Querida niña curiosa

Querida niña curiosa:

Si alguna vez te has maravillado observando el cielo estrellado, te has preguntado cómo funcionan las cosas a tu alrededor o dentro de ti, si has sentido curiosidad por los secretos de la naturaleza, quiero decirte algo importante: la ciencia también es tu lugar.

Desde pequeña, me hice muchas preguntas. Quería entender el mundo y descubrir sus misterios, y tuve la suerte de crecer en un entorno donde siempre me alentaron a seguir mi curiosidad. Nunca me dijeron que ciertos caminos no eran para mí. Pero sé que no todas las niñas tienen ese apoyo desde el principio.

Pienso en mi familia, en quienes están creciendo con sueños por cumplir, y quiero imaginar un futuro donde todas las oportunidades sean realmente iguales. La ciencia no debería ser un camino limitado para nadie.  Es una aventura nueva cada día, un desafío constante, una oportunidad para explorar, cuestionar y mirar el mundo con otros ojos. Es la emoción de seguir una idea, de descubrir lo inesperado, de construir conocimiento junto a otras personas. ¿Cómo podríamos negarle esa posibilidad a niñas y niños por igual? ¿Cómo podríamos frenar su curiosidad y sus ganas de transformar el mundo?

A veces, pareciera que faltan referentes. Sin embargo, quienes cambiaron la historia de la ciencia están ahí: Marie Curie, Rosalind Franklin, Ada Lovelace y Katherine Johnson lograron avances extraordinarios. Pero no son las únicas. Hoy hay mujeres en laboratorios, universidades y centros de innovación demostrando que la ciencia se construye con talento y creatividad, sin que el género defina las oportunidades ni limite lo que cada persona puede lograr. 

Cada vez entendemos mejor que la ciencia es un esfuerzo colectivo, donde todas las contribuciones importan. La diversidad de ideas nos ayuda a encontrar mejores soluciones y a comprender el mundo de formas más completas. Sin embargo, la historia nos muestra que muchas voces han sido silenciadas y que aún queda camino por recorrer.

¿Sabes de qué están hechas las estrellas? Durante mucho tiempo, se creyó que eran similares a la Tierra, formadas por elementos pesados. Pero Cecilia Payne-Gaposchkin descubrió que, en realidad, están compuestas casi en su totalidad por hidrógeno y helio. Su hallazgo fue revolucionario, pero por consejo del astrónomo Henry Norris Russell, Payne presentó estos datos con cautela argumentando que no había suficiente evidencia. Años después, él publicó los mismos resultados con mayor seguridad y fue quien recibió el reconocimiento durante décadas. Irónicamente, casi 50 años después, Payne recibió un premio que llevaba el nombre del astrónomo.

Querida niña curiosa
Cecilia Payne-Gaposchkin, una de las grandes astrónomas de la historia y la primera en determinar de qué se componen las estrellas.

Necesitamos la presencia de más mujeres en la ciencia para construir un futuro equitativo, donde todas las voces sean escuchadas. Cada niña que se suma a este camino contribuye a escribir una historia diferente.

Si alguna vez sientes dudas, recuerda que nadie nace sabiendo y que cada error es una oportunidad para aprender. No tengas miedo de hacer preguntas, de equivocarte y volver a intentarlo. La curiosidad y la pasión por descubrir son lo único que realmente necesitas para empezar.

Busca inspiración en quienes han recorrido este camino antes, rodéate de personas que te apoyen y nunca permitas que alguien te haga creer que no puedes. Hay un lugar para ti en la ciencia. Y quién sabe… tal vez el próximo gran descubrimiento sea el tuyo.

¡Sigue explorando, sigue soñando y nunca dejes de hacer preguntas!

Dolores Siedlecki
Dolores Siedlecki
Dolores Siedlecki es neurocientífica investigadora en el Institut Pasteur de Lille donde trabaja en el desarrollo de un modelo in vitro que permite estudiar la interacción entre neuronas y microglía, explorando los mecanismos de disfunción sináptica en el contexto de la enfermedad de Alzheimer. Además ha trabajado en la Universitat Autónoma de Barcelona, en la identificación de biomarcadores para el diagnóstico temprano de la enfermedad y de posibles dianas terapéuticas relacionadas con la disfunción sináptica de esta patología. Nacida en Buenos Aires, Argentina, se trasladó a España en 2000. Vivió en Madrid y en Barcelona donde se especializó y en febrero de 2020 fue convocada para ocupar su actual posición en el Institut Pasteur, en Lille, Francia, donde reside actualmente.

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