En España, el déficit de talento tecnológico se ha convertido en una preocupación para el futuro de las empresas. Este desafío afecta tanto a pequeñas como grandes organizaciones, que se ven obligadas a competir por un número limitado de perfiles altamente cualificados en áreas clave como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y el análisis de datos.
Para entender mejor las causas y posibles soluciones a este fenómeno, hemos hablado con Cristina Morán, directora de B2B de The Valley Business & Tech School, y Patricia Baeza, Chief People Officer de fibratel, una multinacional española especializada en tecnologías de la información. Ambas coinciden en que la falta de preparación adecuada y la rápida evolución tecnológica son factores determinantes en este escenario.
Causas del déficit de talento tecnológico en España
El déficit de talento tecnológico en España es una realidad palpable, y las causas detrás de esta escasez son multifacéticas. Cristina Morán explica que la demanda de perfiles técnicos ha tenido aumento significativo, con un crecimiento del 76% en el número de especialistas en la última década (según la VI edición del Estudio Empleabilidad y Talento Digital), pero la formación actual no siempre está alineada.
Además, señala que muchas empresas no están invirtiendo lo suficiente en la capacitación tecnológica de sus empleados, lo que agrava esta disparidad. «Aunque el sector TIC es fundamental para la economía española, aportando más de 50.000 millones de euros en 2023, el 91% de las empresas reporta dificultades para encontrar talento cualificado según un estudio de AMETIC. Esto indica que es necesario un enfoque más proactivo para cerrar la brecha entre la educación y las competencias requeridas en el mercado laboral».
Por su parte, Patricia Baeza señala que la causa del déficit tecnológico se debe a la propia dinámica del mercado laboral. «Existe una potente demanda de talento con habilidades muy específicas, que genera una gran competencia entre las compañías», dice.
En consonancia con Morán, agrega: «La actualización de conocimientos no se produce a un ritmo tan vertiginoso, y la transición hacia una economía más digital, en la que tecnologías ligadas a cloud, data o inteligencia artificial son básicas, ha sido también sumamente rápida. Esto acrecienta la demanda para emprender proyectos de gran envergadura por parte de las organizaciones y el sector público, que necesitan dotarse de infraestructuras, sistemas y aplicaciones digitales».
«Es necesario un enfoque más proactivo para cerrar la brecha entre la educación y las competencias requeridas en el mercado laboral»
Los perfiles más difíciles de cubrir
Una de las consecuencias del déficit de talento es la dificultad para encontrar perfiles adecuados en áreas clave de la tecnología. Cristina Morán destaca que las competencias más escasas son las relacionadas con la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la ciencia de datos.
«También encontramos una alta demanda de expertos en gestión de productos digitales y marketing digital avanzada, quienes, además de tener habilidades técnicas, también deben comprender la estrategia de negocio y las tendencias digitales para alinear tecnología con objetivos comerciales, algo que es poco común encontrar en un solo perfil», remarca.
Por su parte, Patricia Baeza señala que los profesionales con conocimientos avanzados en «cloud computing, desarrollo y DevOps, ciberseguridad, big data y analítica de datos» son los más difíciles de conseguir.
Estrategias para captar y retener talento
Para abordar el déficit de talento, tanto Cristina Morán como Patricia Baeza coinciden en la importancia de ofrecer un entorno atractivo para los empleados.
Cristina señala que «las compañías deben ofrecer a sus equipos oportunidades de formación continua», implementando programas de capacitación adaptados a las necesidades del mercado, como los programas de upskilling y reskilling.
«Además de fomentar el aprendizaje continuo, las empresas están adoptando enfoques de retribución flexible que se adaptan a las preferencias de cada persona: opciones como el teletrabajo, la flexibilidad horaria y los beneficios personalizados (como seguros, vales de formación, entre otros) son cada vez más comunes y valoradas», expresa.
Patricia, por su parte, enfatiza la importancia de poner atención en la mejora de la experiencia del empleado en un sentido muy amplio. «Desde el diseño de estrategias de captación y marca empleadora, para atraer al mejor talento, a la puesta en marcha de programas de ‘onboarding’ y de desarrollo profesional, cuando los profesionales ya están en tu equipo», ejemplifica.
Tendencias emergentes para mitigar la brecha de talento
El futuro del talento tecnológico está marcado por varias tendencias emergentes que pueden ayudar a reducir el déficit. Cristina Morán menciona la democratización de la educación digital a través de plataformas en línea como una forma de ampliar el acceso a la formación tecnológica. Además, destaca que la combinación de «competencias tecnológicas y soft skills» será fundamental para adaptarse a un entorno en constante cambio.
Y destaca: «El auge de la inteligencia artificial y la automatización está absorbiendo muchas tareas operativas, permitiendo que el talento humano se concentre en funciones estratégicas y creativas. Este enfoque no solo incrementa la productividad, sino que también disminuye la necesidad inmediata de perfiles altamente especializados, priorizando aquellos profesionales que sepan aplicar sus conocimientos tecnológicos de manera flexible y colaborativa».
Patricia Baeza también apunta a la colaboración con instituciones educativas que ayuden a conciliar la oferta y la demanda de habilidades. «Y esto va muy unido también a trabajar para hacer las carreras STEM más atractivas para los jóvenes en general, y las mujeres, en particular», remarca.
El papel de las políticas públicas en la solución del déficit
Para superar el déficit de talento tecnológico en España, es esencial fomentar la colaboración público-privada. «La alianza entre las empresas del sector tecnológico y la administración puede facilitar el desarrollo de programas de formación que respondan a las necesidades del mercado laboral y a las competencias demandadas por las empresas», asegura Cristina Morán.
Y enfatiza: «Esta colaboración no solo impulsará la creación de talento local, sino que también mejorará la capacitación de los profesionales para enfrentar los retos de la economía digital. Además, un marco de incentivos adecuado podría tener un impacto significativo y positivo en este ámbito».