En un momento de profunda transformación en los mercados globales, hablar de inversión es hablar también de cambio de paradigma. La digitalización, los criterios ESG y la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial o el blockchain están redefiniendo las reglas del juego. Al mismo tiempo, se abre paso una nueva conversación sobre cómo canalizar el capital hacia proyectos que generen impacto real, cómo democratizar el acceso a la financiación y cómo incorporar más voces diversas en la toma de decisiones.
En este escenario, el liderazgo de las mujeres inversoras empieza a ganar terreno, aunque el camino todavía presenta barreras. Datos recientes siguen evidenciando un desequilibrio estructural: el porcentaje de capital riesgo que se dirige a empresas fundadas exclusivamente por mujeres sigue siendo minoritario, y la presencia femenina en puestos de decisión dentro de los fondos continúa siendo limitada. Sin embargo, cuando el capital apuesta por ellas, los resultados hablan por sí solos: mayor retorno por euro invertido, equipos más diversos y estrategias más conectadas con la realidad del mercado.
Para profundizar en las oportunidades, retos y aprendizajes que atraviesan hoy el mundo de la inversión desde una perspectiva femenina, conversamos con Muriel Artabe Enríquez, Directora de Desarrollo Estratégico y Organizativo y asesora del grupo inversor Thinkia, y Carolina Rodríguez, consejera delegada de Enisa (Ministerio de Industria y Turismo).
Esta entrevista coral, posible gracias a WITH, el ecosistema que impulsa el liderazgo femenino y la transformación en las organizaciones, busca abrir debate: cómo impulsar una mayor presencia de mujeres inversoras, qué barreras deben superarse y qué transformaciones son necesarias para construir un mercado financiero más diverso, inclusivo y rentable.
Las entrevistadas

Muriel Artabe es una ejecutiva con más de 20 años de experiencia en finanzas e inversión internacional, especializada en crecimiento sostenible y gobernanza corporativa. Ha liderado grandes proyectos de capital y procesos de internacionalización. Participa en consejos y comités, aportando visión estratégica. Formada en Wharton, IESE y ESADE, promueve una inversión inclusiva e innovadora.

Carolina Rodríguez es licenciada en Derecho y especialista en Comercio Exterior, con más de 20 años de experiencia en el sector público. Ha trabajado en internacionalización e inversión en ICEX, Invest in Spain y la Embajada de España en Rabat. Desde 2013 forma parte de Enisa, donde dirige la División de Coordinación y representa a la entidad ante instituciones y el Consejo de Administración.
¿Cómo describirías las principales tendencias y desafíos del ecosistema de inversión y financiamiento actualmente?
Muriel Artabe
El ecosistema de inversión está en plena transformación. Los criterios ESG y la inversión de impacto han pasado de ser un nicho a convertirse en un criterio central de decisión, con fondos creciendo con fuerza en sectores como tecnologías limpias, salud y educación. También vemos un mayor interés en el capital con perspectiva de género, con inversores reconociendo que apoyar a empresas fundadas por mujeres no solo es más equitativo, sino también más rentable.
Al mismo tiempo, están surgiendo nuevas formas de inversión que están cambiando el mapa de oportunidades. El private credit se consolida como alternativa a la financiación bancaria tradicional, la tokenización de activos abre la puerta a una mayor liquidez y fraccionamiento de inversiones, y la inteligencia artificial empieza a transformar la forma en que se analizan riesgos y se gestionan carteras.
El desafío es que todo esto ocurre en un contexto de capital más escaso y exigente. Según la UNCTAD, la inversión extranjera directa global cayó un 11 % en 2024, lo que demuestra la creciente selectividad. Hoy no basta con tener una buena idea: los proyectos que atraen capital son los que demuestran escalabilidad, transparencia y capacidad real de ejecución, combinando resiliencia con sostenibilidad.
«Están surgiendo nuevas formas de inversión que están cambiando el mapa de oportunidades»
Carolina Rodríguez
El ecosistema está viviendo una transformación profunda: la digitalización ya no es una opción, se ha convertido en una necesidad estratégica. La inteligencia artificial y el blockchain están redefiniendo cómo se analiza el riesgo y se toman decisiones de inversión. Al mismo tiempo, vemos una consolidación de la financiación sostenible, donde los criterios ESG ya no son un añadido, sino un eje central en la evaluación de proyectos. No obstante, los actores financieros todavía están en fase de adaptación.
En el caso de España, y especialmente desde Enisa, observamos que las pymes siguen necesitando mayor acceso a la financiación. Por eso, trabajamos para reforzar la difusión y el acceso a instrumentos como el préstamo participativo, un instrumento financiero único, a medio camino entre el préstamo tradicional y el capital riesgo.
¿Crees que las mujeres enfrentan barreras para acceder al capital, ya sea como inversoras o emprendedoras?
Muriel Artabe
Sí, los datos muestran que aún existen barreras, aunque empiezan a reducirse progresivamente. En Reino Unido, en 2023, solo el 1,8 % de la inversión de capital riesgo se destinó a equipos fundados exclusivamente por mujeres, y en Estados Unidos apenas un 3 % de las emprendedoras accedió a capital privado frente al 9 % de los hombres.
Estudios de BCG y PitchBook confirman que las startups fundadas por mujeres suelen ser evaluadas con mayor escepticismo sobre su escalabilidad, lo que se traduce en valoraciones más bajas y menos acceso a rondas. Y en el lado inversor, All Raise refleja que solo un 21 % de los socios de capital riesgo son mujeres, lo que perpetúa un círculo vicioso.
Más allá de lo estructural, existe un componente cultural que históricamente ha influido en la proclividad al riesgo. Una menor educación financiera y la falta de modelos de referencia han generado mayor prudencia y más aversión a la inversión en capital privado o en emprendimientos de alto crecimiento.
Lo interesante es que, pese a estas barreras, cuando las mujeres acceden al capital los resultados son claros: las empresas lideradas por mujeres tienden a generar más retorno por euro invertido y a superar en rentabilidad a sus pares. La explicación suele resumirse en tres factores: gestión más prudente del capital, mayor diversidad en la toma de decisiones y mejor conexión con los consumidores. Este es un punto de inflexión: la democratización de la información, el acceso a formación avanzada y la visibilidad de referentes están acelerando el cambio.
Carolina Rodríguez
Sí, sin duda. Las mujeres enfrentan barreras estructurales y culturales. Todavía existen sesgos de género en la evaluación de proyectos, lo que se traduce en menos financiación para iniciativas lideradas por mujeres, incluso cuando los indicadores son similares a los de sus pares masculinos. También hay una menor presencia femenina en redes de inversión consolidadas, lo que limita el acceso a oportunidades y mentoría. Y si hablamos de capital riesgo, la representación femenina en puestos de decisión sigue siendo muy baja.
Afortunadamente, en España tenemos buenos ejemplos de iniciativas que están cambiando esta realidad. WA4STEAM, por ejemplo, viene haciendo un fantástico trabajo en la conexión de inversoras con proyectos empresariales liderados por mujeres en los ámbitos STEAM; o Female Startups Leaders, que multiplica la voz de nuestras emprendedoras.
Desde Enisa, gestionamos una dotación presupuestaria para el programa Emprendedoras Digitales, que financia proyectos empresariales liderados por mujeres, especialmente en las primeras fases de desarrollo.
¿Qué cambios deberían hacerse en el ecosistema para que haya más inversoras?
Muriel Artabe
Los cambios deben centrarse en abrir el ecosistema. La transparencia es fundamental: los fondos deberían reportar la composición de género de sus equipos y de sus portafolios. La conexión y la mentoría también son críticas: crear redes estructuradas que conecten a inversoras con experiencia y a quienes empiezan facilita el acceso a conocimiento y contactos.
La formación avanzada es otro eje esencial. No basta con lo básico; se necesitan programas que aborden con rigor el capital de riesgo, el private credit, la tokenización de activos o la inversión de impacto. Todo esto se refuerza con un hecho estructural: en la próxima década se transferirán más de 30 billones de euros de riqueza hacia mujeres. Canalizar ese capital hacia inversión activa no solo incrementará la participación femenina, también hará al ecosistema más diverso y resiliente.
Carolina Rodríguez
Primero, necesitamos una educación financiera con enfoque de género. No se trata solo de enseñar conceptos, sino de empoderar a las mujeres para que se vean como agentes activos en el mundo de la inversión. También es clave visibilizar referentes femeninos y crear espacios de mentoría. Desde lo público, debemos impulsar políticas inclusivas que incentiven la participación de mujeres en fondos de inversión y en procesos de toma de decisiones. La Ley de Startups, por ejemplo, ya incorpora medidas en esa dirección.
¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en el mundo de la inversión?
Muriel Artabe
Mi mayor aprendizaje es que la diversificación y la visión de largo plazo pesan más que la búsqueda del retorno inmediato. La clave está en alinear capital con estrategia, evaluando no solo el potencial, sino también los riesgos regulatorios, tecnológicos y de mercado. Los casos más exitosos que he visto surgen de apostar por innovación temprana con disciplina financiera y visión de escala.
También he comprobado que no todas las inversiones funcionan, incluso aplicando lo aprendido. El verdadero éxito no es acertar siempre, sino atreverse a invertir cuando se cree en un proyecto y, si no resulta, tener la disciplina de salir a tiempo.
«Mi mayor aprendizaje es que la diversificación y la visión de largo plazo pesan más que la búsqueda del retorno inmediato»
Carolina Rodríguez
Que la información es importante, pero la inteligencia de mercado lo es aún más. En el mundo de la inversión, tener acceso a datos no es suficiente; lo que marca la diferencia es saber interpretarlos en contexto, construir relaciones sólidas y entender los ciclos estratégicos. También he aprendido que la paciencia y la visión a largo plazo son esenciales. No todo se mide en retornos inmediatos; muchas veces, el verdadero impacto se ve en cómo una inversión transforma un territorio, una comunidad o una industria.
¿Qué preguntas o debates consideras importantes en torno a la educación financiera actualmente?
Muriel Artabe
Los debates más relevantes ya no pasan por lo básico de ahorro e inversión, sino por cómo ampliar y actualizar la educación financiera. Surgen cuestiones como: ¿Cómo acercar al público a instrumentos como la tokenización de activos, el private credit o la inteligencia artificial aplicada a las finanzas? ¿Cómo integrar ESG sin convertirlo en un dogma, enseñándolo como herramienta de análisis y gestión de riesgos sin olvidar que la esencia de la empresa es crecer y generar valor? ¿Cómo reducir la brecha de confianza de género en la inversión?
En mi opinión, la educación financiera debe ser un verdadero habilitador de oportunidades. Y eso pasa por inclusión, formación en innovación, una visión equilibrada de ESG y, sobre todo, confianza.
Carolina Rodríguez
Me parece fundamental preguntarnos cómo democratizar el acceso al conocimiento financiero. ¿Cómo llegamos a colectivos vulnerables o menos representados? ¿Cómo integramos la educación financiera en la escuela desde edades tempranas? También creo que debemos reflexionar sobre el papel de la inteligencia artificial en la toma de decisiones financieras. ¿Estamos formando a las personas para que comprendan y utilicen estas herramientas de forma crítica y responsable?


