Paloma Escudero dejó Madrid en 2013 tras recibir la propuesta de ser Directora Mundial de Comunicación de UNICEF en Nueva York. Con el deseo de darle a sus hijos la oportunidad de residir y estudiar en Manhattan, decidió atravesar el océano con su familia y avanzar en esa aventura que le presentaba la vida.
«Nueva York ha resultado ser una ciudad muy fácil, muy acogedora y muy acostumbrada a expatriados que vienen y van constantemente«, dice en esta nueva entrega de Forasteras.
Con título de Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por ICADE, Paloma también es líder global de UNICEF para Cambio Climático y Asesora Especial para ONU Mujeres. Aquí cuenta los detalles de su experiencia viviendo en el extranjero.
Paloma Escudero: «En mi entorno hay muchas mujeres en posiciones de Alta Dirección»
Cultura y adaptación
¿Cómo surgió la opción de partir? ¿Qué fue lo que te impulsó a hacerlo?
Me ofrecieron el puesto de directora global de Comunicación en la oficina central de UNICEF en Nueva York. Mi familia fue la que me impulsó. Quería darles la oportunidad a mis tres hijos de vivir y estudiar en Manhattan.
¿Es tu primera vez?
No. Ya había vivido y trabajado antes en Bruselas y allí nació mi segundo hijo.
¿Cómo fue tu llegada y tu primera impresión?
Todo fue muy rápido. Nos trasladamos a Nueva York en siete semanas desde que me ofrecieron el trabajo, con los niños cambiando de país y de colegio a mitad de curso. Mi marido empezó a trabajar en Nueva York unos meses mas tarde para ayudar a toda la familia en la transición. Nueva York ha resultado ser una ciudad muy fácil, muy acogedora y muy acostumbrada a expatriados que vienen y van constantemente.
¿Qué te atrajo y qué te chocó?
Me atrajo Manhattan como ciudad única, su diversidad, su cultura, su dinamismo. Decidimos vivir en un pequeño apartamento en la isla en vez de irnos a las afueras, para vivir a tope lo que esta ciudad ofrece. Te choca la gran desigualdad económica: en una misma ciudad conviven la máxima riqueza del planeta y miles de personas sin hogar y sin ningún sistema de apoyo social, seguro médico o derecho a vivienda.
«Me atrajo Manhattan como ciudad única, su diversidad, su cultura, su dinamismo. Me choca la desigualdad económica.»
¿Cuáles han sido los mayores desafíos en tu adaptación profesional y personal?
A nivel personal, el mayor desafío sin duda es seguir cuidando de nuestros mayores en Europa a pesar de la distancia y mantener el apoyo y el contacto cercano con la familia y los amigos. Siempre tienes un pie a cada lado del océano.
La cultura de trabajo anglosajona es muy diferente a la cultura mediterránea. Muy ágil, con decisiones muy rápidas y muy centrada en el crecimiento. Yo trabajo en un entorno con muchas mujeres en posiciones de Alta Dirección y donde se valora mucho la diversidad, con personas de todas las razas y nacionalidades. Aquí la gente es muy consciente que puede perder sus trabajos de un día para otro sin seguro de desempleo y estan muy centrados en probar resultados. También el mercado laborar es mas ágil y el nivel de paro mucho mas bajo que en Europa.
¿Qué diferencias notables has encontrado entre tu país de origen y el país donde resides ahora?
España y Estados Unidos son muy diferentes. Estados Unidos es multicultural. El colegio de mis hijos tiene alumnos de 112 países que hablan mas de 30 idiomas diferentes, con distintas religiones y procedencias étnicas. En Estados Unidos, especialmente en Nueva York, ser diferente es lo normal. En España tal vez solemos movernos en nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro grupo de amigos que normalmente son muy parecidos a ti y a tu familia. En Nueva York, eso es raramente la realidad. Cuando vives fuera valoras mucho mas ser español y la maravillosa calidad de vida que tenemos allí: el clima, la comida, la calidad de vida, los paseos por las ciudades, la vida en la calle, la cercanía y la amabilidad de la gente.
¿Qué conexión tienes con tu país natal actualmente?
Diaria. Con mis seis hermanos, sus hijos y nuestros amigos hacemos videollamadas casi todos los días, viajamos al menos 2 o 3 veces al año, tenemos visitas de españoles conocidos a Manhattan. Y por supuesto, veo regularmente RTVE internacional y leo prensa española online todos los días.
¿Te relacionas con mujeres expatriadas en el lugar donde vives?
Si. Tengo la suerte de estar rodeada de mujeres españolas que trabajan también en Naciones Unidas y madres del colegio de Naciones Unidas en Nueva York.
Aprendizaje y desarrollo
¿Qué valores, aprendizajes o habilidades te ha agregado vivir fuera?
Sin duda me ha ayudado a convertirme en una persona más abierta, más comprensiva, con un mejor entendimiento del mundo como ciudadana global. En mi equipo de trabajo, hay personas brillantes de todos los continentes, religiones, razas. He tenido jefes de Somalia, Zimbabue, Sri Lanka, India, Holanda. Mis hijos tienen amigos de todo tipo de origen y procedencia en el colegio, en sus equipos de deportes, de sus campamentos de verano, en el trabajo. Ahora es lo mas normal del mundo. Nueva York nos ha hecho mas abiertos a nuevas oportunidades y a nuevas personas, a entender que el mundo no es blanco o negro. El gris y sus muchas tonalidades es un gran color para ver y entender la vida y el mundo. Te distancia de la radicalidad o la polarización entre «los buenos y los malos».
«Me he convertido en una persona más abierta, más comprensiva, con un mejor entendimiento del mundo como ciudadana global»
¿Cómo la experiencia te ha cambiado personalmente?
Para mejor. Trabajar en Naciones Unidas es un gran privilegio per se, especialmente si lo puedes hacer con un gran equipo que te obliga a aprender y a reinventarte cada día. Pero especialmente como pareja y como familia, el estar abiertos a esta gran aventura de vivir en Nueva York nos ha unido más como familia porque hemos tenido que apoyarnos mucho entre nosotros en cada etapa del trabajo, de los estudios, de las nuevas amistades. Lo vivimos como una etapa muy especial donde siempre hay sorpresas y nuevas oportunidades. Para mis hijos, según sus palabras, es lo mejor que les ha pasado en la vida (y llevan en Nueva York más de diez años).
Impacto social y familiar
¿Cómo ha afectado tu decisión de emigrar a tus relaciones personales?
Lo mas importante es que ha sido super positivo para mi matrimonio y para mi familia. Fue una decisión de todos y como tal la estamos viviendo. Aún lo vivimos como una gran aventura.
¿Cuáles son los aspectos sociales que más añoras de tu país natal?
Las fiestas familiares y las grandes comidas donde todos caben, las salidas con amigos, los planes espontáneos, y el poder estar junto a tus amigas o tus hermanos en momentos difíciles cara a cara. FaceTime no es lo mismo.
¿Qué recuerdos/objetos te llevarías contigo si regresaras?
Muy pocos. No me traje mucho de España y no me llevare mucho de Nueva York. Tal vez los trofeos deportivos de mis hijos y sus diplomas al graduarse en el colegio y la Universidad. Mas por ellos que por mi. Lo que te llevas son las experiencias, las personas que has conocido, los viajes (la naturaleza en Estados Unidos es espectacular). Para eso no necesitas un camión de mudanzas.
Consejos
¿Algo que hubieras querido saber antes de embarcarte en esta experiencia?
Lo carísima que es esta ciudad. A Nueva York no se viene a ahorrar.
¿Qué le dirías a alguien que está a punto de irse de su país por cuestiones laborales?
¡Que suerte tienes! Eres un privilegiado. Aprovecha esta experiencia, aprende mucho y disfruta de tu nuevo país, no malgastes energías pensando lo mucho que dejaste atrás sino abraza todo lo nuevo que vas a ganar con la experiencia.
Perspectivas futuras
¿Cómo marcha tu plan a futuro? ¿Tienes pensado regresar?
Nos jubilaremos en España seguro pero, si nuestros hijos se quedan en Nueva York, siempre tendremos un pie entre España y USA.
Pide un deseo…
Un mundo donde ningún niño tenga que crecer en una guerra sin fin. A nivel personal: salud, salud, salud.
Hoja de ruta para no perderse en Nueva York
- Una visita a los Parques Nacionales, empezando por Yellowstone.
- Una escapada imperdible a California
- Una cafetería especial es Tavern on the Green, en Central Park
- Un restaurant con especialidades del país ODEON en Tribeca
- No te vayas sin ver el atardecer sobre el rio Hudson
- Llévate de recuerdo una gorra de beisbol (del equipo neoyorkino de los METS a ser posible)