Se podría argüir que la madre Tierra está hablando o reclamando a través de los cambios climáticos, telúricos, explosiones solares, cambios biológicos y tecnológicos.
Infelizmente sólo las experiencias fuertes nos pueden hacen despertar del sueño inconsciente en que a veces vivimos. La experiencia de ver como todo se puede perder en un momento, como un hecho inesperado nos puede cambiar la vida de un día para otro, como la tierra se puede mover y no podemos ni siquiera mantenernos en pié. Estos hechos tienen que hacernos despertar nuestros cielos e infiernos, debemos recobrar la capacidad de dar a cada cosa el lugar que corresponde, ubicar las prioridades, volver al buen orden, como si lo central y lo accesorio estuvieran decididos a transar.
Sacar las toxinas de la mente a través de un ejercicio personal de contemplación, de comunión con la naturaleza, de intromisión en ese Yo interno, se transforma claramente en una necesidad de primer orden.Las culturas nativas guardaban un conocimiento en relación a como la dinámica interior del ser humano afectaba a la sanación del cuerpo, a la germinación de las plantas, a la fertilidad de la naturaleza, al clima y a todos los eventos del mundo concreto.
Esto para una cultura que no ve conexión entre lo psíquico y lo concreto puede parecer una locura, no así para el mundo espiritual que posee una mirada integral y que considera lo mental y físico como una Unidad. En este caso la psiquis puede ser considerada como una fuerza de la naturaleza.
Sacar las toxinas de la mente a través de un ejercicio personal de contemplación, de comunión con la naturaleza, de intromisión en ese Yo interno, se transforma claramente en una necesidad de primer orden. Una mente clara, despejada, potente, abierta, libre de pesos y turbiedades, se transforma en una tremenda fuerza que depura el estado de ánimo, que hace un aporte a la salud, que permite reconocer las propias falencias para mejorarlas.
Una mente así de sana nos vuelve más sensibles, intuitivos, empáticos y eso es positivo para nosotros y para los que nos rodean, incluso podría decir que para el planeta pensando en que somos parte de una Unidad. Este conocimiento es la idea básica de la alquimia “La transformación interior transmuta los elementos”
Es un error cognitivo inconsciente el sentirse separado del todo, poniendo el sentido del vivir fuera de nosotros. Vivir solo lo racional, lo tangible, nos mantiene inconclusos, y esto habitualmente nos empuja por caminos de equívocos como son las diferentes adicciones que mal adornan la sociedad vigente haciéndonos irremediablemente terminar en el descontento, la frustración y la ansiedad.
Cuando logramos conectarnos con el “yo interno”, cuando logramos entender que detrás de la forma está el ser, comienza a nacer la conciencia del todo ahí es cuando queda al descubierto nuestra hermandad olvidada en los pasillos del día a día. Con el tiempo una mente centrada será uno de los recursos vitales más importantes en una sociedad y el cultivo mental será la parte básica de la Educación, por ende del entendimiento en el mundo.
Observando con una mirada universal debiéramos decir entonces que tan importante como la inversión en recursos renovables, en biotecnología, en informática, es la educación de la mente y conducción emocional, para que entonces el “Ser Humano” que es quien maneja el mundo se transforme realmente en una potencia efectiva en toda su magnitud.
*Carmen Bustamante es Bachiller en Letras e imparte Cursos de Inglés en el Departamento de Educación Continua de la Universidad Santo Tomás en Santiago de Chile.
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