`Aunque vivimos para amar, también tenemos que amar para vivir´

El amor da para mucho y sigue siendo motivo de estudio y debate. El psicólogo y escritor Bernabé Tierno autor de ´La fuerza del Amor, y la aún no publicada  El amor que es vida´ dirige un monográfico sobre el amor y su eterno aprendizaje. Así ha cumplido su deseo personal de ofrecer pautas y estrategias para reforzar las relaciones afectivas, invitando a reflexionar sobre la situación amorosa de cada cual.

“El amor es un encuentro entre dos personas que quieren unir sus felicidades y compartir sus problemas y debilidades para ayudarse, ser felices y mejorar en todos los aspectos”. Así ha explicado el psicólogo y escritor Bernabé Tierno su concepto de “amor” en el curso “Amor y vida con sentido. Vivir para amar y amar para vivir” que dirige en la sede de Laredo de los cursos de verano de la Universidad de Cantabria.

El amor, que “es un eterno aprendizaje”, constituye un importante alimento psicofísico y emocional que ocupa la vida de las personas, y que sirve para que el ser humano crezca.El amor, que “es un eterno aprendizaje”, constituye un importante alimento psicofísico y emocional que ocupa la vida de las personas, y que sirve para que el ser humano crezca. Tierno ha señalado que “una persona convierte en amor su vida cuando ama y es amado, por lo que aunque vivimos para amar, también tenemos que amar para vivir”.

En el curso se ha explicado que el amor es concebido como vida desde un punto de vista fisiológico, ya que se encuentra directamente ligado con la reproducción, en el que a las connotaciones de deseo y pasión se unen otras relativas a la ternura, la entrega o la admiración. Según ha expuesto Bernabé Tierno, “en la pareja, el amor tiene mucho que ver con la sensación de plenitud de ser uno mismo feliz a partir de procurar felicidad al otro”, pero tampoco ha olvidado a aquellas personas que no viven en pareja y que sin embargo también viven rodeadas de este sentimiento: “todos amamos algo o a alguien, hasta las personas más solitarias, ya que a veces el amor es la profesión, el estudio o la investigación”, ha señalado el ponente.

Sobre la eterna duda sobre la existencia de unas claves que aseguren el amor durante toda la vida, el psicólogo ha hablado de la diferenciación entre dos tipos de amor. El primero, que es el enamoramiento, constituye un “cocktail de hormonas” que apenas dura un año y medio o dos años, y que se rige por la pasión. El segundo, que Tierno ha definido como “amor maduro”, transforma el ímpetu inicial en otras características como la bondad, la química interna, la admiración, el sentirse valorado, o en definitiva, el estar a gusto con la persona con la que compartes tu vida. En esta fase, según ha asegurado el director del curso, “no hacen falta grandes cosas, sino buscar la felicidad de la otra persona, que se ha convertido en un segundo yo, y si esa relación se cuida, puede durar toda la vida”.

El fin del amor
Bernabé Tierno ha querido trasladar sus alumnos que “el amor es como una planta a la que hay que regar”, pero ha reconocido que muchas veces se destruye porque las personas comienzan a sentirse más a gusto solas que con sus parejas, debido, en muchos casos, a la dependencia creada por alguno de los miembros. “A menudo, las personas piensan que su pareja es de su propiedad, y eso no es así; al amor se va con libertad y con libertad se ha de seguir”, ha señalado Tierno, para especificar que “cuando el amor va asociado con sentimientos dañinos, entonces no es amor”.

Si la ruptura es inevitable, el experto recomienda, sobre todo “ser lo más respetuosos”, ya que independientemente de que el amor se transforme en amistad o no, “algo de esa otra persona siempre queda en ti, y algo de ti siempre quedará en ella, por lo que lo ideal es ser coherente y razonable, e intentar mantener un recuerdo cariñoso y afable”.

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