En un panorama empresarial y social que ha cambiado profundamente en las últimas décadas, hay algo que permanece intacto: la necesidad de seguir empujando por la igualdad real. Al frente de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) desde hace más de una década, Ana Bujaldón ha sido testigo y protagonista de una transformación que comenzó siendo marginal —cuando hablar de mujeres en puestos de liderazgo era casi anecdótico— y que hoy forma parte del debate público, las políticas corporativas y la agenda legislativa.
Sin embargo, los avances no bastan. Las cifras siguen mostrando techos de cristal, brechas persistentes y nuevos desafíos que amenazan con reproducir desigualdades, como la inteligencia artificial sin perspectiva de género. De ahí la insistencia en que la igualdad no es un favor ni una cuota, sino un valor estratégico y una condición indispensable para la competitividad de las organizaciones.
Desde esa convicción, FEDEPE ha construido una red de más de 30 asociaciones y 27.000 mujeres que impulsa programas de formación, visibilidad y liderazgo con impacto real. Con Ana Bujaldón conversamos sobre lo que ha cambiado —y lo que aún falta por cambiar— en el tejido empresarial español, sobre el tipo de liderazgo que necesitan las organizaciones en tiempos de transformación tecnológica y social, y sobre la urgencia de pasar del discurso a la acción para que la igualdad deje de ser un horizonte pendiente.
Ana Bujaldón: «Lo que más ha marcado mi forma de liderar ha sido mantenerme fiel a un propósito y a mi carácter independiente»

FEDEPE viene trabajando desde hace más de tres décadas. ¿Qué ha cambiado en el tejido empresarial y profesional español en este tiempo?
Han cambiado muchas cosas, y FEDEPE ha estado ahí para vivirlas e impulsarlas antes de que fueran tendencia. Cuando empezamos en 1987, hablar de mujeres en puestos directivos era casi anecdótico. Hoy no lo es. Hay más mujeres en espacios de decisión, más referentes, más conciencia colectiva sobre la necesidad de incorporar el talento femenino en todos los niveles. Eso es un avance innegable.
Pero no nos engañemos: seguimos lejos de la igualdad real. En algunos ámbitos incluso vemos retrocesos. En los últimos años, por ejemplo, ha descendido el número de mujeres CEO en empresas cotizadas. Y muchas compañías siguen sin cumplir los mínimos que marca la nueva ley de representación equilibrada en los consejos. La presencia no siempre va acompañada de poder real ni de condiciones igualitarias. La brecha sigue existiendo, y no solo salarial: también de acceso, de visibilidad, de oportunidades. Y claro, lo que no se mide, no existe.
«Muchas compañías siguen sin cumplir los mínimos que marca la nueva ley de representación equilibrada en los consejos»
El futuro incluso nos trae desafíos no conocidos en materia de igualdad, por ejemplo, con la irrupción de la inteligencia artificial que añade una nueva capa de complejidad: lejos de ser neutral, puede reproducir e incluso amplificar los sesgos de género presentes en la sociedad. Por eso, hoy la igualdad también pasa porque las mujeres estemos presentes en el desarrollo y la gobernanza tecnológica. Porque si no estamos en el código, volvemos a quedar fuera de la pantalla.
Y en este proceso hacia la igualdad real y efectiva, FEDEPE ha sido y sigue siendo un agente muy activo. A través de nuestra red —que ya agrupa a más de 30 asociaciones y más de 27.000 mujeres profesionales, directivas, autónomas y empresarias— hemos creado espacios de formación, de visibilidad, de influencia y de apoyo mutuo.
Y la Federación lo ha hecho desde la independencia y con una visión plural. Hemos trabajado para hacer visible el liderazgo femenino, para promover un cambio cultural en las empresas, pero también en el conjunto de la sociedad, y para demostrar que la igualdad no es un favor ni una cuota: es un valor estratégico y un motor de competitividad. Al final, de eso se trata: de abrir camino. ¿Ha cambiado el tejido empresarial y la sociedad estos años? Sí. ¿Es suficiente? No, aún no. Por eso seguimos. Porque hay logros que celebrar, pero también muchas asignaturas pendientes.
«La igualdad no es un favor ni una cuota: es un valor estratégico y un motor de competitividad»
¿Qué tipo de liderazgo crees que necesitan hoy las organizaciones para afrontar transformaciones tecnológicas y sociales con perspectiva de igualdad?
Necesitamos un liderazgo con propósito. Uno que no se limite a adaptarse a los cambios, sino que los provoque. Un liderazgo que no espere a que otros abran camino, sino que lo abra él mismo. En FEDEPE llevamos más de 34 ediciones reconociendo este tipo de liderazgo a través de nuestros Premios FEDEPE.
Hablamos de referentes reales que ya están generando impacto. Mujeres lideresas que no han pedido permiso, que han cuestionado inercias, y que han construido modelos de liderazgo con sentido y con conciencia. Porque, al final, si esperas a que te den paso, nunca sales de la casilla de salida. Hoy, más que nunca, las organizaciones necesitan líderes valientes y diversos: capaces de incluir voces distintas, de reconocer sesgos y de enfrentarse a estructuras obsoletas. Y líderes que pongan el foco en el bienestar, en la equidad y en la sostenibilidad. La tecnología sin perspectiva de género puede agrandar brechas. El liderazgo sin conciencia puede perpetuar desigualdades.
«Las organizaciones necesitan líderes valientes y diversos: capaces de incluir voces distintas, de reconocer sesgos y de enfrentarse a estructuras obsoletas»
Si pudieras pedir un compromiso concreto a las empresas en 2025, ¿cuál sería?
Pediría un compromiso real, sostenido y medible con la paridad en los órganos de decisión. La nueva ley española de representación paritaria exige que las grandes empresas y organismos públicos garanticen al menos un 40 % de mujeres en sus consejos de administración. Esta normativa no es una meta lejana: es una exigencia que ya tiene fecha. Y sin embargo, aún hoy, una parte del tejido empresarial no la cumple.
Pero más allá del cumplimiento legal, lo que pedimos es una voluntad auténtica de transformar estructuras. Es fundamental ir más allá de los porcentajes. Hay que trabajar desde dentro: identificar los techos de cristal, revisar los procesos de promoción, corregir sesgos, y garantizar igualdad de oportunidades en todas las etapas de la carrera profesional.
«Más allá del cumplimiento legal, lo que pedimos es una voluntad auténtica de transformar estructuras. Es fundamental ir más allá de los porcentajes»
Otra barrera crítica, y menos visibilizada, es la falta de acceso a financiación para mujeres emprendedoras y empresarias. Muchas ideas brillantes lideradas por mujeres no despegan por falta de apoyo económico, por redes de inversión masculinizadas o por estereotipos que aún hoy condicionan la percepción del riesgo o del liderazgo femenino.
La brecha no se cierra sola. Se cierra con voluntad política, compromiso empresarial y acción colectiva. Y además, tenemos que estar alerta. Estamos viendo cómo en algunos países, incluso con democracias consolidadas, se están desmantelando derechos que costaron décadas conquistar. Hay una corriente creciente que cuestiona las políticas de igualdad y los avances en equidad de género.
Llevas más de una década al frente de FEDEPE y una carrera empresarial sólida en el ámbito de la comunicación. ¿Qué decisiones han marcado tu manera de liderar?
Creo que lo que más ha marcado mi forma de liderar ha sido mantenerme fiel a un propósito y a mi carácter independiente. Opino que liderar no es solo mandar, sino escuchar, acompañar y tomar decisiones firmes sin perder de vista los valores que nos sostienen.
El liderazgo, para mí, se resume en la capacidad de inspirar y movilizar a un equipo hacia metas compartidas, haciendo crecer a las personas y a los proyectos, logrando resultados efectivos y construyendo organizaciones sostenibles y competitivas en el tiempo.
Siempre he buscado rodearme de personas distintas, porque ahí está la riqueza: en la diversidad de edades, trayectorias, orígenes y estilos. Cuando se suman miradas diferentes, se multiplican las ideas y se refuerzan los puntos fuertes de todo el equipo.
«Liderar no es solo mandar, sino escuchar, acompañar y tomar decisiones firmes sin perder de vista los valores que nos sostienen»
Otra clave para mí ha sido trabajar con rigor y medir lo que hacemos. En FEDEPE hemos apostado por barómetros de igualdad, y análisis de impacto. Y esa forma de trabajar nos ha permitido orientar mejor los programas que impulsan carreras profesionales reales: desde Mprende hasta Evoluciona, hemos acompañado a mujeres que querían dar un giro, emprender o crecer en sus empresas, ofreciéndoles formación, mentoras y redes.
Mi trayectoria profesional me ha permitido comprobar que la reputación y la imagen han dejado de ser elementos accesorios para convertirse en activos estratégicos de primer nivel. Lo que antes se concebía como un área de apoyo, hoy ocupa espacio en la agenda de los consejos de administración y condiciona la toma de decisiones empresariales. La reputación ya no se limita a “cuidar la marca”: implica generar confianza, sostener la credibilidad y garantizar la legitimidad social de las organizaciones. En un contexto donde la transparencia y la sostenibilidad son factores decisivos, la gestión profesional de la comunicación se ha consolidado como palanca de competitividad y de supervivencia a largo plazo.
¿Qué te sigue moviendo hoy, después de tantos años de activismo, dirección y compromiso con la igualdad?
Me sigue moviendo la certeza de que todavía hay muchas mujeres invisibles. Mujeres con talento, con ideas, con fuerza que no encuentran espacio, voz ni oportunidad. Me sigue moviendo saber que, aunque hemos avanzado, aún existen estructuras que perpetúan desigualdades y discursos que excluyen. Me impulsa el compromiso de seguir transformando esas realidades, no solo con palabras, sino con acciones concretas. Y también la convicción de que cuando una mujer avanza, empuja a muchas más. Eso le da sentido a todo.
Me inspira ver cómo las nuevas generaciones ya no aceptan ser la excepción en los espacios de poder. No piden permiso, y eso lo cambia todo. FEDEPE no se detiene porque la igualdad no es una meta alcanzada, es una tarea urgente que sigue en marcha.
Con el tiempo se adquiere una mayor consciencia de la desigualdad estructural, y sorprende comprobar cómo, a pesar de los avances logrados, se siguen reproduciendo prácticas que perpetúan la brecha: como no pensar en mujeres como candidatas a reconocimientos, como expertas en congresos, etc. En muchos casos no se trata de una decisión deliberada, sino de la inercia, la falta de conciencia o de visión, lo que demuestra que la igualdad no es un camino resuelto, sino una tarea pendiente que requiere atención constante. En otros casos, se observa una lección aprendida de memoria, pero no interiorizada, un pinkwashing. Palabras huecas de contenido.
«Me inspira ver cómo las nuevas generaciones ya no aceptan ser la excepción en los espacios de poder. No piden permiso, y eso lo cambia todo«
Ping-pong
- Un libro: Siddhartha de Hermann Hesse
- Una película: Una cuestión de género, la historia de Ruth Bader Ginsburg
- 5 temas de tu mejor playlist:
- Mediterráneo – Joan Manuel Serrat
- Respect – Aretha Franklin
- Brothers – Amici
- Casta Diva – Vincenzo Bellini
- Qué vida tan dura – Arde Bogotá
- Una afición: el tenis, verlo y practicarlo.
- Una comida: jamón ibérico.
- ¿A qué lugar volverías? A la Playa de Cofete Fuerteventura. Es una playa tan mágica como salvaje en la que el tiempo parece detenerse ante la inmensidad del Atlántico.
- ¿Qué haces en tu tiempo libre? Leer, correr, rutas de senderismo. Soy una apasionada del deporte, especialmente del tenis, pero me gustan todos. También disfruto mucho con la música. Y, por supuesto, pasar tiempo con amigos y amigas.


