Afortunadamente, hoy las propuestas de los museos no son acartonadas y se convierten en eventos culturales, interdisciplinarios a la vez que populares. Dentro de este formato para un público más abarcativo se alinean tres de las exposiciones que se pueden visitar en Buenos Aires en estas vacaciones de invierno.
El Enrique Larreta nos acerca una muestra diferente como parte del eje Moda que la Secretaria de Cultura ha propuesto para todos los Museos. Titulada Un regalo para Evita. Trajes, cultura y política, la exposición muestra los trajes típicos de cada región de España que fueron obsequiados a Eva Perón en 1947. Si bien no es tan reciente que la temática del vestido ascendiera al podio de las Artes, en este caso estos trajes muestran además de un sobresaliente y ecléctico diseño, el momento bisagra que se vivía en la relación entre Argentina y España.
Afortunadamente, hoy las propuestas de los museos no son acartonadas y se convierten en eventos culturales, interdisciplinarios a la vez que populares.
Me interesaron especialmente los noticieros de la época que se proyectan ya que muestran de manera indubitable el feliz viaje de Eva Duarte de Perón. Recibida por una multitud agradecida con nuestro país, vio en ella a la figura ideal para homenajear. Se pueden ver estos vestidos con los zapatos y joyas haciendo juego que nunca fueron usados por Evita, estuvieron desaparecidos durante años y hoy están en un perfecto estado de conservación. Esto podrá visitarse hasta el 26 de agosto en el Larreta cuyo edificio de estilo neocolonial brinda un marco majestuoso. Está situado en el corazón de Belgrano y rodeado de un jardín de hermosas especies coleccionadas por su fundador.
El Arte textil se codea con las Bellas Artes
Por otro lado, podemos decir que el Arte textil se codea con las Bellas Artes y puede compartir cómodamente algunos salones. En el caso de Silvina Trigos esto se representa en su máxima expresión y la famosa tapicista expone hasta septiembre en el Museo José Hernández. Cada vez que se observan sus trabajos se descubre algo diferente. Una naturaleza muerta que también es un paisaje, o una abstracción, la magia la producen los brillos y texturas de los distintos retazos que combina magistralmente. Su exquisita formación se nutre de dos fuentes principales: la Escuela de Bellas Artes y la casa Maison Carrau Haute Couture perteneciente a su familia que marco sus primeros años de juventud entre el diseño y las telas. Las charlas y encuentros durante la exposición acercan al espectador a la obra y al artista, así fue la “entrevista publica” que le propuso Mara Paula Zacharias, periodista de la Nación, afortunadamente estuve ahí y disfruté en persona de una entrevista inteligente, cálida y enriquecedora. La obra de Silvina es elegante, pero a la vez hipnotiza y persiste en la retina, provocando en los espectadores la firme idea de tener uno de estos tapices en sus casas.
Algo diferente es la obra de Leandro Erlich, un joven artista argentino con destacada trayectoria internacional que desde el 10 de Julio se presenta en el Malba, desde entonces su genialidad ha producido un gran revuelo. En principio coloco un gran cartel de venta en la fachada del Malba, todo Buenos Aires hablo de ello, sin embargo, no era más que una provocación que resulto ser divertida, solo una ilusión creada como portada de la exposición. Ya dentro del Malba nos encontramos con las instalaciones de Erlich, todas nos dan la posibilidad de meternos y participar, es un programa para toda la familia puesto que nadie podría quedarse indiferente frente a un ascensor que sube sin moverse del piso, una peluquería fashion en donde podemos sentamos, pero nadie nos corta el pelo, o sumergirse en una pileta sin agua, la vida misma de una ciudad cualquiera, arte Pop del siglo XXI. La muestra divierte y moviliza, sentimientos simples aunque no tan frecuentes en el desarrollo de la vida virtual en que estamos inmersos.