Con una amplia trayectoria en el sector farmacéutico, Ángela Crespo ha sido testigo de la evolución de la presencia femenina en la industria y también ha participado activamente en iniciativas que promueven la igualdad de oportunidades. Desde su rol en EJECON (Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s), impulsa medidas concretas para garantizar que más mujeres accedan a puestos de toma de decisiones en las empresas.
En el mes del Día Internacional de la Mujer, la directora de Aflofarm subraya la importancia de recordar que la lucha por la igualdad no se limita a Occidente. A través de su trabajo con Women in Global Health, ha podido conocer de primera mano las barreras que enfrentan las mujeres en otros países para acceder a la educación y al mercado laboral. Para ella, el establecimiento de redes de colaboración internacional es fundamental para impulsar el cambio a nivel global y garantizar que los derechos conquistados se extiendan a todas las regiones.
En esta entrevista, Ángela Crespo comparte su visión sobre el presente y el futuro de las mujeres en la industria farmacéutica, los retos que aún quedan por superar y los derechos que espera que sean una realidad para las próximas generaciones. Una conversación imprescindible para comprender cómo la igualdad de género no solo beneficia a las mujeres, sino también al conjunto de la sociedad.

Ángela Crespo: «Tenemos que poner en valor todas las conquistas que hemos logrado las mujeres»
¿Cómo describirías la situación de las mujeres en tu sector?
La industria farmacéutica destaca por ser una de las más dinámicas y la que cuenta con una representación femenina más alta actualmente. Según un informe reciente de Randstadt, más de la mitad de las profesionales del sector (un 56%) son mujeres, lo que supera la media nacional.
Sin embargo, cuando llegamos a los puestos directivos las mujeres representan el 45,2% en los comités de dirección y casi el 25% en direcciones generales según Farmaindustria. Estos datos muestran que la tendencia se invierte respecto al total nacional que existe en este sector.
Es cierto que el factor generacional es relevante y siempre existe un lapso entre la incorporación a una empresa y la llegada a puestos directivos, pero también es necesario seguir trabajando a la hora de valorar la preparación y el trabajo de las mujeres. En este sentido, es importante el trabajo que estamos realizando desde entidades como EJECON (Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s), donde lideramos acciones para la presencia de mujeres en los consejos de administración.
«Es necesario seguir trabajando a la hora de valorar la preparación y el trabajo de las mujeres»
¿Cuáles son tus reclamos?
Creo que, aunque siempre queda trabajo por hacer, la posición de la mujer en el mundo occidental ha mejorado mucho. Sin embargo, fechas como el Día Internacional de la Mujers deben hacernos recordar que en la mayoría de los países del mundo, su situación, en cuanto a posición y derechos, continúa siendo muy precaria.
Yo soy miembro de una asociación, Women in Global Health, que viene trabajando precisamente para la salud global desde una perspectiva feminista y somos conscientes de las dificultades que nuestras compañeras en otros países se encuentran para poder realizar sus estudios, para desarrollar una carrera profesional y para alcanzar a puestos directivos. Por eso, pensamos que crear redes de colaboración a nivel internacional es clave.
«Aunque siempre queda trabajo por hacer, la posición de la mujer en el mundo occidental ha mejorado mucho»
¿Qué derechos esperas que conquistemos para las futuras generaciones?
En primer lugar, tenemos que poner en valor todas las conquistas que hemos logrado las mujeres y agradecer el trabajo de todas las que nos han precedido. Pero aún queda trabajo por hacer. Sobre todo, trasladar esa presencia que tenemos en las empresas a los puestos directivos para que los consejos sean, al menos, paritarios.
Para ello, creo que son fundamentales las políticas de flexibilidad en las empresas y la conciliación. Es cierto que actualmente se han igualado los permisos de paternidad y maternidad pero no podemos obviar que la carga de la crianza y de los cuidados familiares sigue recayendo mayoritariamente en la mujer, especialmente cuando hablamos de parejas divorciadas o familias monoparentales.