Cuando Simone de Beauvoir decía que «mediante el trabajo es cómo la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre», pensaba en términos de autonomía financiera. Veía en él la promesa de una libertad completa. Cuando escribía «El segundo sexo» para reivindicar el rol de las mujeres en la sociedad y dar luz sobre los mandatos, la participación femenina en la población económicamente activa seguía siendo minoritaria.
Sabemos que la creciente presencia de la mujer en la economía y en el ámbito laboral occidental, no necesariamente se traduce en igualdad salarial o similares oportunidades para los puestos de liderazgo. No alcanza, no es suficiente y, además, la mayor parte de las mujeres que trabajan ganan menos que su pares masculinos.
Seguimos enfrentando mandatos históricos y culturales que aún condicionan la vida de millones de mujeres. Han dejado huellas que influyen en la relación que las mujeres tienen con el dinero. Si bien los roles han cambiado, aún siguen operando las marcas de una tradición que asignaba a los hombres el rol de traer el dinero a casa. Es todavía la realidad de millones de hogares donde las mujeres continúan limitadas al ámbito de lo doméstico.
Más del 95% de la propiedad privada en el mundo está en manos de hombres.
A pesar de las conquistas, esta carga cultural sigue operando en el plano del imaginario, incluso en sociedades más igualitarias, y condiciona a las mujeres para que tengan menos confianza en como ganar el dinero, invertirlo y gestionarlo. Por otra parte, el hecho de ganar mucho dinero o incluso hablar de él, de inversiones, de la bolsa o de finanzas, siguen siendo temas para los que muchas mujeres no se sienten legitimadas.
Las cifras cantan
Los datos siguen siendo alarmantes. Más del 95% de la propiedad privada en el mundo está en manos de hombres. La brecha salarial va en aumento: las mujeres en Europa, de media, ganan un 16% menos que los hombres. Además, según la ONU, la pobreza sigue teniendo género y se estima que la pandemia de la Covid-19 empujará, a nivel mundial, a 96 millones de personas a la pobreza extrema, de las cuales, 47 millones serán mujeres y niñas.
Las mujeres en Europa, de media, ganan un 16% menos que los hombres.
Cumbre Virtual, La Mujer y el Dinero
En este contexto, más de 25 mujeres se reunirán para hablar sobre cuestiones de dinero y sobre cómo tomar las riendas de la autonomía financiera en la Cumbre Virtual, La Mujer y el Dinero. Se celebrará del 22 al 28 de marzo de manera virtual para una audiencia de más de 100.000 personas.
Durante siete días, los ponentes, en su mayoría mujeres, hablarán de la abundancia, de la gestión del dinero, las inversiones, y las finanzas, de cómo salir de la crisis financiera, la relación con el dinero en la pareja, de cómo educar a las hijas e hijos sobre el dinero o de la importancia de transformar las creencias negativas sobre el dinero.
Abandonar las creencias limitantes
El evento contará con la participación de expertas en diversos ámbitos: feministas, escritoras, sociólogas, juristas, educadoras, empresarias, psicólogas, terapeutas, comunicadoras y asesoras financieras que ponen el foco en las creencias limitantes que habitan de manera latente las mentes de las mujeres, condicionan su hábitos y calan en sus bolsillos y cuentas bancarias.
La educación adquirida y heredada ha limitado la capacidad de las mujeres de crear riqueza material e inmaterial.
Los organizadores de este evento entienden que la educación adquirida y heredada ha limitado la capacidad de las mujeres de crear riqueza material e inmaterial. Por eso, las mujeres necesitan seguir conquistando los espacios de poder económico y financiero, fuera y dentro del ámbito doméstico. Porque aprender a gestionar y crear una economía propia es un derecho.
Las charlas estarán accesibles online y de forma gratuita. Para conocer el programa completo puedes acceder a la página de la cumbre.