El camino a la alta dirección es difícil. Las mujeres están preparadas para llegar a la cima, sin embargo, pocas lo logran. De acuerdo con Catalyst, solo el 25.1% de los directivos y ejecutivos de las compañías en el S&P 500 son mujeres. En la dirección general, son sólo 4.4%. Todo esto pese a los esfuerzos de las compañías en ese índice para cerrar esta brecha.
Los prejuicios pueden limitar las oportunidades de una mujer para asumir proyectos desafiantes, pues simplemente se asume que ellas no querrán tomar esos retos.
Para entender por qué persiste esta diferencia, Bain & Company y LinkedIn encuestaron a más de 8,400 hombres y mujeres usuarios de LinkedIn que trabajaban para compañías de Estados Unidos y que se habían graduado de una carrera universitaria. La muestra incluyó personas de todas las carreras, niveles e industrias.
Un camino más difícil
Las mujeres y los hombres de hoy tienen las mismas habilidades para escalar las alturas profesionales, pero la brecha de género en la alta dirección persiste. Hay factores externos que hacen el camino más difícil para las mujeres, pudiendo llegar a afectar su aspiración y confianza.
Tener niveles de menor aspiración y confianza afectan negativamente a comportamientos que ayudan a construir una carrera, incluyendo las ganas de aprovechar oportunidades que pueden impulsar la carrera. El estudio muestra que las mujeres son menos propensas que los hombres para: buscar una oportunidad si saben que su supervisor no las apoya completamente, tomar decisiones que pueden ser percibidas como riesgosas y expresar una opinión con la cual otros no están de acuerdo.
Las mujeres se enfrentan con dinámicas laborales que hacen su escalada difícil. Las normas culturales en el trabajo, la mayoría de las veces enraizadas en prejuicios conscientes e inconscientes, están bien documentadas. Los prejuicios pueden limitar las oportunidades de una mujer para asumir proyectos desafiantes, pues simplemente se asume que ellas no querrán tomar esos retos. Los prejuicios también pueden adoptar formas más sutiles, como los comentarios en una evaluación de desempeño que cuestionan el compromiso de la mujer con su carrera profesional, o con la asignación de tareas administrativas adicionales para las mujeres, que vienen a sumarse a sus responsabilidades principales.
Las mujeres también se enfrentan con dinámicas retadoras en casa: 61% de las mujeres en etapas medias de su carrera profesional tienen una pareja que está persiguiendo una carrera igual o más intensa, contra 38% de los hombres. En la muestra, las mujeres a la mitad de su carrera con hijos eran 6 veces más propensas que los hombres a ser las principales responsables del cuidado de los hijos.
El tiempo y energía requerido para manejar estos factores les quitan aspiración y confianza a las mujeres, provocando que revaloren las metas de su carrera. Si bien en la muestra no hubo diferencias significativas entre la aspiración y confianza de lograr puestos directivos entre los hombres y las mujeres al inicio de su carrera profesional, a media carrera, solo 56% de las mujeres demuestran la aspiración de llegar a una posición de alto nivel, comparado con 64% de los hombres, y 57% de las mujeres muestran confianza de que pueden llegar ahí, comparado con 66% de los hombres.
El papel fundamental de los gerentes
La encuesta de Bain & Company sobre equidad de género, “Everyday Moments of Truth”, muestra que los esfuerzos institucionales de las compañías para ayudar a las mujeres a avanzar son necesarios, pero no suficientes. Las personas toman decisiones relacionadas a su carrera basadas en su interacción diaria con gerentes y colegas. Para ayudar a las mujeres a llegar a la cima, los gerentes se necesitan enfocar no sólo en desarrollar las habilidades de sus colaboradoras, sino que también de forma particular en reforzar la aspiración y la confianza de éstas.