Ana Benavides, de Fundación Lealtad: «El reto es atraer talento joven al tercer sector»

La gobernanza ha dejado de ser un aspecto técnico o meramente formal para convertirse en un factor estratégico en el Tercer Sector. En un contexto de transformación social, exigencias crecientes de transparencia y necesidad de profesionalización, los órganos de gobierno son clave para garantizar la misión, gestionar riesgos y responder con eficacia a los desafíos presentes y futuros.

Fundación Lealtad, a través de su reciente estudio “Gobernanza de fundaciones y asociaciones”, ha puesto sobre la mesa datos y tendencias que invitan a la reflexión. El informe, basado en 284 ONG Acreditadas con el sello Dona con Confianza, aporta una radiografía valiosa sobre la composición, el funcionamiento y las buenas prácticas de los órganos de gobierno. Una herramienta útil no solo para diagnosticar, sino también para inspirar nuevas formas de liderazgo.

En esta entrevista, Ana Benavides, directora general de Fundación Lealtad, comparte los principales hallazgos del estudio y su interpretación desde la experiencia directa con organizaciones sociales. Lo hace con una mirada crítica pero constructiva, abriendo el debate sobre cómo deben evolucionar las estructuras de gobernanza para seguir siendo útiles, diversas y sostenibles.

Ana Benavides: «Las mujeres lideran organizaciones significativamente más pequeñas que los hombres»

Ana Benavides, de Fundación Lealtad: "El reto es atraer talento joven al tercer sector"
¿Qué tipo de gobernanza crees que necesita hoy el Tercer Sector para responder a los desafíos sociales actuales y futuros?

Como en toda institución es imprescindible que las ONG cuenten con una buena gobernanza. Porque los Patronatos de las fundaciones y las Juntas Directivas de las asociaciones son los órganos responsables de que se cumpla la misión y de administrar con diligencia los fondos. El buen gobierno se logra con un órgano público, plural, activo, independiente, renovado y transparente.

En el estudio ‘Gobernanza de fundaciones y asociaciones: composición, funcionamiento, retos y buenas prácticas’ basado en los datos de 284 ONG Acreditadas con el sello Dona con Confianza, todas las entidades son transparentes y publican en su web la composición de su órgano de gobierno.

También la pluralidad está asegurada con una media de 10 miembros por órgano (en torno a 8 en las ONG las más pequeñas y 14 en las más grandes). Asimismo, existe una participación activa porque, de media, se celebran 6 reuniones al año con una asistencia del 90%. En cuanto a la independencia, solo el 3% de los miembros percibe algún tipo de remuneración de la ONG. También constatamos una sana renovación de los órganos de gobierno, al haberse incorporado de media un 34% de nuevos miembros en los últimos 5 años. 

Por último, no se debe olvidar la importancia de asegurar una correcta gestión de los conflictos de interés ya que de ello depende que la sociedad confíe en las ONG. Fundación Lealtad analiza este aspecto con especial atención para garantizar que, en todo momento, prima el interés de la organización sobre cualquier interés particular.

De cara al futuro, es clave trabajar la atracción de jóvenes talentos en los órganos de gobierno y reflexionar sobre los perfiles que más pueden aportar, tanto por sus conocimientos en la propia actividad, como en áreas de comunicación, finanzas, legal, tecnología, inteligencia artificial, etc.

¿Cómo interpretas, desde la realidad de tu organización, la tensión entre experiencia acumulada y la necesidad de renovación que refleja el informe?

Siempre es positivo buscar un equilibrio. Las ONG Acreditadas tienen una buena renovación (se incorporaron un 34% nuevos miembros en los últimos cinco años) y al mismo tiempo, presentan una alta permanencia (la antigüedad media es de 9 años). 

Las personas que llevan mucho tiempo en la organización la conocen bien, aportan estabilidad, experiencia y un componente histórico de gran valor. Por su parte, los nuevos miembros traen aire fresco, ideas nuevas y una forma distinta de ver y hacer las cosas, que, sin duda, es enriquecedor

El mayor reto está en incorporar perfiles más jóvenes. Se trata de un cargo no remunerado que conlleva responsabilidad, dedicación y tiempo. Actualmente el 55% de los miembros está en edad de jubilación. Es importante incorporar personas en edad activa, no solo por su actualización de conocimientos, sino también por su red de contactos más dinámica.

«El mayor reto está en incorporar perfiles más jóvenes. no solo por su actualización de conocimientos, sino también por su red de contactos más dinámica.»

¿Qué implicaciones tiene para una organización del Tercer Sector contar con órganos de gobierno diversos en formación, edad, género o trayectoria?

Contar con órganos de gobierno diversos permite una supervisión más integral y eficaz de toda la organización. Aumenta la capacidad de analizar con perspectiva distintas áreas (desde la misión y la estrategia, hasta la gestión financiera, la comunicación, la captación de fondos o la tecnología) lo que se traduce en un control más riguroso y completo. 

Esta diversidad se refleja ya en muchos órganos de gobierno. Nuestro estudio destaca que el 77% de sus miembros cuenta con estudios universitarios o superiores (porcentaje que asciende al 94% en las ONG de mayor tamaño). Además, el 49% de los miembros son mujeres y el 43% de las ONG están presididas por mujeres, niveles muy superiores a los de otros sectores. Sin embargo, aún queda camino por recorrer, ya que las mujeres lideran organizaciones significativamente más pequeñas que los hombres.

La combinación de trayectorias profesionales y vitales no solo enriquece el debate interno y la toma de decisiones, sino que también refuerza la capacidad de anticipar riesgos, al facilitar la detección de problemas antes de que se materialicen o se agraven.  

¿Qué rol pueden jugar las fundaciones y asociaciones más consolidadas a la hora de impulsar nuevos modelos de liderazgo y gobernanza en el sector?

Todas las ONG, tanto grandes como pequeñas, tienen la responsabilidad de asegurar un buen gobierno. Pero las fundaciones y asociaciones más consolidadas tienen, además, la posibilidad de convertirse en referentes para promover nuevos modelos de liderazgo y gobernanza, gracias a su trayectoria y capacidad de influencia.

Pueden impulsar la equidad de género en los puestos de decisión, fomentar la renovación generacional y atraer perfiles con competencias estratégicas. También pueden implementar evaluaciones periódicas del desempeño de los órganos de gobierno para fortalecer su efectividad, identificar áreas de mejora y garantizar el alineamiento con la misión y los objetivos estratégicos de la organización. Además, pueden establecer un Código de Buen Gobierno que recoja los principios éticos, valores, normas de actuación y responsabilidades. 

Su ejemplo no solo puede inspirar a otras organizaciones más pequeñas, sino también contribuir a elevar los estándares del sector, profesionalizar su gestión y reforzar la confianza de la sociedad, los donantes y otros grupos de interés.

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