Conversaciones de la Red WISE: cómo reinventar el liderazgo en un mundo híbrido

La inteligencia artificial ya no es una promesa futurista: es el presente. Mientras las empresas aceleran su integración, el liderazgo enfrenta una pregunta crucial: ¿qué nos hará diferentes cuando los algoritmos lo automatizan todo?

En uno de los últimos encuentros de la Red WISE, realizado en Naturgy en abril de 2025, directivas de compañías como KPMG, Grant Thornton, Robert Walters y Womenalia coincidieron en un punto clave: la ventaja no está en dominar la tecnología, sino en darle sentido humano.

Este artículo analiza las reflexiones del desayuno —y las lleva un paso más allá— para responder a la pregunta que marcará la próxima década: ¿cómo liderar en la era de la inteligencia artificial sin perder la esencia que nos hace únicos?

Conversaciones de la Red WISE: cómo reinventar el liderazgo en un mundo híbrido
Arriba, de izquierda a derecha: Andrés García Amador (UFD-Naturgy), Silvia Sánchez (Kyndryl), Macarena Ramírez Aparicio (Donte Group), Pilar Fernández (Nedgia-Naturgy), Raquel Lara (Robert Walters), María Gómez del Pozuelo (Womenalia), Cristina Muñoz Aycuens (Grant Thornton), María Gómez Montañés (Naturgy) y Policarpo Aroca (Grant Thornton). Adelante, de izquierda a derecha: Kharen Riveros (Naturgy), Rebeca García-Miguel Hernández (Naturgy), Jerusalem Hernández Velasco (KPMG), Mercedes Wullich (Mujeresycia), María Arribas (Qualeon), María José Sánchez Fernández (Naturgy) y José Luis Ausín (Naturgy). Foto: Magdalena Siedlecki

Red WISE: ¿cómo reinventar el liderazgo en un mundo híbrido?

1. Liderazgo con inteligencia aumentada, no artificial

La IA no sustituye al liderazgo, lo amplifica. La diferencia está en cómo usamos la tecnología para liberar tiempo, ganar perspectiva y tomar decisiones más humanas. El liderazgo inteligente implica combinar datos con intuición, algoritmos con empatía. En lugar de competir con la IA, los líderes deben aprender a entrenarla y usarla para potenciar el talento.

Como señaló Andrés García Amador (Naturgy), «es tan importante el desarrollo tecnológico de herramientas como su correcto entrenamiento: un error en Recursos Humanos afecta la credibilidad y la imagen de la compañía». Aquí está la clave: la IA debe servir para liberar tiempo, potenciar la toma de decisiones y generar valor humano, no para deshumanizar. Las líderes que marquen la diferencia serán las que usen la tecnología como aliada estratégica, no como sustituta.

2. Soft skills: la nueva infraestructura del poder

Los datos ya no son un privilegio, son un commodity. Lo escaso —y por tanto valioso— son las capacidades humanas: escuchar, comunicar, negociar, inspirar. Mientras la IA resuelve problemas lógicos, las líderes que marquen la diferencia serán las que sepan gestionar emociones y crear confianza en entornos inciertos. La empatía se convierte en una habilidad estratégica, no en un complemento.

María Arribas (Qaleon) fue contundente: “No bastan los algoritmos; necesitamos empatía, comunicación y adaptabilidad”. Coincide Macarena Ramírez Aparicio (Donte Group) al subrayar que “la IA puede simular cualidades humanas, pero jamás será sustituible”. En la era digital, la empatía y la creatividad se convierten en ventajas competitivas, no en adornos.

3. Ética como ventaja competitiva

Cada decisión tecnológica tiene implicaciones sociales. Los líderes que integren principios éticos en el diseño y uso de la IA no solo evitarán riesgos reputacionales, también generarán valor sostenible. Transparencia en los algoritmos, diversidad en los equipos y responsabilidad ambiental son temas que dejarán de ser opcionales. La próxima gran competencia del liderazgo será gobernar la tecnología con propósito.

Jerusalem Hernández (KPMG) advirtió sobre los riesgos: “Una IA que incentive la desinformación o incremente desigualdades sería intolerable… pero su potencial positivo merece la pena si resolvemos estos retos”. Por su parte, Cristina Muñoz Aycuens (Grant Thornton) recordó que “la IA puede abrir camino a decisiones más inclusivas, pero hay que entrenarla con conciencia y responsabilidad”. El liderazgo del futuro no se medirá solo por resultados financieros, sino por la capacidad de gobernar la tecnología con ética y propósito.

4. Redefinir el liderazgo desde la vulnerabilidad

En tiempos de IA, la autoridad no vendrá del conocimiento técnico absoluto, sino de la capacidad de reconocer lo que no sabemos, aprender rápido y rodearse de quienes sí saben. La humildad y la curiosidad serán marcas de los líderes que sobrevivan a la disrupción.

Kharen Riveros (Naturgy) lo expresó con lucidez: “El liderazgo se despojará de las insignias del conocimiento y se enriquecerá con mayor emocionalidad y experiencias vitales”. Esta vulnerabilidad —entendida como apertura al aprendizaje, curiosidad y humildad— será la nueva fortaleza de quienes guíen la transformación. Como apuntó María José Sánchez Fernández (Naturgy): “Para liderar en esta era, las PERSONAS importan más que nunca”.


La IA no nos deshumaniza; nos desafía a reivindicar lo humano. Liderar en la era digital no significa saber programar, sino poner la tecnología al servicio de las personas, entrenarla sin sesgos y liderar con propósito. Como sintetizó María Gómez Montañés (Naturgy): “La IA nos trae la oportunidad de ser más humanos”. Y quizá ahí esté la verdadera revolución: en un futuro gobernado por datos, la diferencia la marcarán quienes lideren desde la ética, la empatía y la visión. Porque cuando todo se automatiza, el liderazgo sigue siendo profundamente humano.

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