Mujeres al frente: cómo tomar las riendas del futuro y hacerlo realmente nuestro

Vivo en un ecosistema corporativo, rodeada de mujeres potentes, que lideran proyectos y empresas, que están preparadísimas, y con grandes desafíos por delante. Y una de las preguntas que más me hacen es cómo veo el ritmo de los avances en materia de liderazgo femenino. O qué debemos hacer diferente. Cómo podemos avanzar cuando nos acechan los retrocesos. Cuáles son los errores que debemos subsanar.

Mi respuesta es que el futuro nos rodea y corremos el peligro -si no estamos lo suficientemente atentas- de volver a llegar tarde porque salimos distraídas y sin haber precisado las metas.

¿Qué pasará con las nuevas generaciones si no hacemos lo que debemos? Insisto en que ejerzamos el poder que tenemos con los privilegios que conseguimos. Que nos apropiemos del futuro, y que no esperemos que nos “inviten” a la fiesta. El poder sirve para hacer. Y el músculo del liderazgo, se construye.

Más allá de las permanentes amenazas de retroceso, el futuro nos golpea a diario la puerta. La digitalización ha permeado prácticamente todos los aspectos del entorno laboral, desde la forma en que se comunican los equipos de trabajo hasta la manera en que se almacenan y procesan los datos.

A las preocupaciones sobre cómo sobrevivir a la automatización y la obsolescencia de ciertas habilidades, mi pregunta es: ¿Cómo “intervenimos” la IA para que no recoja los sesgos que cargamos en nuestras mochilas? ¿Cómo fortalecemos ese músculo que precisamos, para estar en forma y dar las batallas necesarias?

¿Cómo nos apropiamos del futuro? Los datos son vitales para cambiar las cosas. Sin datos no medimos y podemos perdernos, creyendo que la carretera ya está despejada y que quienes nos sucedan lo tendrán mejor que nosotras, porque nosotras hicimos lo que debíamos.

Me repito: “El poder no se da, se quita”.

La ONU advierte que, al excluir a las mujeres y niñas de los ámbitos tecnológicos e innovadores, las herramientas digitales que se desarrollen no satisfarán sus necesidades, lo que resultará en la creación de tecnología no inclusiva.

A pesar del impulso que ha experimentado la inteligencia artificial en los últimos años, sólo el 9,3% de los desarrolladores de software y soluciones de IA en España son mujeres, según el informe Mujeres y Digitalización: De las Brechas a los Algoritmos (2020), elaborado por la ONTSI y el Ministerio de Igualdad. Esta batalla lleva muchos años y no la estamos ganado.

Tenemos que repensar las estrategias, las herramientas, las consignas. No esperar a que nos inviten a la fiesta, significa elegir ser protagonistas de nuestras historias. Abrazar los desafíos y que cada día se convierta en una nueva oportunidad.

Entender que ese futuro en el que ponemos tantas expectativas, tenemos que dotarlo con las herramientas que nos permitan construirlo según nuestras aspiraciones. Apropiarnos de él con el coraje y la determinación que hace falta y que la sociedad precisa!

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