José Saramago, adiós al escritor

Dicen que cuando le comunicaron que había ganado el premio Nobel no mostró ninguna emoción especial; se limitó a exclamar: "y qué". Pero esta reacción no conllevaba menoscabo alguno hacia el premio; sólo era una expresión más del talante de un hombre sencillo, cuyo ideario y posicionamiento ante la vida no pudieron cambiar ni la fama ni el  dinero. Sí, me refiero a José Saramago.

Acudió  a recoger el premio y comenzó su discurso de agradecimiento con esta frase: "El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir". Quién así se expresaba era uno de los escritores más brillantes de nuestra época, cuya obra, pensamiento y reflexiones han dejado una profunda huella que a nadie ha dejado indiferente, deleitando a unos e incomodando a otros. Su fallecimiento, hace solo unos días, nos ha dejado un poco más solos. 

Siempre he sido admirador y seguidor de este escritor portugués, afincado en Lanzarote; de origen humilde, hecho a sí mismo, se definía como  "comunista hormonal". No cesó de reflexionar sobre el futuro de la humanidad y la esencia del ser humano. Para llegar a conclusiones que nos transmite, a veces pesimista, a veces irónico, trasluciendo una visión mas bien negativa del mundo en que vivimos.

Desde la modestia de alguien que, como yo, intenta escribir sin ser escritor, quisiera transmitirle desde aquí mi agradecimiento y mi homenaje póstumo. Y mejor que intentar glosar su figura y obra, algo que otros harán mucho mejor que yo, no veo mejor forma que plasmar a continuación algunas de sus frases y reflexiones que más han llamado mi atención.

"No es que sea pesimista, es que el mundo es pésimo"

 "El escritor es sólo un pobre diablo que trabaja"

"Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ya lo habría hecho"

  "La democracia se ha convertido en un instrumento de dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los abusos de este poder"

"Hay tantos atentados a la dignidad humana que no sé ni por dónde empezar, pero creo que la crisis financiera es uno de ellos (…) Quienes la han provocado no están invadiendo países ni cortando cuellos, pero la cantidad de personas que actualmente están en el paro debería ser una razón para que estos señores fueran llevados a juicio".

"Yo no escribo para agradar ni tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar"

"En un tiempo como el de ahora, en el que tan fácilmente se desprecia a los mayores, creo que soy un ejemplo muy bueno. Entre los 60 y los 84 he hecho una obra. Por tanto ¡ojo con los viejos!"

"Sigo escribiendo, intentándolas comprender (las cosas), porque no tengo nada mejor que hacer y sabiendo que llegaré al final sabiendo lo mismo que sabía antes, es decir poco o casi nada"

"No he tenido que renunciar al comunismo para llegar al Nobel"

"Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo"

"El centro comercial es la nueva catedral de la sociedad actual"

"El bombardeo informativo y de la televisión nos ha rodeado de un ruido de fondo que nos impide pensar, dialogar y que las personas se encuentren frente a frente"

"Estamos llegando al fin de una civilización, sin tiempo para reflexionar, en la que se ha impuesto una especie de impudor que nos ha llegado a convencer de que la privacidad no existe".

"El triunfo nunca ha sido un objetivo para mi"

"La muerte es un proceso natural, casi inconsciente. Entraré en la nada y me disolveré en ella"

"Nuestra única defensa contra la muerte es el amor"

"Espero morir como he vivido, respetándome a mí mismo como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo debe ser otro y no esta cosa infame"

*Rafael de Sádaba es Ingeniero de telecomunicación/Consultor. Experto en TIC y RSE. Ex-directivo de Telefónica.

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