Vienen las navidades y ese momento difícil en el que decidir qué regalamos a nuestra pareja, hijos, mejor amiga o profesional al que hay que tener contento (profesor del hijo problemático, médico de referencia, gestor o, incluso, abogado, quien tenga la “suerte” de haber dado un pelotazo y ahora esté en fase de arrepentimiento). Existen dos tipos de enfoques, 1) buscar algo que guste al destinatario del regalo y 2) elegir algo con lo que impresionar. (Pasamos por alto la tercera opción “algo que me guste a mí”, ya que el motivo último suele ser uno de los dos anteriores y quien lo sigue confunde, en un típico error de sesgo, sus gustos y deseos con los de los demás.)
Gadgets y wereables, las opciones a elegir
El mundo de los “aparatitos” —gadgets si estamos en el caso dos y queremos pasar por expertas— suele ser muy socorrido. Así que os propongo echar un vistazo a qué nos depara el mercado de los wearables.
Internet nos acerca un mundo del que antes no disponíanos si no viajábamos.
La recientemente galardonada Fashion Wearable Orchestra, nos da una opción de regalo para toda la familia, para que las mentes más creativas y un algo indies puedan disfrutar también de los villancicos sin que les dé un ataque.
Algunos grandes almacenes ya empiezan a tener una división destinada a este tipo de productos, si tenemos tiempo y dinero, nos podemos ir a Nueva York y pasarnos por la sección de Macys para hacernos con un smartwatch. Las marcas también se están subiendo al carro; para los regalos ya podemos comprar por internet una chaqueta de Tommy Hilfiger con paneles solares para recargar el móvil (ya me diréis qué os parece, pero creo que en diseño hay mucho camino por recorrer).
Mallas inteligentes y gamificación
La verdadera revolución llega con prendas como las mallas inteligentes que nos indican cómo mejorar la postura al hacer ejercicio e impedir lesiones a la vez que se mejora la eficacia del entrenamiento. O el buen uso de relojes y pulseras para desarrollar unos hábitos de ejercicio saludables. A quien no le gusta el ejercicio y lo ha incorporado a su vida como “un mal menor”, tener un e-PepitoGrillo puede ser un revulsivo, pero si además se incorporan técnicas de gamificación que dan puntos por seguir el programa y premios cuando se alcanzan las metas, será más fácil seguir esas rutinas que nos ayudan a mejorar y prolongar nuestra calidad de vida.
Los wearables serán, por tanto, imprescindibles para hacer un buen seguimiento de nuestras constantes vitales y nuestras costumbres, desde ayudarnos a contar cuántos pasos damos todos los días o dándonos un incentivo para subir por las escaleras en lugar de tomar el ascensor, o advirtiéndonos de que nuestro ritmo cardíaco está demasiado acelerado y quizá deberíamos tomar las escaleras mecánicas en el siguiente tramo. O supervisando nuestro patrón de sueño para mejorar nuestro descanso, que sabemos afecta positivamente a… ¡la productividad! (Nota para avispados: posible regalo de empresa a sus trabajadores en lugar del desfasado “lote de Navidad”.)
La recientemente galardonada Fashion Wearable Orchestra, nos da una opción de regalo para toda la familia, para que las mentes más creativas y un algo indies puedan disfrutar también de los villancicos sin que les dé un ataque.
Los wearables serán, por tanto, imprescindibles para hacer un buen seguimiento de nuestras constantes vitales y nuestras costumbres
Otra opción clásica serían las famosas gafas… Imagino que al final todos acabaremos llevando un dispositivo óptico que nos convierta en una especie de Terminator, identificando lugares de interés, indicando el trayecto más corto (o con las mejores vistas) o encontrando un nuevo término geek en el diccionario; de momento siguen en fase beta y oficialmente solo están disponibles para residentes en los EEUU, aunque pueden encontrarse en tiendas online. Eso sí, solo para presupuestos no afectados por la crisis.
Suerte y ánimo para afrontar con éxito y sin desesperación esta locura de los regalos. Y, por supuesto, os deseo un 2015 en el que estéis más cerca de vuestros objetivos vitales (y si la tecnología ayuda, mejor que mejor).