La emergencia de nuevas carreras y profesiones en el sector tecnológico presenta un nuevo escenario educativo: el auge de la formación digital. El interés por formarse como profesionales digitales ha llevado a muchas personas a escoger cursos para poder hacerse un hueco en el sector digital. Para poder adquirir los conocimientos necesarios, muchas personas optan por la educación no reglada o bien cursos alternativos a los grados universitarios.
Gary Mullan, Director General de Prosperity Digital brinda algunas respuestas sobre el actual panorama y lo que puede llegar a ocurrir en un futuro próximo.
¿Por qué muchas personas están apostando por formarse con instituciones no universitarias?
Creo que hay algo de tomar el camino más corto hacia el objetivo ahí.
La universidad no es tan ágil en adaptarse a las necesidades del mercado y, por ejemplo, no es fácil encontrar másteres reglados de SEO, PPC, Email Marketing, UX, u otras profesiones pujantes en las que hay mucha demanda.
Entonces la gente que quiere aprender nuevas habilidades encuentra ofertas más atractivas de aprendizaje, y más convenientes a su realidad vital, en instituciones no universitarias.
En Prosperity Digital hablamos a menudo con candidatos que se han formado en “bootcamps”, agencias, escuelas de formación, con herramientas de e-learning, etc, y que han encontrado trabajo gracias a esto.
En este sentido, creo que es un cambio positivo. Se está cambiando la formación a mejor para millones de personas por el simple hecho de tener más opciones al alcance. Y más baratas en tiempo y dinero.
¿Puede la universidad a día de hoy responder a las necesidades en materia de formación digital?
Es complicado. Las universidades en España (y en el mundo occidental en general), siguen básicamente el mismo modelo que en los últimos 4 siglos; una masterclass con un profesor que imparte una lección a un número determinado de alumnos sobre un tema donde hay cierto consenso. El mundo digital lo ha acelerado todo, lo que antes podía tomar 5 ò 10 años en evolucionar, ahora son meses y trasladar eso a la universidad, en que un gardo se organiza en mínimo 3 años, no es viable.
Por ejemplo, si una universidad decidiera crear un grado de SEO de 3 años, es más que probable que, al tercer año, las materias ya estuvieran desfasadas.
Si lo pensamos, hace 4 ò 5 años se hablaba de Big Data, del Internet de las Cosas, Impresoras 3D, etc. Si las universidades se hubieran organizado para ofrecer formación reglada sobre estos temas, es probable que tuvieran todas las aulas vacías hoy en día. Ahora estamos con el web3, crypto, AI, etc. Y pasará lo mismo el año que viene, o en dos años.
La universidad puede adaptarse quizá copiando modelos como los de los bootcamps, o de formación online que han tenido más éxito (replicarlo), y másteres más técnicos. Tampoco sería malo replantearse el concepto de universidad en si mismo. El acceso al conocimiento es tan masivo hoy en día, que si la universidad no consigue estar en la vanguardia de la formación, con nuevas metodologías, nuevos recursos, más acceso directo a la práctica yo diría, corren el riesgo de quedarse como instituciones anquilosadas.
El sector digital está constantemente renovándose fruto del nacimiento de nuevas plataformas y herramientas para las que hacen falta nuevos profesionales. ¿Puede quedar la formación reglada obsoleta si no aplica las tendencias educativas pronto?
Si, con bastante probabilidad. Lo bueno que tiene la formación reglada y la universidad son los intangibles que ofrece. Las relaciones interpersonales, el tener una rutina con una dirección determinada, el crecimiento personal, etc. que es difícil de replicar en el mundo online, o en escuelas de formación más efímera como los bootcamps.
Con lo cual, si, por un lado corre ese riesgo, pero por otro, la educación reglada ha durado tantos siglos por algo, y no solo podemos valorar el conocimiento como si fuera lo único que se encuentra allí.
La universidad se relacionan simbióticamente con la sociedad y con el individuo que atiende. Simplemente, estamos en una situación de impasse, y la universidad ahora mismo parece no estar preparada, o con las herramientas necesarias, de afrontarla.
¿Es posible que la formación digital venga a reemplazar a la tradicional?
Como decía, es complicado ya que los intangibles de la educación tradicional son difíciles de replicar. Pero si lo tradicional no encuentra la manera de adaptarse a la educación digital, será ésta la que encontrará la manera de sustituir estos intangibles de la universidad, y entonces si que la educación tradicional podría desparecer tal como la conocemos.
El sector tecnológico, uno de los que más crecerán en 2023
En el contexto actual de crecimiento de empleo, la pandemia consolidó perfiles profesionales que, antes de ésta, no tenían tanta relevancia en el mercado laboral. En este sentido, el auge tecnológico de nuevas plataformas, además del impulso de la digitalización, plantean un nuevo panorama laboral.
La digitalización se ha convertido en uno de los elementos más influyentes en la economía española. Este es un sector muy amplio, dado a su ya expansión absoluta, que parece que continuará al alza.