Gómez de la Vega: «El mercado laboral actual es una oportunidad para personas sénior»

Antonio Gómez de la Vega fue despedido tres veces después de haber cumplido 40 años. En cada una de esas oportunidades, fue aprendiendo a no dejarse abatir por sentimientos negativos y adquirió herramientas que le permitieron seguir creciendo profesionalmente. Con todas las reflexiones que fue desarrollando en ese camino, decidió escribir un libro donde plasma algunos tips y recomendaciones que a él le fueron útiles para superarse.

Cómo volver a trabajar después de los 40+ es un manual de consulta y primera necesidad, que se convertirá en una herramienta clave para todas aquellas personas que, aún siendo conscientes de que el mercado laboral en el que se desenvuelven está cambiando en su contra, no saben si esperar, o tomar la iniciativa respecto a su futuro profesional.

Antonio Gómez de la Vega: "El mercado laboral actual es una oportunidad para las personas sénior"

En esta entrevista exclusiva con Mujeres&Cía, Gómez de la Vega no sólo repasa los aprendizajes que obtuvo gracias a su experiencia, sino que también brinda algunos tips para aquellas personas que perdieron su trabajo después de los 40 años.

Antonio Gómez de la Vega: la experiencia de reinventarse después de los 40 años
Además de haber vivido en carne propia el despido a tus más de 40 años, ¿qué otros hechos te impulsaron a escribir este libro?

El motivo por el cual he escrito este libro ha sido fundamentalmente el de ayudar a las
personas de mi generación (personas que estamos entre los 40 y los 60 años) a adaptarse a un mercado laboral que ha cambiado drásticamente desde que nos incorporamos al mismo, hace ya bastantes años.

Desde antes de mi primer despido, 12 años atrás -y cuando contaba con tan solo 42 años-
no he parado de ver cómo despedían constantemente a personas de mi entorno cercano, tanto en España, como en el resto de Europa. Y el denominador común era su edad y su relación coste-productividad.

Leer más: 3 consejos para no sentirse perdido en un nuevo trabajo

Eso me hizo pensar que, por una parte, el mercado laboral estaba haciendo algo mal. Y
que, por otra parte, los profesionales sénior quizá también tendríamos que hacer algo al
respecto. En mi opinión, no debemos culpabilizar sólo a causas externas de lo que nos
ocurre. O, al menos, tenemos que responsabilizarnos de la parte que nos toca.

También he escrito este libro porque soy consciente de que lo que me ha ocurrido a mi, en
dos décadas diferentes de mi vida (la de los 40 y la de los 50), va a seguir ocurriendo en el
futuro. Se habla de que las nuevas tecnologías están destruyendo el trabajo y eso no es del
todo cierto. Lo que está ocurriendo es que está cambiando el empleo tradicional.

Estamos en un momento de transición, desde el empleo tradicional (empleo fijo, en exclusiva, en relación de dependencia, con 14 pagas y vacaciones pagadas), hacia otras
formas muy diversas de trabajo (que no de empleo). Y, si bien las nuevas generaciones
(personas de menos de 30 años lo tienen asimilado), a nosotros, los profesionales senior
(de 40+ años ), nos ha pillado por sorpresa. Muchos no la han visto venir, o, lo que es más
peligroso, no lo quieren ver y no se están preparando para ello.

Se habla de que las nuevas tecnologías están destruyendo el trabajo, pero no es del todo cierto. Lo que está ocurriendo es que está cambiando el empleo tradicional.

Tanto en el libro como en tus charlas, hablas de la actitud. ¿Por qué pones énfasis en ello y cuánto impacto tiene nuestra actitud a la hora de conseguir un nuevo empleo?

¡La actitud lo es todo en la vida! Y en un momento tan trascendental en nuestra vida,
cómo es quedarnos sin empleo con más de 40, 50 ó 60 años (con responsabilidades
familiares y demás), no debemos flaquear. En el libro hablo muchísimo de actitud y en mis charlas meto mucha caña con esto a los asistentes. Digamos que ejerzo de coach y digo alto y claro lo que duele oír, ¡para que espabilemos!

Creo firmemente que nuestra actitud, cuando perdemos un trabajo, debe ser exactamente la misma que cuando queremos cambiar de trabajo voluntariamente. Esa actitud ambiciosa, incluso agresiva de ¡voy a comerme el mundo!

Leer más: 5 formas para que las ONG logren la transformación digital

En ambos casos, nuestra actitud nunca debe ser la de «pedir trabajo», sino que, muy al
contrario, nuestra actitud siempre debe ser la de «ofrecer nuestros servicios».

nuestra actitud cuando perdemos un trabajo debe ser exactamente la misma que cuando queremos cambiar de trabajo voluntariamente.

No podemos dejar de lado el hecho de que este libro lo escribo para ayudar a personas de
más de 40 años, que somos diferentes a las personas de más de 20 años. ¿Por qué digo
esto? Porque a la hora de buscar trabajo (de volver a trabajar, me gusta decir a mi) nuestra
actitud tiene que ser diferente.

Cuando tenemos 20 años contamos con «formación» (mejor o peor), pero carecemos de experiencia. Y por ello debemos «buscar» trabajo, debemos «pedir» trabajo, para adquirir dicha experiencia. Mientras que, cuando tenemos 40 años o más, tenemos expertise (término que aglutina formación + experiencia). Y por ello podemos y debemos «ofrecer nuestros servicios». ¡Hagámonos valer!

En tu experiencia, ¿cuáles son los obstáculos psicológicos más comunes que enfrentan las personas mayores de 40 al buscar trabajo o cambiar de carrera? ¿Cómo se pueden superar estos desafíos mentales?

Te voy a hablar desde mi propia experiencia. Que es, además, lo que cuento en el libro.
El primer obstáculo psicológico con el que yo me encontré fue el de sentirme víctima.
Me creí víctima de un sistema injusto. Mi empresa había dejado de valorarme. A mí, que
me creía imprescindible (y con todo lo que les había dado). ¡Nadie es imprescindible!
Mi empresa, influenciada por el mercado laboral que veía a los mayores de 40 como
trabajadores mayores, obsoletos y caros, decidió prescindir de mi, injustamente.
¿Y sabéis qué? ¡La vida es injusta!

Leer más: La ira constructiva en el trabajo: cómo convertir la emoción en productividad

Luego, tras un periodo de frustración, pasé de sentirme víctima a sentirme culpable.
Me culpé personalmente de que me hubieran despedido, cuando lo cierto es que, en
ninguno de mis tres despidos tuve culpa de nada. Por poneros solo un ejemplo: de los tres
despidos a los que me he enfrentado, la primera vez que me despidieron, mi empresa
decidió cerrar su sucursal en España (era la época de la crisis económica mundial de 2008)
y, junto a todos los demás empleados, me quedé sin trabajo.

Cómo veis, no debería haberme sentido culpable de nada. Pero lo hacemos y en ocasiones, muy duramente. Por eso tenemos que contarlo. Sí, contar que nos han despedido. Algo que debería ser natural, ya que se despide a unas 500.000 personas cada año en España, pero que en cambio nos cuesta tanto comunicar.

Irremediablemente nos identificamos con nuestro trabajo (pasamos muchas horas al día
ejerciéndolo) y al perderlo parece que perdemos una parte de nuestra identidad. Perder de golpe una parte de nosotros duele y nos lleva a pensar que sí podíamos haber hecho algo para evitarlo. Y ese victimismo y esa culpabilidad, nos llevan al tercer obstáculo. El peor de todos: infravalorarnos.

Perder de golpe una parte de nosotros duele y nos lleva a pensar que sí podíamos haber hecho algo para evitarlo.

Aquí es donde debemos buscar la ayuda de los demás. Nos ayudará mucho escuchar, de
gente que nos conozca, que nos quiera y sea sincera, en qué cosas somos buenos (todo lo
bueno que llevamos haciendo años), y así acallar a nuestra mente, a nuestro Pepito
Grillo, que todavía está de bajón y que solo va a decirnos aquello que no hacemos tan bien,
o que, incluso, creemos que no sabemos hacer.

Leer más: Luis Vicente Muñoz en Red WISE: «Alimenta a tus activos y pon a dieta a tus pasivos»

Por si todo esto fuera poco, nuestra sociedad se ocupa de ponernos más obstáculos en el
camino. Y así, el principal obstáculo social con el que nos enfrentamos los profesionales
sénior a la hora de buscar trabajo o querer cambiar de dirección en nuestra carrera
profesional, es el edadismo.

El edadismo es la discriminación por razón de edad. Sí, esa edad que, a priori, debería ser una ventaja (debido a la experiencia y a todo lo que hemos aprendido en todos nuestros años de rodaje), se convierte en un obstáculo.

Algo, que en mi opinión es ridículo y que, afortunadamente, está cambiando poco a poco.
Me preguntas también sobre cómo superar los obstáculos, tanto personales, como sociales,
que nos encontramos a la hora de querer volver a trabajar, tras haber perdido un trabajo
con más de 40, 50 ó 60 años. Pues bien, como todo en la vida, ¡se supera con
preparación y ayuda!

Con preparación: Yo practico el «Never stop learning» (nunca dejar de aprender). Eso me mantiene actualizado en un mundo en el que los cambios se suceden a velocidad de vértigo. Y, muy importante, me mantiene conectado con las nuevas generaciones. Con las que vamos a convivir, vital y profesionalmente, durante muchos años, ya que la nueva longevidad ha venido para quedarse, y es el contrapunto del terrible edadismo que os acabo de mencionar.

Con ayuda: pasar por un trance -en muchas ocasiones dramático- como es el quedarse sin empleo con más de 40, 50 ó 60 años, no es algo sencillo de gestionar, ni de superar. Y por ello, debemos contar con ayuda. Por un lado con Ayuda de personas que nos conozcan y que nos quieran. Y por otro lado -¿y porqué no?- con ayuda profesional.

Leer más: 4 señales de que su liderazgo está fallando: qué hacer al respecto

Yo mismo, tras mi segundo despido (con 51 años), cuando fui consciente de que no estaba
preparado para el nuevo mercado laboral en el que me encontraba, contraté los servicios
profesionales de un coach y fue fundamental en mi reinvención y en hacerme más resiliente y feliz.

¿Por qué consideras que el mercado laboral actual para las personas sénior es más una oportunidad que una amenaza?

En efecto. Estoy totalmente convencido de ello, aunque a muchos ahora os cueste verlo así
-e incluso el mercado laboral aún no lo sepa-, los profesionales sénior nos estamos
enfrentando más a una oportunidad que a una amenaza en estos momentos.

Algunas preguntas para ponernos en contexto:

  • ¿Hace cuantos años que no vemos prejubilaciones masivas en grandes empresas, de personas entre 48 y 62 años? Bastante tiempo
  • ¿Cuál es el índice de natalidad en España (y en las sociedades desarrolladas en general? El menor de la historia, y sigue cayendo. No llega a un hijo por pareja
  • ¿Cuánto más tiempo -y más saludables- vivimos? La esperanza de vida en el mundo llegará a los cien años en muy poco tiempo, y los profesionales sénior querremos seguir trabajando más allá de los 67 años (edad teórica de la jubilación), ya que tendremos energía y ganas para ello, y querremos mantener un buen nivel de vida (ya que, vete a saber qué pensión nos quedará, con la inversión de la pirámide poblacional)
  • ¿Cuántas posiciones se han quedado sin cubrir en España el pasado año 2022? Más de 200.000 (y eso, tanto porque no hay suficiente gente joven, o aún no está preparada, como porque los sénior no aceptan trabajos diferentes al empleo tradicional -que os mencionaba más arriba-).

En definitiva -¡y esta es una gran noticia!- los trabajadores sénior somos necesarios para
un mercado laboral en el que la colaboración intergeneracional ha venido para quedarse y
en el que cada vez hay menos gente joven y más gente mayor (más saludable, activa y
longeva) y lo único que tenemos que hacer para demostrar al mercado laboral que
somos muy necesarios es acelerar nuestra capacidad de adaptación a los cambios,
mediante el aprendizaje y la actualización constante.

Si tuvieses que brindar tres consejos a una persona de más de 40 años que
acaba de perder su empleo, ¿qué le dirías?

No soy persona de dar consejos. Aconsejar es algo muy serio, que implica una gran
responsabilidad y que, a mi modo de ver, tan solo se debe asumir cuando se conoce bien a
la persona a la que se aconseja. En mi caso, y como el libro lo he escrito para ayudar a
mucha gente que no conozco, lo que doy son tips. Tips que a mi me han funcionado de todo lo que vengo aprendiendo desde mi primer despido, desde que empecé a practicar el
«Never stop learning» y decidí empezar a hacer networking de calidad.

Dicho esto, mi primer tip sería deciros ¡que habléis de ello! Que no lo ocultéis y que os
dejéis ayudar. Lo mencionaba también con anterioridad, ¡no os victimicéis, ni os
culpabilicéis, ni os infravaloréis! ¿Sabéis a cuantas personas se despide de media en España al año? A más de medio millón. Y eso quiere decir que el despido es algo normal en nuestros días. ¡Tenemos que normalizar el hablar de un despido!

En segundo lugar, os diría que trabajes vuestra marca personal. Y, si todavía no la
tenéis (os sorprendería saber cuanto profesional sénior no tiene una marca personal propia, que tan solo es el puesto de trabajo que desempeña en una empresa), que empecéis a crearos una.

En un mundo en el que cada vez hay menos «empleo» tradicional, pero hay más «trabajo» (en mil modalidades diversas) ¡el producto somos nosotros, no el puesto de trabajo que desempeñamos puntualmente!

La marca personal es un concepto complejo y fundamental para todo buen profesional. La
marca personal es aquello que nos hace únicos, diferentes al resto y atractivos para
nuestro público objetivo (el cual tenemos que encontrar). En el libro profundizo muchísimo
en este importante concepto del que depende nuestra credibilidad y reputación, profesional
y personal.

Y en tercer lugar, y también importantísimo, que aprovechéis este momento de transición
para conoceros. Para conocer las herramientas con las que contáis, que son vuestras armas de trabajo. En este punto también insisto mucho en mis charlas: ¡Los profesionales sénior tenemos muchas más herramientas -y mucho más importantes- de las que creemos!

No todo son digital skills (habilidades digitales) y, además, éstas se pueden aprender, como
hemos aprendido todo en la vida. ¡Solo hay que querer!

Pero si os hablo de paciencia, resiliencia, empatía, pensamiento critico, compromiso. Eso no se aprende en la universidad. Eso lo da la experiencia. Las empresas con equipos intergeneracionales se llevan lo mejor de cada segmento, en donde todos aportan, todos aprenden y todos crecen. ¡Hagámonos valer! ¡Somos necesarios!

Más sobre Antonio Gómez de la Vega

Es un ejecutivo internacional, experto en liderazgo de equipos multiculturales y divulgador enológico en @vinodeando. También es conferenciante y escritor sobre talento sénior y edadismo.

Cuenta con doble titulación universitaria, varios posgrados internacionales y habla tres idiomas. Ha trabajado en sectores como el legal, el financiero y el industrial. Ha trabajado en España y en el extranjero. Fue uno de los primeros profesionales en adoptar el knowmad lifestyle: en el año 2001 dejó de tener una oficina propia y comenzó a
trabajar con clientes donde fuera requerido.

Practica la filosofía del «Never stop learning», para mantenerse actualizado en un
mundo tan cambiante como el actual y para estar conectado con las generaciones más
jóvenes, con las que, dice; «vamos a tener que convivir vital y profesionalmente por
muchos años, ya que la nueva longevidad nos permitirá vivir muchos más años, con
mejor salud y mayor energía».

Amaia Rodríguez, ganadora de Women That Build: «Es necesario cuestionar el status quo»

recientes

lifestyle

Por qué cada vez más personas eligen los espacios de coworking al retorno de las vacaciones

El regreso al trabajo después de las vacaciones puede...

5 expertas en salud cuentan los secretos para estar espléndida en verano

El verano es una época del año que muchos...

Desconexión laboral: qué debe hacer la empresa para asegurar el descanso de sus profesionales

La llegada de la época estival es sinónimo de...

Sol, calor, humedad y cloro: 5 claves para cuidar la piel este verano

Muchas personas pasan el año soñando con la llegada...

Cómo vestirse para impactar en el trabajo: 4 consejos útiles

En un entorno laboral competitivo, tu imagen profesional juega...

¿Es posible volar en el Paraíso?

En este ciclo de actividades curadas por socias y...

Nace LVMS, una revista «con historias que merecen la pena ser contadas»

Con el objetivo de ofrecer un contenido fresco y...

Newsletter

Otros artículos