El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, ha vuelto a generar polémica. Ha anunciado un equipo de 27 personas para llevar a cabo la transición gubernamental, entre ellos siete militares, pero ninguna mujer.
Una semana después de vencer los comicios presidenciales de Brasil, Bolsonaro acudió a Brasilia para reunirse con autoridades políticas, militares y judiciales en la capital brasileña.
Bolsonaro: “no va a quitar a alguien para colocar a una mujer”.
El equipo de Bolsonaro hizo pública la lista de 27 personas que trabajarán en 10 áreas conjuntamente con el gobierno del presidente Michel Temer, a quien sucederá a partir del 1 de enero.
“No pretendemos ni queremos hacer un Gobierno igual a los anteriores”, dijo, en referencia a repartir cargos a cambio de apoyos de partidos políticos.
Respecto a la ausencia de mujeres en el grupo de transición y si no habrá mujeres en los ministerios de su gobierno, Bolsonaro dio una polémica y controvertida respuesta.
Ausencia de mujeres
“¿Me vas a preguntar si va a haber homosexual ? No lo sé”, dijo el exmilitar, que dijo que “no va a quitar a alguien para colocar a una mujer”.
La total ausencia de mujeres o de negros –en un país que eligió en 2014 a Dilma Rousseff presidenta y tiene más de la mitad de población afrodescendiente-, ya fue motivo de crítica en la composición del Ejecutivo de Michel Temer.
“Quiero nombrar a todos mis ministros antes del 12 de diciembre”, explicó Bolsonaro, en referencia a la fecha en la que será sometido a una nueva operación para que se pueda recuperar totalmente de las secuelas por el atentado con arma blanca sufrido el 6 de septiembre mientras hacía campaña.
Bolsonaro reiteró ayer su deseo de que la reforma del sistema de jubilaciones que propuso el Gobierno de Michel Temer se apruebe este mismo año, antes de su investidura, el próximo 1 de enero.
“Nos gustaría que saliera alguna cosa” sobre ese asunto, declaró Bolsonaro después de un acto por el trigésimo aniversario de la promulgación de la Constitución nacional. Una de las propuestas del proyecto enviado al Congreso plantea el establecimiento de una edad mínima para la jubilación, que no existe actualmente en Brasil, y fijarla en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres.
Bolsonaro, sin embargo, se ha declarado en contra de esos límites y afirmado que “un buen comienzo” sería fijarlos en 61 años para los hombres y 56 para las mujeres, al menos en el sector público.