Objetivo 8-M: que sin mujeres se pare el mundo

Que se note. Que sin el trabajo, el consumo y los cuidados de las mujeres el mundo no funciona. Que si hace falta… que se pare el mundo.  Ese es el objetivo de la movilización 8-M de este año por el día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo. Una jornada en la que, por primera vez, las organizaciones feministas españolas han convocado a las mujeres a una huelga general —respaldada por algunos sindicatos; otros han convocado paros parciales— que culminará en manifestaciones en distintas ciudades del país. Las marchas se prevén históricas. Como aperitivo, las organizaciones feministas han convocado un conjunto de actos y concentraciones para calentar el 8 de marzo. Desde asambleas informativas, representaciones teatrales y conciertos hasta una actividad de piquetes informativos en bicicleta.

Cada 40 minutos una mujer pone una denuncia por violencia de género en España. En este país, se reporta una violación cada tres días. Estos son los resultados más graves de una desigualdad que está en todos los campos de la vida: ellas hacen el 70% de las labores domésticas y dedican 2,5 horas más al día a este tipo de actividad, según el instituto de análisis Fedea. Las mujeres cobran entre un 21% y un 23% menos por un trabajo de igual valor. También a ellas les cuesta más romper ese techo de cristal que no les deja acceder a las posiciones de responsabilidad.

Mucho más que una huelga

“El objetivo de la movilización es mostrar la importancia del papel central que jugamos las mujeres para la sociedad, para los hogares, para el funcionamiento de las ciudades. Por eso se ha convocado una huelga feminista. Y es una huelga que tiene una concreción de aspectos económicos y laborales, pero que es sobre todo social porque los motivos que nos llevan a convocarla tienen mucho que ver con cómo se nos trata de manera desigual en esta sociedad”, apunta Justa Montero, feminista histórica y miembro de la Comisión 8-M.

La movilización está inspirada en el llamado “día libre de las mujeres” de Islandia de 1975, en el que el 90% de la población femenina de la isla dejó de trabajar y salió a la calle para manifestarse por la igualdad. Fue un día histórico en el que el país se paralizó. Literalmente. Las islandesas ocupaban entonces apenas el 5% de los escaños del Parlamento. Cinco años después, una mujer, Vigdis Finnbogadottir, fue elegida presidenta del país.

Objetivo: que sin mujeres se pare el mundo

En España el propósito es el mismo. O al menos, que en los centros de trabajo, las aulas, las tiendas y los cafés se vean claramente los huecos vacíos que dejan las mujeres. “Desde hace meses las organizaciones hemos preparado un buen número de actividades informativas, lúdicas y reivindicativas para que el día Internacional de la Mujer no quede solo en una jornada”, explica María Álvarez, miembro también de la Comisión 8-M.

Las organizaciones han reclamado que la huelga sea exclusivamente femenina —no así los sindicatos—. “Los hombres tienen una labor importantísima: primero para respetar y segundo para velar porque las mujeres podamos hacer la huelga, que cubran los servicios mínimos, sobre todo en los cuidados”, dice Montero.

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