La vejez ya no es lo que era

Todos saben cuándo comienza la juventud, pero nadie puede decir cuando termina. Y a la inversa, nadie puede decir cuando comienza la vejez, pero todos saben cuándo y porqué acaba. Lo dice el sociólogo Michel Billé.

A mis 76 años -según el Registro Civil-, puedo aseverar que, hasta mis 40, tras pasar por distintos oficios y profesiones, sentía mi cuerpo y mi mente como una persona vieja.

Quien tuvo la virtud de pasar por un estado de “tierra de nadie”, hoy puede atreverse a pisar fuerte en el camino al futuro.

Los años se encargaron de demostrarme que ser viejo a los 70, era simplemente un mito. Hoy puedo reírme gozoso porque paradojalmente, habiendo pasado ese límite, me siento como una persona de 40 años.

Quien tuvo la virtud de pasar por un estado de “tierra de nadie”, hoy puede atreverse a pisar fuerte en el camino al futuro. Esta frase es válida para cada pasaje de estadios…Y no digo edades, porque esta ultima palabra confunde.

Gracias a la longevidad, divina palabra, y a la esperanza de vida, existen desfasajes en la ¨percepción¨ de las edades. La percepción refleja la realidad interna y no las edades del calendario.

Viejos, longevos o jóvenes: esa es la cuestión

Hoy, a los 75 años de edad cronológica, para la mirada de personas ajenas, en su percepción, “ven” a una persona 15 años menor, que porta 60 años encima. Pero el propio longevo, siente que tiene otros 10 años menos, situándose en una edad subjetiva de 50 años.

La percepción refleja la realidad interna y no las edades del calendario.

Sabiendo que cada momento que pasa tiene más peso específico, mayor hondura, más relieve, la sensación es que tenemos más tiempo de vida, y crecen la intensidad y la paciencia con la que se despierta cada día.

A mis 40 años, realmente me encontraba en una encrucijada de la cual me era muy difícil salir. Pero por suerte, cayó en mis manos un articulo cuyo título era “La muerte y la crisis de la mitad de la vida”, concepto desarrollado por un psicoanalista llamado Elliott Jacques.

Fue tal la influencia que tuvo sobre mi, en la desesperanza propia de la mitad de mi vida, que hasta hoy utilizo lo utilizo con éxito. Sobre todo, con mis clientes de entre 45 a 55 años, que en estos tiempos están cursando la edad media de sus vidas.

La tercera edad

El artículo de marras está escrito en el año 1966, de ahí que Jacques coloque la mitad de la vida en los 35 años, cuando la gente de 70 años ya cursaba la “tercera edad”.

Si el mundo cambió, si cambiaron nuestras expectativas ¿No tendremos que cambiar nuestra percepción y nuestros objetivos?

Si el mundo cambió, si cambiaron nuestras expectativas ¿No tendremos que cambiar nuestra percepción y nuestros objetivos?

En estos 50 años la expectativa de vida aumentó, de tal manera, hoy una persona de 70 años ha ganado por lo menos 20 años más de vida.

Lo que indica que el concepto de tercera edad ya no existe. Y que la mitad de la vida se ubica desde los 45 años a 55 años.

Es una etapa crítica en el desarrollo de hombres y mujeres, porque toman conciencia de la finitud de la vida y que muchos sueños y expectativas no iban a tener la posibilidad de desarrollarse.

Esto, que parecería un duelo por las ilusiones perdidas, permiten a quien cursa esta edad, “aggiornarse” … De igual manera en que hay una enorme cantidad de nuevas profesiones y oficios, esta vuelta de tuerca, le permite ubicarse en los modelos de actualidad, con el consecuente enriquecimiento e inserción en la realidad.

Si el mundo cambió, si cambiaron nuestras expectativas ¿No tendremos que cambiar nuestra percepción y nuestros objetivos?

*Si estás en Barcelona, te puede interesar profundizar este tema…

Conferencia: “La longevidad es la mejor noticia de tu vida”

*En mi próxima entrega abordaremos las brechas en las edades, la gestión de vida y por qué es necesario que te acompañen si te has perdido.

Ernesto Beibe
Ernesto Beibehttp://www.ernestobeibementor.com
Ernesto Beibe es Mentor de Empresas Familiares a nivel internacional, Consultor y Estratega. En la base de su labor se encuentra el genograma, una herramienta de diagnóstico y de trabajo que usa como mentor. Es su punto de partida para conocer mejor la historia familiar y ancestral de las personas, y darle soluciones concretas. Hoy se enfoca en la mediana edad de quienes no encuentran su lugar por no tener un proyecto de vida, una esperanza o una ilusión. Su objetivo es evitar que nos tropecemos con la misma piedra y romper el círculo vicioso donde se encuentre: en lo económico, la pareja, la familia y las relaciones personales o profesionales. Nacido en Buenos Aires ha tenido como constante en su vida un profundo interés por la educación, el bienestar y una mayor calidad de vida de las personas.

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