kilos de más en una sociedad donde lo que se valora es la delgadez? O, ¿es que las madres dejan de ser mujeres y no importa que estén gordas porque no son un producto a consumir?

Hay cierta invisibilidad en la maternidad, la condición de futura madre se convierte en un handicap más que excluye a las mujeres de una sociedad excluyente de por si: la edad, los kilos, las arrugas, el embarazo…Otra variable a incluir en la lista innumerable de cosas a mejorar.

La naturalización de la maternidad ha provocado este vacío psicológico en el que las mujeres nos encontramos, “no será para tanto, si todas lo hacen”. Es lo natural, por tanto no es cuestionable.

¿Quién asume el riesgo de vivir en una sociedad que penaliza la maternidad? No hay referentes, no hay modelos.
La imagen de la maternidad que los medios sugieren hoy, es desde mi punto de vista, pretenciosa, esnob y dañina: se ha pasado en cero coma, de esconder a las embarazadas en ropas gigantes, infantiles e impersonales a mostrar embarazadas desnudas en portadas de revistas: Demi Moore y Paz Vega son las que se me vienen a la cabeza. ¿Con que intención? ¿Esas mujeres representan la maternidad? ¿Son referentes de algo? ¿Son mujeres reales? ¿Qué simbolizan? ¿No se habrá vuelto a utilizar la imagen de la mujer como objeto sexuado y de consumo una vez más? Otra carga mas para nuestra mochila: “Si quieres ser sexy durante el embarazo fíjate en ellas, lo puedes conseguir” Pensemos si otra imagen mas real y consecuente de la maternidad es posible. No continuemos alimentando la maquinaria sexista con falsos iconos.

Se debería profundizar más en el contexto en el que las mujeres viven este proceso. ¿Quien sabe si muchas de las catalogadas como depresiones postparto se podrían prevenir?El uso del lenguaje también en este tema, para no perder la costumbre, nos hace un flaco favor a las mujeres: ¿Quién no ha dicho alguna vez poner a parir en tono peyorativo? ¿Quién no ha escuchado expresiones como “el parto de la burra” o “esta hecha una coneja”? Quizás soy demasiado purista, pero algo se me mueve por dentro cuando me catalogan de primípara o multípara. Todavía no hemos superado la expresión estar preñada.

Nos enseñan como alimentarnos bien, como empujar, como respirar, como relajarnos. Al mismo tiempo nos bombardean con cremas para la panza, el pecho, las estrías, las manchas…nos dan indicaciones harto saludables para que nuestro embarazo sea “lo mejor para nosotras”. Pero el “tratamiento” cojea, no es completo. Se debería profundizar más en el contexto en el que las mujeres viven este proceso. ¿Quien sabe si muchas de las catalogadas como depresiones postparto se podrían prevenir?

Es de sobra conocido y mucho se ha escrito ya sobre la medicalización y la manipulación con que se tratan algunos (me asusta pensar –la mayoría-) de los embarazos y partos, así que hoy no me referiré a ello aunque recomiendo ver el siguiente corto de Icíar Bollaín, (“El parto es nuestro”) a hombres y mujeres, a madres y no madres, a jóvenes y a mayores.
Estimulemos el pensamiento crítico también en este tema.

“La perspectiva de género ayuda a entender la vida de las mujeres a la vez que deja de considerarla como consecuencia necesaria de la Naturaleza”
Inés Alberdi

*Lorena Fernández Doblado Trabajadora Social / Especialista en Género.

 

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