Frecuentemente, nos encontramos en situaciones cruciales, como un examen vital o un proyecto urgente, pero parece que la motivación se evapora por completo. En lugar de abordar la tarea en cuestión, terminamos buscando distracciones, como organizar el armario o ponerse al día con llamadas a la familia, con el único objetivo de retrasar lo inevitable. Aunque a primera vista puede parecer que estamos simplemente evitando el trabajo, es esencial reconocer que esta procrastinación encierra motivos subyacentes que necesitamos explorar y comprender para poder superarla efectivamente.
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La procrastinación es un comportamiento común que afecta a muchas personas en su vida diaria. Se refiere a la tendencia a posponer tareas o responsabilidades importantes, a menudo en favor de actividades menos prioritarias o incluso completamente irrelevantes.
Esta conducta puede ser un obstáculo significativo para el logro de metas personales y profesionales, ya que la postergación crónica puede generar estrés, ansiedad y sentimientos de culpa.
La procrastinación a menudo está relacionada con la falta de autocontrol y la dificultad para administrar el tiempo de manera efectiva. Las personas tienden a procrastinar por diversas razones, como el miedo al fracaso, la falta de motivación o el perfeccionismo.
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Aunque procrastinar puede proporcionar un alivio temporal al evitar tareas desafiantes, a largo plazo puede tener consecuencias negativas para la productividad y el bienestar. Superar la procrastinación generalmente implica desarrollar habilidades de gestión del tiempo, establecer metas claras y aprender a priorizar las tareas de manera eficiente.
La postergación crónica puede generar estrés, ansiedad y sentimientos de culpa
Según Linda Sapadin y Jack Maguire, autores de It’s About Time!: The Six Styles of Procrastination and How to Overcome Them, existen diferentes tipos diferentes de procrastinación. Es importante descubrir cuál te está afectando, para que sea más sencillo superarlo.
¿Cuáles son los distintos tipos de procrastinación? Se han identificado y definido seis tipos de procrastinadores, con el fin de ayudarte a comprender qué te impulsa realmente a evitar tus responsabilidades. Los motivos detrás de tu falta de acción hacia tus próximos plazos suelen ser diversos y más complejos de lo que parece a simple vista.
Estos son los seis tipos de procrastinadores:
- El perfeccionista: Se preocupa porque su trabajo no cumpla con expectativas elevadas, lo que resulta en no completar la tarea o, en algunos casos, ni siquiera empezarla.
- El soñador: Encuentra dificultades para trabajar en aspectos prácticos de un proyecto, pero no tiene problemas con la planificación y la conceptualización.
- El que se preocupa: Evita tomar decisiones, resiste el cambio y teme lo desconocido.
- El creador de crisis: Confía en la adrenalina de trabajar bajo presión y espera hasta el último minuto para realizar su mejor trabajo.
- El desafiante: Se rebela contra los plazos establecidos por otros.
- El exagerado: Siente que no puede abordar una tarea específica debido a la sobrecarga de trabajo, resultado de su incapacidad para decir no o establecer límites.
Cómo superar la procrastinación
Es evidente que existe una gran diferencia entre no estudiar para un examen porque temes no obtener una buena calificación y no hacerlo debido a problemas con la autoridad. El primer paso para retomar el rumbo es identificar cuál de estas categorías se adapta mejor a tu situación actual. Luego, puedes tomar medidas específicas para contrarrestar tus impulsos improductivos.
Si eres un perfeccionista, recuerda que son tus propios estándares los que te generan estrés, no necesariamente la tarea en sí. Puedes abordarla estableciendo metas incrementales y realistas antes de comenzar. Una táctica efectiva es evaluar cuál podría ser el peor resultado posible si no cumples con una tarea. A menudo, descubrirás que incluso si no lo haces perfectamente, el resultado no será catastrófico.
- Si eres un soñador, trabaja en hacer que tus objetivos sean más concretos y establece hitos alcanzables que puedas seguir y completar uno por uno. Esto servirá como estándar para seguir avanzando en la tarea. Desde una perspectiva emocional, es importante fomentar un diálogo interno positivo contigo mismo, reconociendo los logros en tu trabajo en lugar de centrarte en sus defectos y carencias. Para superar la procrastinación, es beneficioso permitirte cometer errores, simplemente para comprobar que las consecuencias no son tan graves como temías.
- Si te preocupas demasiado, recuerda que no tomar decisiones es, de hecho, tomar una decisión, y generalmente es la menos útil. Aprende a confiar en tu capacidad para tomar decisiones y acepta que no todas tendrán un impacto negativo. La inacción en sí misma conlleva consecuencias, por lo que es esencial dejar de enfocarse en un escenario apocalíptico y comenzar a cultivar la confianza en uno mismo. Puedes empezar estableciendo pequeños objetivos que resulten menos abrumadores, lo que te ayudará a superar la procrastinación.
- Si eres un creador de crisis, considera explorar la investigación que demuestra que estudiar bajo presión no es efectivo. Intenta realizar tus tareas a tiempo y observa si puedes lograr el mismo nivel de motivación y satisfacción sin el estrés de última hora.Reflexiona sobre los posibles beneficios de posponer una tarea en lugar de abordarla de manera gradual. ¿Realmente vale la pena el estrés, los posibles retrasos y la mayor probabilidad de cometer errores? Para superar la procrastinación en este contexto, considera la implementación de pequeñas recompensas a medida que avanzas hacia tu objetivo, de manera que encuentres la motivación para abordar el trabajo con anticipación.
- Si eres un desafiante, elige tus batallas cuidadosamente. Negocia cuando sea posible, como solicitar una extensión de plazo para un proyecto. Esto puede ayudarte a sentirte más en control en situaciones inevitables. Es fundamental reconocer y cumplir con tus responsabilidades. Si has aceptado un puesto de trabajo, es esencial llevar a cabo tus tareas de manera adecuada. Si sientes que la motivación se ha desvanecido, considera la posibilidad de dialogar con tus superiores para negociar nuevas condiciones o, en última instancia, buscar oportunidades laborales que te inspiren más. Buscar nuevos desafíos que te involucren emocionalmente también puede ser un paso importante para vencer la procrastinación.
- Si tiendes a excederte, comienza por comprender por qué no puedes decir «no» a las peticiones y trabaja en establecer límites. Prioriza tus tareas utilizando un sistema como la Matriz de Eisenhower o el método Kanban, abordando primero las más importantes y urgentes, y reconociendo que tu carga de trabajo disminuirá a medida que avanzas y aprendes a negarte cuando sea necesario. Adquiere la habilidad de definir límites adecuados según tu capacidad profesional, perfecciona tu destreza para identificar y priorizar las cuestiones más significativas, y no tengas reparo en solicitar apoyo o tomar descansos programados como estrategias efectivas para superar la procrastinación.
Abordar la procrastinación es esencial para alcanzar el éxito en la vida personal y profesional. Al adoptar estrategias efectivas para vencer este hábito, las personas pueden mejorar su productividad, reducir el estrés y aumentar su satisfacción personal. La toma de conciencia de las causas subyacentes de la procrastinación y el compromiso de cambiar estos patrones de comportamiento son pasos clave hacia una vida más organizada y cumplidora.
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